Una gran melancolía

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-¿A-Arrebatados?- Confusión y miedo pueden ser las mejores emociones que me describían en ese momento... En el que, al frente mío, estaba Akira con una actitud que no reconocía y un semblante serio que me hacía temblar.

Desvió la mirada y no musitó palabra.

-Supongo que me deje llevar Alpha- Susurro a un volumen casi inaudible.

¿Alpha?

-Lo siento- Soltó un resoplido antes de regresar su mirada a mí, acercándose cada vez más y finalmente empujándome al otro lado de la puerta.

-Ahora que ya lo sabes ten cuidado- Mostró una vaga sonrisa y cerró la puerta evadiendo toda pregunta que venía a mi mente.

"Sigamos adelante" No note en que momento, Raichu estaba en el suelo y parecía no haberle prestado mucha atención a lo que acababa de pasar, aun asi sentía que había algo que... No quería decirme.

-Vale...- Susurré mientras caminaba detrás de ella. Scolipede y Zoroark había regresado a descansar por ello, ahora me encontraba con mi compañera tratando de traspasar un castillo que parecía interminable.

Debido al desconcierto logré ignorar algunas habitaciones que pasábamos y aunque deseara investigarlas sólo encontraba una sala vacía y sin nada interesante. Aquello no ayudaba con mi estado de ánimo.

"¿Por qué no quitas esa cara?" Cuando quise darme cuenta mi "amiga del alma" me había pegado una bofetada con su cola.

-Auch! ¡No seas asi Raichu!- Soltó un resoplido.

"Me estoy aprovechando, antes era difícil pegarte asi" Sonrió "Déjame ser feliz a mi manera"

-Pues perdona pokemon poco sofisticado débil contra el tipo tierra- Por un momento nos estuvimos observando con una mirada fulminante al mismo tiempo que caminábamos.

"Como sea, me duele que no veas mi potencial" sabía que Raichu sólo estaba jugando, pero su actitud hacía mi sangre arder de rabia.

-Te digo lo mismo- Seguimos discutiendo por casi la mitad del camino, los corredores eran muy extensos, hasta que finalmente llegamos a las escaleras y a un segundo piso que seguía invadido de habitaciones sin embargo, tal vez por una corazonada, decidimos entrar a una de ellas.

"¿Estas segura?" Reí un poco, esa pregunta me recordaba a algunos videojuegos que solía usar cuando me encontraba en la casa de mi tía Liz...

Vaya... Sólo habían pasado unos meses y me seguía pareciendo una eternidad, pasaron demasiadas situaciones e incluso conocí a gente muy peculiar, amigos de los cuales estoy feliz de haber hecho. Me alegra haber empezado esta aventura, conocer a mis pokemon y... a N.

"¿Me estás escuchando?" Su cara de incredulidad era muy chistosa.

-C-claro, no te preocupes- Solté una pequeña risita, pero eso no logro convencerla. Soltó un gruñido y opto por avanzar sin más. Riéndome un poco le seguí el paso intentando no hacer mucho ruido; el silencio de aquel corredor en especial, de alguna manera, generaba ganas de no romperlo.

La primera sala de aquel corredor fue igual a las anteriores, no había nadie (lo que me parecía curioso) sin embargo en esta se encontraba un gran comedor, una fogata y al final de la sala un cuadro que atrapo toda mi atención.

Era N de pequeño al lado de un Zorua.

No musite palabra, aunque quería, por alguna razón al ver ese cuadro sentí algo dentro de mí que me decía...

No era la primera vez que lo veía de esa manera.

-Al parecer no te agradan las personas-

Un linaje Pokemon [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora