Ojos de niño

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Pitch le hablo mucho mas de aquello y él insistió en obtener más detalles. Las imágenes en su mente eran tan vividas, sentía el frío en su sangre.
Por un tiempo no pudo ver de frente a Pitch, ni entrar a la cueva. El miedo que le tuvo tiempo atrás no se comparaba al que sentía al pensar en ese pasado.
Pitch Black...no, el Capitan Kozmotis Sombriner había asesinado a cientos. las pesadillas, hacer que unos niños pasaran una mala noche e incomodar a los guardianes, todo eso parecía insignificante ahora. Cualquiera diría "el fin justifica los medios", pero qué había ganado, al gran general no le quedaba nada, sus soldados lo habían abandonado, su familia ya no existía y no era...;aunque sonara gracioso, no era ni la sombra de lo que fue.

Día...ya no tenía idea de qué día era en su cuenta sin dormir, si sabía que habían pasado doce noches desde que hablo con Pitch. Se había acostumbrado a estar "molestándolo" y no era diferente para el coco. Jack se había convertido en algo así como un molesto grillo nocturno, en ocaciones incomodando con sus canciones y en otras siendo el arrullo necesario, sin el espíritu del invierno dando vueltas por su cueva...se sentía solitario.

Un día nevado Jack jugaba en el parque con varios niños, cuando uno de ellos se acercó tímidamente, quería saber más historias del capitán Sombriner ¿qué le pasó? ¿Dónde estaba? ¿Cómo hizo para vencer a todas las sombras?
Las preguntas aumentaron y más niños se unieron a la curiosidad, Jack no tenía respuestas para ellos.
Se tomó su tiempo para responder y suspiró, dándoles una sonrisa cálida.

— ¿Qué pasaría si les dijera que él ahora es un villano? —Los niños le miraron confusos. —...bueno...¿Cómo es un héroe?

— Alguien bueno, salva personas, alguien que no daña a los demás, no miente.— respondieron y continuaron dando características de un héroe.

— ¿Qué pasaría si un héroe miente y hace daño a otros?— continuó interrogando Jack y los niños con apuro respondieron que ese sería un hombre malo.— pero...¿y si lo hace para proteger a otros?

— ....sería ¿alguien bueno que hace cosas malas? —dijo uno — ¡Como Robin Hood!— gritó otro.— él robaba a los ricos para que los pobres pudieran comer.— continuó emocionado.— pero robar es malo...

Los niños miraron a Jack buscándola respuesta.

— Eso pasó con El Capitán Sombriner. Para proteger a los que eran buenos, no podía ser amable con los malos, pero los malos eran demasiados para él y terminó cometiendo muchos malos actos para salvar a los demás y al final...se convirtió en alguien al cual los demás temen.

Los niños se miraron entre ellos y volvieron a preguntar.

— ¿Él quiere ser malo?

— Claro que no, estoy seguro que si pudiera hacer las cosas mejor, lo haría...—Se detuvo un momento.— si...¡seguramente lo haría!

Con prisa se despidió de los niños y regresó a la cueva del coco, entrando con prisa, haciendo que la cueva cantara por el viento.
Pitch Black le recibió sorprendido por el escándalo y Jack le sujeto por los hombros.

— Si pudieras hacer todo diferente, no lo sé, evitar que tu esposa muriera o perdonar a las sombras ¿lo harías?

— Frost ¿qué te pasa? Esto...

— ¿¡Lo harías!?

— ¡Claro que lo haría! ¡Si pudiera cambiar el pasado no estaría aquí! ¿Qué demonios te sucede ahora? Tú...—Detuvo sus palabras ya que Jack le abrazaba y reía.

Era un contacto extraño, frío y cálido a mismo tiempo, dulce y salado como una galleta de mantequilla. No era desagradable, solo extraño. Nunca antes habían estado tan cerca.
Sorprendido de si mismo, correspondió al extraño abrazo, dejando una de sus manos en la cabeza de Jack y otra cosa le tomó por sorpresa, el cabello del muchacho estaba escarchado.

Ambos cayeron en cuenta de que ese extraño contacto estaba durando más de lo que debería.
Jack fue el primero en apartarse riendo nervioso.

— Te prometo....te prometo que veré la forma de arreglar el pasado.

Con esas palabras se fue volando, tan escandalosamente como había llegado, dejando al coco lleno de dudas y confusión.

De nuevo se quedaba solo en esa gran y fría cueva. La extraña sensación de tocar a Jack, aún la tenía y la examinaba. Seguramente era por el frío de volar, su cabello no daba la impresión de siempre estar tieso por el frío, más bien se veía suave. Algo similar era su cuerpo, su tacto era helado y luego venía un extraño calor, no era muy diferente a pasar u hielo por la piel y luego sentir como si se quemara.

— ¿Qué le dio ahora?— preguntó al aire, acomodándose con pereza en su amplio sofá.

El molesto silencio, interrumpido brevemente por las páginas cada vez que las pasaba. Su vida era simple y aburrida, seguía muy débil como para ir por ahí asustando niños y sus opciones se reducían a pasar tiempo en casa, leyendo, recorriendo los infinitos pasillos o intentando dormir. En sus cotidianas tareas. no podía ni imaginar lo que hacía Jack, solo podía extrañar con disgusto su presencia.

El deseo de la NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora