Nada es lo que parece.

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Narra Hayden:

Subí al auto muy molesta, nadie, nadie jamás en mi vida me había hecho pasar por una vergüenza tan grande como la de hoy. En el auto era todo silencio, hasta que...

~¡Eres un imbécil!—grité y el frenó de golpe.

-¿Que mierda tienes? Casi haces que nos choquemos y casi rompes mis tímpanos.—dijo mirándome, por suerte no había ningún auto atrás.

~¡Me llamas estúpida y quieres que no me altere! Merino me has hecho pasar la peor vergüenza de mi vida—dije calmándome un poco.

-Si tu me hubieses obedecido, nada de esto pasaría. Y eso que pasó allá va a seguir pasando, si es que sigues en esos comportamientos.

~Cuando llegaste se te veía una persona más compresiva, más buena onda, ya me estoy dando cuenta que solo fue obra de mi imaginación.

-Eres una niña aún, no puedes entenderlo.—dijo y volvió a encender el auto, y yo me acabo de sorprender demasiado.

~Tengo 19 años, no soy una niña.-

-¡Entonces demuéstralo y madura!—me gritó yo fui mas rápida y lo besé, sé que pensarán que soy una perra, pero mis hormonas y nervios estaban alterados de alguna manera tenía que hacer callar a Andy.

~Lo siento Andy, ¡Es que alteras mis nervios!—dije pero no me prestó atención y se estacionó en frente de la casa.

Bajamos, todo era silencio él abrió la puerta me cedió el paso yo entré y sentí su mano derecha sobre mi nalga, la apretó levemente.

~¿Puedes dejar de tocarme?—dije y pasé para irme a mi cuarto.

-¿A dónde crees que vas Brooks?—dije pero yo subí mis escaleras haciéndole caso omiso, escuché pasos largos por las escaleras, me tomó del brazo fuertemente.—Te estoy hablando.

~No me interesa—dije y volví a tomar rumbo hacia mi habitación.

-Te eh dicho que no te iras a ningún lado.—me dijo tomando mi brazo con más fuerza.

~Andy, me lastimas—traté de soltarme de su agarre pero él era muy fuerte.—¿Te digo algo?

-Ahora que quieres—dijo con una expresión de 'Estasapuntodecolmarlapacienciaquemequeda'

~Eres uno de los pocos imbéciles que me ha soportado, y créeme soy una adolescente complicada.

-¿Crees que no me eh dado cuenta?—dijo frunciendo el ceño.

~Es que es notoria la molestia que te causa mi presencia, ¿Por qué sigues aquí?

-Porque creo que en realidad tus padres urgentemente necesitan mi ayuda.

~¿Cómo así? ¿A que te refieres?

-En realidad eh pasado solo unas horas contigo y ya me pareces una mimada y engreída que solo quiere sexo ¿cierto?

~Eres un completo imbécil, si quisiera sexo hace rato me hubiera acostado contigo pero mira, sigo siendo virgen.

-¿Enserio eres virgen?—creo que mi obviedad era detectable a kilómetros de distancia.

~¿Es que no se nota?—Ya había soltado mi brazo por cierto.

-No sé, eres tan tú, que me sorprende.—puse los ojos en blanco y seguí mi camino, fui a la cocina, saqué un enérgico y Andy me lo arrebató de las manos.

~¿Pero qué?—Lo fulminé con la mirada, él levantó el brazo con mi refresco y empezó a joderme el hígado.

-Vamos Brooks, alcanzándolo, salta pequeñita.—puse los ojos en blanco abrí la nevera y saqué otra bebida igual, se la puse en la cara y reí.

El Imbécil De Mi Niñero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora