Capítulo 5

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A la mañana siguiente cuando volvía a mi casa luego de correr como todas las mañanas, me encontré con Malya, en el centro comercial.

-Hey... Hola- Dijo Malya y corrió a abrazarme, ya no se parecía más a la amiga que recordaba su forma de vestir era completamente otra, antes siempre andaba con vaqueros y una remera, pero ahora vestía pollera ajustada con camisa y un saco.

-Hola- Dije con asombro.- ¿Vamos a tomar algo?

-Esta bien, pero tengo poco tiempo en media hora salgo para París.

Cuando terminó de decir sentí una punzada en el pecho, yo era la que siempre estaba ocupada viajando de acá para allá y eso era exactamente lo que estaba haciendo mi amiga ahora. Fuimos a un café y mientras tomábamos nuestras bebidas ella me contaba de lo fabuloso que era su nuevo empleo y eso me hizo añorarlo más aún.

-No soy más virgen.- Casi escupí el café, me di vuelta asombrada al escuchar eso y vi a dos chicos a cuatro mesas detrás de la nuestra hablando.

-¿Escuchaste eso?- Dije divertida hacia Malya.

-¿Qué cosa?

-Esos chicos de allá.- Señale disimuladamente hacia donde estaban esos chicos.

-Es imposible escucharlos Jenny están lejos y parecen hablar de cosas muy "secretas."- Dijo Malya entonando con cierto misterio la palabra secretas.

Estaban lejos pero yo lo había escuchado con claridad, tomé un sorbo de café.

-¿Y bien en que estas trabajando?- Preguntó ignorando lo que yo había dicho.

-Pues... en nada muy serio.- Me carraspee la garganta y casi en susurro dije:- EnElManicomioDeLaCalleManhatan.

-¿Qué? Hablaste muy rápido no te entendí.

-En el manicomio de la calle Manhatan.- Esperé que largará una carcajada pero en vez de eso se veía seria.- Es solo una entrevista, para una revista.- Dije rápidamente en modo de explicación.

-No puedo creerlo.- Dijo Malya luego de un gran silencio y con una terrible cara de asombro.- ¿¡Vos trabajando en un manicomio!? ¿Qué le pusieron a este café? Decime que es por algún hombre y ahí te creo.- Añadió divertida.

-No es por ningún hombre, bueno en realidad hay dos pero están uno más loco que el otro.- Esto último lo dije más para mi y ella por suerte pareció no escucharlo, suspiré.

-Después de trabajar en una importante empresa entraste en un manicomio es la cosa más loca que escuche en todo este año.- Dijo dándole un mordisco a una medialuna.

-Y eso no es lo más loco escucha esto...- Le estaba por contar todo desde el primer día en ese lugar cuando la llamaron por teléfono, ella me hizo seña de que espere un minuto y se alejó de la mesa para hablar por su teléfono, al rato volvió y con su mirada ya entendí que debía irse.

-Lo siento tengo que estar ya en el aeropuerto y tengo que buscar a Jero del colegio, él siempre viaja conmigo.

Jero era su hijo. Era un chico adorable y muy parecido a su padre -si es que se le puede llamar así ya que nunca se preocupo por él- solo las expresiones y algunos rasgos de su cara se parecían a Malya.

Ella se fue corriendo sin decir más nada y desapareció entre las demás personas que circulaban por la vereda.

Al llegar a mi casa no pude dejar de pensar en qué debería hacer, algo dentro de mi me decía que vuelva al manicomio que debía saber que pasaba con Alex, Lia y Steven, mientras otra parte me decía que eso sería una completa locura y que todo lo había alucinado. 

Jeniffer: Los juegos de la menteWhere stories live. Discover now