Capítulo 3 ¿Dónde está?

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Cuando Ladybug y Chat Noir derrotaron al villano salieron corriendo, ya que, sus prodigios estaban apunto de agostarse. Cuando Ladybug se metió por un callejón, no se percató de que al transformarse se le cayeron por accidente sus pendientes.

Al llegar a casa, se miró en el espejo. Observándose y tocando su cicatriz. Recordó el momento en el que Adrien, su amor platónico, le acarició su mejilla y al mismo tiempo, recordando las palabras que sólo hacía taladrarle en la cabeza como si una migraña, ''My lady''.

-No entiendo como el a podido saber esas mismas palabras que ese gato travieso. ¿Por que?- Dijo desconcertada, no entendía nada de lo que estaba pasando.

-¿Crees que hay una posibilidad de que sea Chat Noir?.- Dijo el pequeño Kawami rosa.

-¿¡Queee!?No... ¿Puede? ¡No..! ¿Tu crees?.- Tenía un debate interno mientras daba vueltas por la habitación.

-Cálmate Marinette, ¿Que tiene de malo?- Dijo intentándola animar- Puede que si fuera el, estaríais diariamente juntos y salvando el mundo, viendo lo maravillosa que eres.

-¡Me moriría de vergüenza si eso fuera así! Con ese traje ceñido y esos lunares que se me ve muy ancha...- Decía entre avergonzada y con poco orgullo.

-No digas eso Marinette, no es cierto- Dijo molesta la pequeña mariquita. Tal molestia, que fue volando al bolsito rosa de esta y se encerró dentro de él.

-Perdóname Tikki, es que no logro encajar del todo lo ocurrido hoy, es todo muy confuso.- Dijo intentando arreglar las cosas con su amiga ofreciéndole una galleta con pepitas de chocolate que tenía preparada para ella.

Se sentó al borde de su cama.

-Actuó por un segundo igual que el... ¡QUEEEEEEEEE!- Gritó horrorizada. Se le puso la piel blanca y se le aflojó el cuerpo.

-Venga Marinette, que no es para tanto, estas perdonada.-

-Mis pendientes Tikki, no están.- Decía mientras buscaba como loca por toda la habitacíon.- Soy torpe Tikki, no merezco los prodigios.- Se tiró en la cama y comenzó a llorar.

-No digas eso Marinette, el pasado pasado está. Sólo recuerda la última vez que los tuviste o donde te transformaste.- Dijo intentándola animar.

Marinette se repuso y comenzó a recordar.

-En el momento que me transformé, en el callejón, sentí que algo se me cayó pero el molesto de Chat Noir no paraba de seguirme así que no me preocupé de que era.- Recordó con furia.- Ese gato...

-¡Pues a que estamos esperando! ¡Vamos ya!- Dijo Tikki mientras le tiraba de un mechón del pelo de esta intentando levantarla.

Marinette y Tikki salieron a escondidas por la noche, intentando no despertar a los padres de ella, ya que era de noche y no eran horas de estar sola e indefensa.

Al llegar al callejón, nada, no estaban. Ella buscó por todas partes: Bajo las piedras, detrás de los contenedores... No daba crédito a lo que estaba pasando. ¿Nunca más volvería a ser Ladybug ?

Se arrodilló y comenzó a llorar, estaba destrozada. Lo mejor era ir a casa y descansar.

A la mañana siguiente, Marinette estaba somnolienta. No acertaba ni en la ropa. Tanto que casi se pone los pantalones de gorro. Se lavó los dientes, desayunó, le dio un beso a sus padre como cada mañana y salió hacia el instituto.

Al llegar a la puerta de allí estaba su amiga Alya, como siempre, le hablaba de lo maravillosa que era Ladybug y de su Ladyblog. Marinette estaba aun pensando en todo lo que pasó la noche anterior. No escuchaba nada de lo que Alya le estaba diciendo. Tanto que se dio cuenta.

-Marinette... ¿Estas bien? Te ves cansada.- Dijo preocupada.

-Si... o eso creo...- Dijo con voz ronca.

-¡Buenos días chicas!.- Sonó una voz juvenil y masculina. Era Nino junto con Adrien.

Adrien, con los pendientes en mano, no quitaba la mirada de Marinette... ¿Serás tu? pensaba el.





L.r.c

El gato que se enamoró de la mariquita.//Miraculous Ladybug et Chatnoir//.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora