Capítulo 3

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Esta mañana cuando salí a correr con mi habitual equipo deportivo. Escuchaba las voces de las personas que me rodeaban, parecía que todas me hablaban al oído sin embargo estaban lejos de mi y solo podía pensar una y otra vez es solamente mi imaginación.

A penas llegué a mi casa me bañe, me puse mi short negro y una blusa blanca. Estaba decidida a que iba a volver a ese horrible lugar solo para hacerles las preguntas y disculparme  con Lia ella tal vez no había echo nada y era solo mi imaginación que me estaba jugando una mala pasada. A las 3 de la tarde yo ya había aparcado mi auto y estaba por tocar el timbre del manicomio. Lo pensé por un momento y luego lo toqué. 

Se abrieron las puertas, ya me había acostumbrado a no esperar que haya nadie tras de ellas, y mientras comencé a caminar por el pasillo del patio delantero del manicomio, me sorprendió que esta vez no estaba Alex  parado en la puerta de entrada como siempre, sino que estaba Steven.

-Buenas tardes Jeniffer.

-Hola Steven.- Me acerqué a él y lo saludé con un beso en la mejilla.

Steven parecía un hombre simpático, amigable todo lo contrario a Alex que siempre se notaba aislado o frío conmigo.

-Creo que nunca antes nadie a venido tantas veces seguidas.- Dijo él.- No deja de sorprenderme.

-Gracias ¿Y Alex?- No quería ser descortés pero llamaba mi atención que él no este.

-Oh... creo que esta con Lia lo podemos encontrar en la habitación.

Sin dejar que le respondiera como era costumbre en todos aquí al parecer, se adentro y yo lo seguí por detrás.

-¿Y porqué él es serio todo el tiempo?-Pregunté  de repente.

-¿Quién? ¿Alex?- Asentí. ya que a estas alturas iba a su lado.-Se puede decir que cuando te pasan muchas cosas malas en tu vida cambias, sin darte cuenta.

-¿Qué... qué le pasó?- Dije entrecortado.

-¿Tan famoso soy que hablan de mi?- Dijo alguien a nuestras espaldas.

Me asusté al escuchar esa voz. Era Alex, cuando gire mi cabeza lo pude visualizar a mi derecha saliendo de una habitación. Quería esconderme en ese momento, no quería que él me vea, pero ya era tarde. Steven se detuvo, por lo cual yo también.

-Solo quería saber un poco, pero esa pregunta ni yo se responderla.- Dijo Steven golpeandole el hombro a Alex y sonriéndome amplia mente.

-Hola.- Saludé tratando de no mirarlo a los ojos. Sabía que si lo miraba me iba a poner roja.

-Buenas tardes señorita.- Dijo él en calma, no parecía molesto, ni nada por el estilo. Levante mi vista y él me estaba mirando fijamente  con un brillo especial en sus ojos como si la situación fuera divertida, enseguida volví la vista al suelo.

-Bueno ¿Quieren  que los acompañe?- Dijo Steven.

-No, esta bien Stev.- Dijo Alex.

 Steven dirigió la mirada hacia mi y yo solo asentí.

-Esta bien.- Respondió él con una sonrisa torcida, no estaba segura que le gustara mucho la idea de no poder acompañarnos, pero yo no era quién para decidir.- Si necesitas cualquier cosa, incluso que te salve de los humores de mi amigo, dime.- Di una rápida mirada a Alex, él parecía fastidiado. 

Sonreí.- Puedo soportarlo.- Dije en tono de broma, Stev me sonrió aunque Alex no pareció entender que era una broma, él comenzó a caminar sin esperarme. Al verlo caminé rápido hasta que pude llegar a su lado.

Jeniffer: Los juegos de la menteWhere stories live. Discover now