Un inesperado suceso

Tiempo intermedio

*Cada día que pasa se menos de Mugiwara-ya, no se si siga con vida o si... Cada vez es mas difícil esperar el día en el que nos volvamos a ver, pero tendré paciencia, porque se que llegará*

Estábamos en su cuarto encerrados, desde que abandonó Amazon Lily no ha hecho nada mas que encerrarse y mirar la ventana durante horas.

Me conmueve que sea atento a mi, pero me preocupa que ya no piense ni en si mismo. Unos golpes leves se escucharon en la puerta.

-¿Se puede?...

-Sí... Adelante.

Sinua entro despacio, su rostro mostraba preocupación.

-¿Trafalgar?... -Se paró en frente de nosotros.

-¿Que sucede Sinae-ya?...

-Am, bueno yo... -Comenzó a jugar con sus manos, miraba nerviosa al suelo.

-Habla rápido no tengo tu tiempo.

-Como si estuvieras haciendo algo- Susurro molesta- Bueno, seré directa.

Torao se acomodó en el sillón donde estaba sentado y le miró fijamente.

-Desde que abandonamos Amazon Lily has estado actuando muy raro, los chicos y yo estamos preocupados por ti, como eres el único medico del barco no podemos saber como estas de salud, por favor, dime que es lo que te sucede...

-¿Por que tendría que sucederse algo?

-Bueno no lo se, por lo menos di algo que nos haga sentir mas tranquilos...

-¿Como que?

-¡No se, lo que sea estará bien!

*Lo lamento, pero no te puedo decir nada, los chicos no tienen que preocuparse por mi, saben que puedo cuidarme solo*

El silencio se hizo en la recamara, Sinua estaba comenzando a desesperarse.

-¿Es por Mugiwara no?... -Dijo con la cabeza agachada.

Torao no respondió, simplemente le miro con desprecio.

-Idiota... -Iba a salir del lugar, pero Torao la tomó de la muñeca impidiéndoselo.

Ella se quedó expectante, no puso resistencia alguna y solamente miró al suelo, su cabello cubria su rostro.

*No puedo decirle a Sinae-ya que extraño ver a Mugiwara-ya... Seria un suicidio...*

-Pronto llegaremos a la siguiente isla... Sera mejor que te prepares para desembarcar...

-¿Solo eso?...

-¿Que mas esperabas?

No respondió, simplemente se soltó con bruscamente de su agarre y salió con la mirada baja, Torao y yo nos quedamos en silencio (bueno tampoco es como si yo pudiera decirle algo).

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Dos días después llegamos a la siguiente isla en la mañana, era una isla bastante extraña, Sinua bajo corriendo del submarino y se tiró en la arena.

-¡Casa! -Grito alegre.

Rápidamente fue alcanzada por la tripulación de Torao.

-¿Casa? -Pregunto el oso parlante.

-¡Sí! -Contestó Sinua con una sonrisa- esta isla es donde yo vivo ¡que coincidencia que llegáramos aquí!

-Bien...  ya cumplí con mi parte de traerte a una isla, es hora de que nos marchemos -Interrumpió Torao molesto, al parecer le irrita todo esto.