Capítulo 16

16 2 0
                                    


Esa mañana me había despertado muy temprano, casi no había podido dormir. Mi insomnio se debía a los fuertes dolores que había sentido durante toda la noche y también a todo lo que me había pasado desde ese maldito accidente. El dolor y angustia invadían mi cuerpo, también me daba rabia el solo hecho de no saber si mi vida había sido lo suficiente buena y más que nada que no me podía morir, menos por tener unos poderes que nunca había pedido. 

En toda la noche había dado vueltas por mi cabeza lo que había dicho Wood, que esto pasaba cuando un Pusoul no lograba controlar sus poderes y ellos si a uno, pero esto no tenía sentido yo había podido teletransportarme sola sin la ayuda de ningún otro ser, a no ser que Lia haya de alguna manera interferido estaba segura que yo podía o al menos estaba aprendiendo a controlarlos.

Tocaron la puerta interrumpiendo mis pensamientos.

Me levanté sin ganas de la cama y fui arrastrando mis pies hacia la puerta de entrada. Al abrir la vi a Lia del otro lado del umbral.

-¿Cómo lo hiciste?- Preguntó a penas me vio, la miré sin comprender y ella se abrió camino para adentrarse en mi casa.- ¿Cómo te teletransportaste?

Esa pregunta me hizo reír por dentro, me hacía acordar cuando yo le preguntaba lo mismo a ella.

-No lo sé, solo lo hice.

-Pero esto es imposible.- Dijo dejándose caer sobre uno de mis sillones.

-¿Eso que quiere decir?

-Te estas muriendo por no poder controlar tus poderes y sin embargo puedes controlarlos... eso explica por que no te estas transformando en Rapiñators.- Hablaba para sí misma, como si estuviera pensando en voz alta.- Wood se equivocó al creer que esa hipótesis tenía algo de verdad.

-Significa que no me voy a morir.- Algo dentro de mi daba saltos de felicidad. 

Ella me miro fijo.

-Eso no lo sé, tus poderes no son la causante de tus dolores, pero sin embargo no te puedes curar.-Hizo una pausa y se acercó más a mi, sus ojos parecían estar rojos.- No es una enfermedad humana y tampoco de nuestra especie, en eso él tenía razón.

Yo ya estaba resignada acerca de este tema.

-Y si no me estoy curando, ¿cuánto tiempo tengo de vida?- Esas palabras las tuve que sacar con gran fuerza, eran como un nudo en mi garganta.

-No lo sé, podrían ser horas, días o meses... la verdad que no tengo una respuesta certera para todo lo que esta pasando.- Hizo una pausa.- Solo hay una persona que te puede ayudar.

-¿Quién?

-Atis.- Dijo secamente.

-No puedo hacer contacto con él hasta dentro de 4 días.- Ese era el plazo que me había dado y también sabía que si yo le pedía alguna cura, no me saldría nada barato.

-Para ese entonces podrías estar muerta.

Una oleada helada recorrió mi cuerpo, ya sabía que me podía morir pero no quería escuchar más ninguna de esas palabras, me ponían más nerviosa de lo que estaba. Si yo todavía no era capas de decirle a Alex que mi mejor amiga estaba en peligro, tampoco sería capas de decirle que me iba a morir y si eso llegara a pasar sabía que Alex nunca más volvería a confiar en alguien. El solo hecho de pensar en él como alguien solitario por mi culpa me partía el alma.

-Jeniffer ya sé que debemos hacer.- Dijo de repente Lia.-Te dejó que el día de hoy lo disfrutes como nunca y mañana te mudas a lo de Wood, él te puede hacer una poción hasta encontrar tu problema.

Jeniffer: Los juegos de la menteWhere stories live. Discover now