Prólogo.

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Caminaba despacio por las solitarias calles, un fuerte dolor me acompañaba pero... ¿qué más podía esperar? No es como si cualquiera fuera a ayudarme, soy un raro. Un raro desconocido.
Mi padre bien lo dijo: "eres un bicho raro, un fenómeno. Nadie te querrá, solo mírate por dios"

Lágrimas caían por mi rostro al recordar no solo eso, sino todas las cosas que me dijo antes de echarme a la calle. Me abracé más he hice un leve movimiento con mi cabeza para apartar el cabello que caía en mi rostro, mis pies dolían pues no había dejado de caminar en un largo tiempo; saboreaba el sabor metálico de mi labio. Mi padre no solo me había dicho cosas hirientes, sino también me había golpeado más de una vez.

Recordar cada momento junto a él era realmente triste.

Se supone que al ser mi padre debía amarme, cuidarme... cosas que él obviamente nunca hizo. Él en vez de amarme me odiaba, en vez de cuidarme me golpeaba... pero aún así no me importaba porque pensaba que en el fondo él me amaba tanto como yo lo hacia, eso era hasta hoy. Me dejo muy claro cuanto me odiaba y que por mi culpa mamá había muerto. Lo arrepentido que estaba de que yo estuviera vivo y que jamás me quiso.
A decir verdad, creó que eso fue lo que más me dolió. Qué me confesara que jamás me quiso y nunca lo hará.

Llegue a lo que parecía una tienda, tan solo quería descansar un poco para luego volver a caminar; me senté despacio y puse mi brazo sobre mi estómago. Limpie mi rostro con mi mano y no pude evitar soltar un quejido al tocar mi mejilla, muy probablemente tendré una marca morada ahí...
Cerré los ojos un momento, pero los abrí rápidamente al escuchar el ruido de una puerta abriéndose. Traté de levantarme rápidamente pues tenía miedo de que fueran a hacerme más daño aún, lo que fué un intento fallido pues caí.

—¿Estás bien?

Levanté el rostro para encontrarme con una joven mirándome preocupada, ni siquiera me dió tiempo de contestar pues se acercó rápidamente a mi y me ayudó a ponerme de pie.

—Obviamente no estás bien, que estúpida pregunta hice...

Estaba tenso pues no la conocía y tenía miedo, pero me tranquilice al oler que era una omega. Me tomó por la cintura y me ayudó a entrar, iba con la mirada en el suelo pues me sentía un poco mareado y apenado.
Caminamos un poco más y me recostó en una cama, cerré los ojos nuevamente y escuché los pasos de la chica cuando se alejo para luego escuchar el ruido de la puerta cerrarse y nuevamente escuchar los pasos acercarse a mí.

—¿Qué te paso chico? Estás terrible, dios nunca había visto a alguién así... bueno los personajes de las películas no cuentan.

No pude evitar soltar una pequeña risa para luego quejarme y llevar mi mano hacía mi estómago. La chica levantó mi camisa y emitió un sonido de sorpresa.

—Joder chico, ¿qué te paso?

Siguió tocándome el estomago un poco más pero dejo de hacerlo cuando miro que realmente me lastimaba.

—Lo siento, yo... bueno... mira no se que te paso o porque estás así pero no dejaré que pases la noche en la calle, realmente estas muy lastimado... —dijo preocupada.

Ella soltó un suspiro, se giro y tomo del mueble que estaba junto a la cama una caja de pastillas, se levanto y se fue por donde -supongo- anteriormente habíamos entrado. Cuando regreso me dio un vaso con agua y una pastilla, la tome un poco dudoso y ella lo noto.

—Es para el dolor, así podrás dormir tranquilo.

Asentí y tome la pastilla.

—¿Cuál es tu nombre? —dijo ella sonriendo.

—Louis... —dije en un susurro.

Quizá ella piense que lo hago con miedo pero no es así, me duele todo incluso hablar.

—Louis, lindo nombre —dijo aun sonriendo —Yo soy Jocelyn Smith.

Asentí devolviéndole la sonrisa, ahora podía admirarla mejor, era unos centímetros mas alta que yo, morena, cabello castaño oscuro y atado en un moño, labios gruesos que comúnmente muerde ahora que lo noto, cejas gruesas y ojos color marrón que se ocultan un poco bajo esas gafas que trae puestas.

—Bien Louis, ¿podrías contestarme unas preguntas? —dijo seria pero aun mantenía una sonrisa en el rostro.

Asentí.

—Okey, primeramente ¿Qué edad tienes?

—Diecisiete... cumpliré dieciocho en diciembre —dije lento.

Ella asintió y tomo mi mano para dar un apretón que de una manera u otra me ayudo.

—Vale, ¿Quién te hizo todo esto?

Dude un poco en si debía o no contarle que fue mi padre, bien podría decirle que me habían robado pero ella no se merecía que le mintiera pues al final de cuentas ella solo me esta ayudando incluso cuando nadie mas lo quiso hacer.

—Fue mi padre... —dije nervioso. —Se molesto conmigo, y-yo... yo realmente no quería molestarlo...

—¿Por qué se molesto tu papa? —pregunto seria la castaña.

—Yo... no tenia la cena a preparada, se me paso el tiempo en la biblioteca y era demasiada tarea... y-yo no la tenia lista cuando el llego del trabajo en la tarde... —dije con lagrimas en mis ojos.

Ella se acerco más a mi y me rodeo con sus brazos, no pude evitar comenzar a llorar. Tape mi rostro con mis manos y trate de calmarme pero no podía...

—Esta bien, tranquilo —dijo ella con una sonrisa en el rostro y con los ojos cristalizados —ahora estas bien, el no podrá hacerte más daño ¿bien?

Asentí aun con mis manos en el rostro, Jocelyn comenzó a retirarlas lentamente y cuando por fin logro quitarlas por completo quito las lágrimas que aun caían por mi rostro con sus manos.

—Eres muy valiente Louis, pasaste por mucho... pero escucha —dijo con una sonrisa mientras lagrimas caían por su rostro —eso te hace fuerte, gracias a eso aprendes a ser una mejor persona...

Sonreí levemente y asentí.

—Bueno, una última pregunta —dijo limpiando las lagrimas que ahora caían por su rostro —¿Tienes a donde ir? ¿Un familiar?

Negué rápidamente. Mi padre era mi único familiar ya que la familia de mi madre se había ido después de su muerte, la familia de mi padre me odiaba. Realmente nunca sentí que pertenecía a esa familia.

—Se que te dije que la anterior pregunta era la ultima pero... ahora que me dices que no tienes a donde ir me preguntaba... ¿quisieras quedarte aquí? —Dijo nerviosa —Se que no nos conocemos pero realmente yo... no soportaría que algo malo te pasara...

Asentí con una sonrisa en los labios.

—Si, quiero quedarme aquí...

Ella asintió sonriendo para luego volver a rodearme con sus brazos.

—Bien Louis, es hora de dormir —dijo soltándome.

Asentí y lentamente me recosté en la cama.

—Descansa pequeño...

Cerré los ojos y poco apoco comencé a quedarme dormido, lo ultimo que escuche fue un "aquí estarás a salvo" para luego caer en un profundo sueño.

Error Perfecto ||L.S.|| »Omegaverse«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora