El viento soplaba con calma, silbaba entre los árboles y mecía las hojas.Las horas pasaban y Jack no despertaba, los pequeños espíritus y entes que habitaban ese bosque estaban preocupados por él y no había mucho que pudieran hacer para ayudarle, solo podían vigilar hasta que la reina de esas tierras apareciera.
Por horas, las pequeñas cosas estuvieron llevando obsequios para Jack. Hojas y piedras bonitas, diferentes frutas silvestres, cosas que encontraban de humanos. Rodearon al niño de pequeños tesoros hasta que la persona que esperaban apareció.
Se dispersaron con alegría, sabiendo que el joven espíritu del invierno y la diversión estaría seguro.
El lugar, no había forma de describirlo, Jack no había estado en un lugar como ese jamás.
La tierra, el aire, el agua, todo parecía tener vida y conciencia propia, todo se movía según su voluntad y coexistía para formar ese palacio natural.
Se sentía como estar en un invernadero, era cálido y el aire se impregnaba con el aroma de la tierra.
El joven espíritu despertó en una suave cuna de musgo y enredaderas de suelo.
Abrió los ojos lentamente, aturdido por el dulce néctar de las flores. Al comienzo pensó que estaba soñando y no estaba feliz, no era el tipo de sueño que quería tener.
- Al fin despertaste, comenzaba a preocuparme- dijo suave y dulcemente la madre naturaleza.
Ella estaba a unos pasos de Jack, parecía estar hablado con un brote de parra, este se enredaba en su dedo, como un bebé sujetando por primera vez a su madre.
- Entonces no es un sueño...- susurró decepcionado, aunque no fuera el sueño que quería, tampoco era uno y su siesta luego del golpe no significaba nada- qué pasó?
- Le pedí al viento que te trajera conmigo, no esperaba que usara métodos tan poco ortodoxos para hacerlo.
- Quizás no se lo pediste correctamente...yo solo agradezco que un espíritu no pueda morir de una caída.
- Perdón Jack...por favor, no estés molesto conmigo.
Suplico y el corazón de Jack se derritió, de verdad no podía molestarse con ella, era discutir con una madre por algo bueno que había hecho de mala forma, algo si como cuando te defiende de alguien que te molesta en lugar de dejarte superarlo.
− Bien, supongo que no me llamaste solo para tomar el té− Cruzó los brazos e intento poner su expresión más seria.
− Pues sí, Jack...necesito que cuides de mi...de mi padre-.
La expresión del albino se mantuvo estática por un momento y luego se le desfiguro el rostro, no podía creer lo que estaba diciendo.
− ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¿¡Cuidar de Pitch!? Ya está dentro de mis labores como guardián mantenerlo vigilado, pero cuidarlo es una palabra muy diferente.
− Si, ya...sé que es extraño, pero puedo asegurarte que no siempre fue así. Él fue un buen padre, Jack. Un buen padre, un buen esposo y un buen líder, no fue su culpa terminar así...y ahora entiendo que tampoco fue su culpa que yo pasara tanto tiempo sola en el espacio.- Cruzo los brazos sobre su pecho, como si necesitara protegerse a sí misma− Fue culpa de las sombras....pero yo no soy diferente de ellas, te hice lo mismo a ti.
− ¿Es por eso que deje de ser humano?- Pregunto con verdadera seriedad, su curiosidad se había activado al comienzo, pero todo había quedado bloqueado.
− Lo sé, fue un cruel experimento, pudo ser diferente.- Respiro profundo− pero si vemos la línea de tu tiempo, aunque no te hubiera elegido Manny en ese momento y si yo no hubiera intervenido, de todas formas tu tiempo....terminaba en ese lago y no habría nada después.
Sintió algo extraño en el pecho, un nudo realmente incómodo. Ya lo había sentido antes, lo conocía muy bien, era angustia. Saber que su hermana de todas formas habría salido ilesa le hacía feliz, pero saber que de todas formas no iba a vivir más de diecisiete años, con o sin las decisiones de otros, no iba a tener una vida.
− ¿Por qué quieres que cuide de él?- susurro algo desanimado, sentía que en ese momento podría hacer lo que sea que le dijeran.
− Porque creo que contigo a su lado, pueda curarse un poco....una pesadilla no tiene por qué ser necesariamente mala, puede ser una cura.
Los ojos de Jack se abrieron grandes, nunca lo había pensado de esa manera y le encontraba mucha razón. Las pesadillas eran aterradoras y dolorosas, pero en muchas ocasiones esas cosas ayudaban a darse cuenta de algo más.
No quería responder a su petición, simplemente tomo su cayado y se fue volando. No tan rápido como quería, pero se alejó lo más que pudo.
Tenía mucho que pensar, había aprendido muchas cosas en muy poco tiempo y no era tan bueno con esas cosas, seguía siendo un niño, habían muchas cosas que simplemente le parecían injustas, no quería pensar en que había una razón mayor para todo, simplemente era injusto.
Los días siguientes, continuó sin poder dormir, pero ahora tenía un porque para no hacerlo. Estaba vigilando a Pitch.
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El deseo de la Nieve
FanfictionLos acontecimientos inesperados le hicieron llegar a conocerle y ver un lado de ese ser que nunca imaginó posible. Pitch Black no es como Jack siempre pensó. Mi primer Blackice.