Plagg explicó a Adrien que tenía que buscar el prodigio del zorro a España, o eso escuchó hace 400 años. El fue a casa de Marinette a despedirse.
Se escuchó como llamaban a la ventana de la chica asiática.
-¿Puedo pasar señorita?- Dijo abriendo la ventana.
-Si, pero no hagas ruido. Mis padre están acostados.- Lo dejó pasar intentando hacer el menos ruido posible.- ¿Has conseguido repararlos?-
-No... Pero se quien te los puede reparar, sólo déjame con ellos unos días más.-
-Bueno... Vale, dije que iba a confiar en ti. Eso haré.- Sonriente, le regala un abrazo al gato enamoradizo.
Este se puso sonrojado de la emoción del abrazo. Había pasado mucho tiempo desde que ella no daba signos cariñosos desde que descubrió su identidad. Apartándola, le dijo que tenía que marcharse, que estaría días sin aparecer, para que ella no se preocupase.
-Ahora me dejas mal, ¡Déjame acompañarte! Me siento inútil y total, hay muchas joyerías en París que lo pueden reparar, así también lo pago yo y...- Decía sin parar hasta que este le interrumpió.
-¡NO! Deja esto a mi, te los repararé yo, quiero ayudarte. Solo dame ese placer y si luego tomas la decisión de odiarme, tómala, pero esto es mi problema.
Marinette estaba confundida, no entendía la reacción de Chat Noir. ¿Que le pasa a ese dichoso gato? Se preguntaba.
-Ahora, con tu permiso, me retiro.- Se acercó a ella y le dio un tierno beso en los labios. Agarró su rostro y le volvió a dar otro en la frente.
-Espérame aquí, estaré antes de lo que digas ''Cataclism''.-
Se marchó por la ventana volando. Marinette se quedó blanca, pero estaba feliz, no entendía sus sentimientos. Sentía como si, esos sentimientos, fuesen desde hace mucho tiempo. Pero al mismo tiempo no estaba tranquila, ¿Sospechará Chat Noir que soy Ladybug?, pensaba. Sólo había una manera de saberlo...
A la mañana siguiente, Adrien le pidió a su secretaria que le comprara unos billetes a España. Ella se opuso a esa decisión.
-Natalie, te daré 1 año de descanso, necesito ir. Ven conmigo, o Pierre *Su gualdas espaldas que me e inventado el nombre porque no se como se llama* Vamos, ayúdame.- Se arrodilló suplicando.
-¿Tan importante es este viaje para ti?-
-Es por la persona que amo, necesito algo de allí-
Natalie ha cuidado de Adrien desde que su madre Sisí murió. No podía resistirse a esos ojos verdes esmeralda, era su debilidad.
-Ains.... Vale pero, te acompañará Pierre. Me llamarás cada 6 horas, da igual la franja horaria. Me llamarás y informarás de como vas. Ya me ocuparé del Sr. Agreste.- Dijo sería con media sonrisa de felicidad.
-¡GRACIAS NATALIE! Eres la mejor- Le dio un beso en la mejilla y fue a preparar la maleta.
-¡EL VUELO SALE EN 30 MIN, DATE PRISA! Ains.. parece que ayer fue cuando le acompañaba a todas partes, ahora es capaz de volar solo... como crecen.- Con lagrimas en los ojos, sacó una foto de Sisí que llevaba en el bolsillo. -¿Verdad amiga mía? Te extrañamos los tres...-
Sisí y Natalie eran amigas desde el instituto. Siempre estaban juntas y viajaban a muchos países diferentes, e ahí, la fluidez de ella al hablar diferentes idiomas.
En el aeropuerto se respiraba un aire juvenil. Se veían muchos jóvenes ansiosos de viajar, parejas de enamorados, personas solitarias, pero todas ellas bastantes juveniles. En la cola del embarque, Adrien se chocó con una joven morena con ojos de color miel. No mediría uno mas 1.70cm, la altura de el. Se veía de origen hispano.
-Disculpa, andaba un tanto distraido.- Dijo educadamente y recogiendo su billete del suelo. Esta se dió la vuelta y le miró con mala formas.
-Estos niños mimados, siempre estáis en las nubes. Baja al planeta tierra rubiales, que dentro de nada tendrás motivos para estar entre ellas. Ahora, déjame en paz.- Dijo borde la muchacha.
-Vaya bruja... Espero que no me toque al lado de esa...- Dijo cayéndole una gota de sudor por la frente.
Revisando los sillones buscando su asiento, le tocó al lado de una muchacha joven de su edad. Sí, era la chica petarda de antes.
-Madre mía, vaya viaje me espera...- Dijo con tono grave y disgustado.
-¿Sólo tu? Precisamente no eres la persona con la que deseara viajar, así que si me disculpas. Voy a escuchar música- SE puso sus cascos de marca caros.
-Ashi que shi mi ñisculpas ñoi a escushar muñica. -Dijo imitando y burlándose de el.
Este la miraba con cara de asco. Intentaba descansar porque el viaje implicaba muchas horas de vuelo. La chica morena solo hacía molestar. Cuando dormía, ella comía y hacía ruidos fuertes. Escuchaba la tele con los cascos del avión, ella cambiaba la emisión de el y así hasta que decidió solo beber y limitar a relajarse en el viaje.
-Y bueno, niño mimado, ¿Por que vas a España?.- Dijo mirando por la ventanilla.
-No es de tu incumbencia...- Dijo a regañadientes.
-Si lo es... Buscar al guardián de los prodigios ¿Cierto gatito?.- Dijo guiñándole un ojo.
-¿Pero como sabes tu...?-
-Tengo un buen olfato. Me llamo Andrea y soy la portadora de el prodigio del zorro, Volphina.-
-Vaya, no podría ser otro, tenías que ser tu.- Dijo mirando a otra parte.
-Gato asqueroso, si quieres mi ayuda, trátame como es debido. Así que ya sabes, tráeme algo para beber- Dijo ordenándolo.
-¿Por que debo de obedecerte?.-
-Por que se quieres reparar los prodigios de ladybug- Le dijo bajito al oído.
-Mierda.....- Le esperaba un viaje un tanto largo. Precisamente no esperaba que el prodigio fuese una niña molesta que tenía los humos muy subidos. Tenías sus dudas de que si ella le iba a ayudar.
L.r.c
ESTÁS LEYENDO
El gato que se enamoró de la mariquita.//Miraculous Ladybug et Chatnoir//.
FanfictionAdrien Agreste está perdidamente enamorado de Ladybug, hasta que un día, su amigo Nino tubo un interés casual de Ladybug. Por una simple coincidencia, Adrien empezó a descubrir el gran secreto guardado por Marinette. ¿Y si la chica que anda tras la...