Hoy era la fiesta de la alineación de las estrellas en la Mansión del Príncipe Alí. Adrien estaba listo para la fiesta, llevaba un Shenti (parte de bajo como si fuera una falda) con tela de Lino y con un cinturón de cuero que le ceñía. Sin parte de arriba (En esa época no llevaban los varones de alta cuna partes de arriba ya que se consideraba de campesino llevarla) con dos brazaletes de oro en los brazos, luego un collar ancho de oro que le cubría los hombros y pecho. Por encima de eso, un collar de oro con un cascabel. Unas sandalias de color oro y negro Y por último, un antifaz negro con dos orejas negras de gato. Sin olvidarse de su anillo.
Como habían quedado, a las 21:00 estaba en la puerta de la pastelería esperando a que Marinette se preparase y fueran al baile.
Marinette estaba tan nerviosa que no podía aguantar las ganas de reírse y de llorar de lo que, pronto sería, un avance en su vida. Tras coger aliento y pasar los nervios, esta bajó.
No tardó mas que cinco minutos. Adrien le recibía fuera del coche para abrirle la puerta, ansioso de verla. Se oye una puerta abrir y al girar la cabeza, las pupilas de Adrien se dilataron tanto que casi se quedaba ciego al ver tal belleza.
Marinette estaba impresionante, traía el pelo suelo, ondulado, llegaba por los hombros. Llevaba un antifaz rojo con lunares negros, si te fijabas con detalle, estaba hecho todo a mano. Llevaba la falda larga y con la cintura muy alta, como un vestido largo y ceñido, de una pieza, sujeto con dos tirantes anchos. El vestido en sí estaba hecho a juego con el antifaz, pero los colores eran apagados. Más bien color carmesí y azabache, llevaba un cinturón de color de oro con escamas, como si fuera una serpiente, y la espalda descubierta. En el brazo derecho un brazalete de oro y por último unas sandalias de color negro con tacón, haciendo así, igual de alta que Adrien.
Adrien estaba tan embobado que no le salían las palabras, cada vez que la miraba, más impresionado estaba.
-Wow... Estas... Estas...- Repetía una y otra vez. Los ojos grandes y azules de esta no le dejaban pensar con claridad.
-Jeje, tu también estas muy woow, con el pecho al aire.- Dijo riéndose con inocencia.
-Esto.. ¿Eh? -Se mira el pecho- ¡Sí! Es lo que se llevaban los hijos de los faraones, aún me estoy acostumbrando a la falda.- Dijo intentando reír a su invitada.
Los dos comenzaron a reír, tras terminar, montan en la limusina y van directos a la fiesta.
-Entonces, ¿lo has hecho tu como debo de imaginar?- preguntó Adrien
-Sí, me ha costado toda la tarde y noche, pero aquí está, aunque creo que muy bien no me sienta.- Dijo mirándose de un lado a otro.
-Estas impresionante, me has dejado sin palabras Marinette.- Dijo agarrándole la mano.
Durante el trayecto se quedaron mirándose uno al otro, acercándose poco a poco hasta que la limusina paro, anunciando que habían llegado. Adrien bajo primero para abrirle la puerta a ella.
Entraron juntos a la fiesta, la mansión era enorme, había estatuas egipcias por todas partes. Todos los dioses egipcios estaban colocados en cada rincón de esta. El techo tenía una cristalera gigante en el que se veía perfectamente la Luna y las estrellas alineadas. Era normal ya que Alí contrató al padre de Alix, que era el dueño del museo del antiguo egipcio de París, para que adornara la casa de el.
-¡Ya estáis aquí! Casi pensé que no veníais.- Dijo Alya abrazando a Marinette. Alya iba vestida como una princesa egipcia, peluca negra y vestido blanco.
Junto a ella estaba Nino que iba un tanto parecido a Alya, habían acordado de ir vestido como un matrimonio egipcio.
Pasaron unas horas y no había rastro de Alí, era extraño ya que el había organizado la fiesta. Todos bailaban y bebían, se lo estaban pasando en grande.
-Bueno Marinette, quería decirte algo, pero no se cuales palabras escoger...- dijo embriagado de emoción.
-Dime- Dijo sonriente.
Cuando iba a atreverse a contar todo, Alí aparece con una chica morena con un traje egipcio naranja. ¡Era Andrea! Estaban juntos cogidos acaramelados.
-Bueeeno, mira lo que me regala la vista, si es el niño mimado Francés- Dijo burlándose de nuevo de este.
-También me alegro de verte Andrea.- Dijo molesto -Perdona Marinette, ella es Andrea, es una amiga que conocí en el viaje a España.-
-Encantada soy Marinette, una amiga- Dijo extendiendo su mano. Andrea la miraba fijamente. La analizo de arriba a abajo.
-¡Diooooos es una monada!, ¿esta es la chica de la que hablabas Adrien? Tienes buen gusto en algo muchacho- Se le puso lo ojos como platos al verla.
-Me dice eso precisamente la mayor- Dijo rabiandola.
Andrea se percató de los pendientes, sabía que eran los mismos que llevó a España.
-¿Aún no recuerda? Alí, ¿por que no le has dado los polvos.?- Dijo sorprendida y furiosa.
-Por que este mequetrefe no se merece que lo ayuden, la ayudare por mi propia cuenta. -Dijo metiéndose la mano en el bolsillo de su falda.
-Espera, ¿Polvos? ¿De que estáis hablando?- Preguntó asustada y mirando a todos.
-¿Aún no se lo has dicho?- Dijo sorprendida
-No me veía preparado para decírselo.- Dijo entristecido y asustado.
-Adrien, han pasado ya 3 meses desde que te envié a Alí, deberías habérselo dicho. Y tu, entrégale los polvos ¡Ya!- Dijo mosqueada.
-¡ESPERAD! -Gritó- Adrien, ¿que está pasando aquí?- Dijo mirándole directo a los ojos.
Este relajó los hombros y expulsó aire. Estaba preparado.
-Dejadnos a solas- Dijo Adrien a estos.
-No tardéis, es peligroso, estad alerta.- informó Andrea.
En ese momento, Adrien se la llevó fuera de la fiesta. Llegaron a un balcón gigante lleno de flores exóticas y con miles de luciérnagas alrededor. Tras eso, la fiesta dio un giro de 360º.
L.r.c
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El gato que se enamoró de la mariquita.//Miraculous Ladybug et Chatnoir//.
Fiksi PenggemarAdrien Agreste está perdidamente enamorado de Ladybug, hasta que un día, su amigo Nino tubo un interés casual de Ladybug. Por una simple coincidencia, Adrien empezó a descubrir el gran secreto guardado por Marinette. ¿Y si la chica que anda tras la...