-Lo siento joven, esta es la única que nos queda- le dijo la encargada mientras tomaba el frasco y me lo entregaba, él miraba el frasco moverse y después fijo la mirada en mí, nuestras miradas se encontraron, pero a diferencia de las historias de amor que se suelen ver en cualquier lado, en donde, ante el primer encuentro sus ojos hacen una conexión que dura hasta el final de la historia; nuestras miradas no habían tenido tal efecto en el otro, de hecho, se podría decir que él me miraba con recelo, ante tal reacción yo solo me limité a pagarle a la encargada las vitaminas, no sin tener su mirada sobre mi todo el tiempo, al final sólo di la media vuelta y me fui, al cruzar la puerta de salida sentí la fuerza de alguien atrayéndome de nuevo a la farmacia, aunque sólo logró darme la media vuelta logré notar su ánimo el cual no era nada agradable, su mirada se posaba intensamente en mí, aunque faltaba algo para decir que realmente despertaba yo tales sentimientos en él, más bien era una mirada fría y con un aire de superioridad que lograba intimidar a cualquiera, una lástima que esa mirada no pudo postrarse en alguien más con menos carácter y que había escogido como víctima a probablemente la única persona en un radio de 30km que sabía exactamente lo que significaba y los sentimientos que emanaban esa mirada por el simple hecho de que ella la había usado durante 14 años para causar la misma reacción que ésta esperaba; logre zafar mi brazo de su fuerte agarre y a cambio le regale una mirada retadora que hacia saberle que no había causado ningún efecto su espectáculo que había armado, él cambió su mirada por una de confusión, pero sólo por un instante, porque su semblante volvió a ser el mismo justo después.
-Véndeme las vitaminas- frío, seco, como si estuviera ejerciendo un derecho innato por el frasco
-No quiero- le conteste de manera tajante.
-Dije que me des las vitaminas, te pagaré el doble de lo que te costaron- su manera de decirlo como si me estuviera haciendo un favor, como si ante tal oferta no pudiera negarme, hizo que las ganas de hacer lo que estaba pensando crecieran, sin duda alguna no era ninguna chaebol, ni mucho menos una empresaria exitosa dueña de mi propia fortuna a la edad de 19 años, pero mi humor estaba ya bastante irritado que abrí mi cartera y tomé lo que al parecer era suficiente y se lo arrojé en la cara mientras decía:
- Yo te doy el doble porque te calles y no me vuelvas a molestar-.
Me di la media vuelta sin esperar a ver su reacción, había hecho muchos desplantes como esos durante la preparatoria, no por nada era conocida como la "ice princess", aunque a mi parecer ese sobrenombre estaba muy alejado de la realidad, no solía juntarme con nadie, y más bien era callada y reservada, no me gustaba que nadie invadiera mi espacio personal, sólo era ahí cuando podía ser un poco hostil, pero nadie sabía que no era así, si no que había sido obligada a ser así por diferentes circunstancias que desde pequeña había tenido que lidiar con ellas, nadie se lo preguntaba, ni siquiera mis supuestas amigas, aunque estaba segura que ellas sólo conocían mi nombre cuando yo conocía hasta sus más oscuros secretos, pero estaba bien de esa forma, así era seguro, así nadie salía lastimado.
Al llegar a mi casa no podía aguantar mi propio humor así que llame a la única persona que podría escucharme y me comprendería, y que de alguna forma siempre lograba calmarme porque sólo él había encontrado la cura para mi veneno, la única respuesta a mis preguntas, la salida al laberinto que era yo y a la que yo vivía agradecida por haberlo hecho.
-¿Hola?-
-¿Hola?,¿Qué tienes?, ¿Estás bien?-. Como siempre, yo no lograba ocultarle nada y él ya se había dado cuenta que algo me ocurría
-Nada, estoy bien-
-Dime que tienes, por eso me llamaste ¿no?-. A veces lo odiaba por ser un sabelotodo con lo que respecta a mí
-¿Estás ocupado?-
-Un poco, estoy con mi padre ayudándolo con el negocio, pero sabes que para ti siempre tengo tiempo-. Su comentario hizo que me sonrojara, aún después de tanto tiempo no lograba acostumbrarme a sus afectos hacia a mí, por eso me alegraba de estar con él al teléfono así no lograría verme sonrojada, aunque sospechaba que él ya se imaginaba mi reacción ante su comentario.
Le conté lo sucedido sin que me interrumpiera ni una sola vez porque sabía que lo odiaba.
-¿¡Así que sólo le tiraste el dinero en la cara y te fuiste!?- Su tono decía que disfrutaba de mi travesía
-¡Sí!, ¿acaso no podía?, él se lo había buscado por haberse comportado como lo hizo, de hecho diría que me reprimí un poco, debí haberle pateado las bolas o algo más, ¡Ese maldito idiota se lo tiene merecido, no vengas a defenderlo!
-¡No para nada!- decía aún de forma divertida- Es sólo que estoy un poco celoso de él-
-¿¡Qué!?-
-Sí, hace mucho que no veo a mi novia actuar como la chica que conocí en la preparatoria y de la cual lo que me atrajo más fue su carácter, así que perdóname si no me estoy tomando esto con la seriedad con la que te lo tomas tú, pero ahora me siento un poco triste por no poder estar ahí- yo no había escuchado nada más allá de la segunda línea, su comentario hizo que todo el enojo en mí se desvaneciera y se reemplazara por una sensación extraña que sólo Sungjae había podido hacerme sentir y que cada vez me agradaba más, yo me quedé callada sin saber que decir.
-Amor perdóname pero tengo que colgar, acaba de llegar mercancía a la tienda y tengo que ayudar a descargarla, nos vemos más tarde, bye, te amo-.
Y simplemente me quedé parada junto al teléfono, sin creer lo mucho que Sungjae podía afectar mi estado de ánimo y que con sólo una palabra podía llevarme hasta el séptimo cielo, no podía creer lo mucho que lo amaba ni mucho menos sabia como había llegado él hasta ahí sin que ninguna de mis murallas imaginarias lo parara, simplemente no sabía cómo describir todo lo que él me hacía sentir.
Espero les guste, es la primera fanfic que hago en mucho tiempo y aún estoy desempolvando mis dedos xD - Sun reader 穷8=K
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To Fix You (iKON B.I / BTOB Sungjae )
FanfictionElla había roto todas sus promesas pasadas de nunca más dejar que alguien la dañara, Él había hecho hasta lo imposible para asegurarse de que nadie pudiera conocer sus debilidades sólo para lastimarlo como ella lo había hecho, ambos estaban rotos, a...