Mentiras.

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Salí detrás de él, en realidad Andy no me caía mal, pero aveces me sacaba de mis casillas y no me gusta que lo hagan.

~Hey Merino ¿A dónde iremos?.—pregunté subiendo al auto

-No me llames Merino, te dije que me llamaras Andy.

~Eso no es verdad, en ningún momento me lo dijiste.

-Claro que te lo dije pero andas tan empeñada en llamar mi atención para volver a besarte cada vez que puedo que no me hiciste caso.—¡Eso no era verdad! Yo nunca llamaría su atención solo para que me bese! Gritó mi subconsciente.

~Eres un tremendo imbécil, nunca vuelvas a decir lo que has dicho, ¡Tu eres el que te acercas y me besas sin reparo alguno!

-Eres una mentirosa ja ja ja déjame reírme de tu impresionante cinismo. Me amas yo lo sé no tienes que negarlo.

~¿Sabes qué? Olvídalo Merino.—Oops

-¡Joder que soy Andy!—gritó y golpeó el timón del auto cuando parábamos en un semáforo.

~Cálmate Andy, estás haciendo que todos nos miren.—murmuré por lo bajo.

-Necesito tu cuerpo, te necesito a ti —dijo mirándome con los ojos casi derramando lágrimas.

~Andy no te entiendo, dime que es lo que tienes.—pronuncié y se estacionó en frente del restaurante, habíamos llegado.

-Es que te pareces tanto a ella.—¿Quién era ella, acaso era su ex?

~¿Quién es ella? ¿A qué te refieres?—Ya me había preocupado.

-Valeria Carter, ella era la mejor mujer que pudo existir, ella era mía, la hice mía. Fue en su casa, en la cama de sus padres, me llamó ese día me dijo que estaría sola en casa yo fue con las mejores intenciones de solo acompañarla pero ella comenzó a besarme, estábamos en el mueble se me subió encima, quitó la correa me tocaba como nadie jamás lo había hecho. Luego de hacerlo nos distanciamos, ella llega después de tres semanas a decirme que estaba embarazada, estaba tan feliz rentamos un departamento ya que sus papás No estaban de acuerdo con nuestra relación. Un día llegaba a casa de cuidar a dos niñas y cuando llegué no estaba me dejó una carta donde decía  que había ido a abortar que no aguantaba esta situación y que iba a regresar con sus padres. Me dejó Hayden me dolió en el alma yo la amaba.—Se recostó en mi pecho y yo con lágrimas en mis ojos y con un pequeño instinto maternal comencé a sacudir su cabello con ternura.

~Andy yo...—Mierda el muy puto se está riendo ¡SE ESTÁ RIENDO!

-¿Enserio creíste todo lo que te dije?—¡El muy idiota acaba de jugar conmigo!

~¡¡ERES UN...!! No te mereces mis insultos eres un un un UN IDIOTA.—Estaba más que molesta, estaba furiosa, el coraje era mucho.

-Hayden no te molestes, fue solo una broma.—dijo y salió del carro yo solo puse mis manos en mi frente con frustración, nadie me había engañado de tal forma.

~Andy solo... Aléjate ¿quieres?—le dije y me metí al restaurante, bueno traté hasta que él me tomó del brazo.

-No, no quiero dejarte en paz, y no lo voy a hacer nunca.

~¡Nunca me vas a dejar tranquila!—grité con desespero.

-Exacto nunca en tu puta vida.—se acercaba a mi rostro y su respiración se mezcló con la mía, pegamos los labios, me tenía arrinconada en el carro, era chiquita, trataba de imponerme a sus besos pero era imposible, era tan lindo ese momento quería que no se acabara, sumida en mis pensamientos mi otra yo que cada vez que estoy por cagar todo me grita, como hora por ejemplo. «Deja de cometer idioteces»«No seas una zorra, ¿Acaso no te acuerdas de Alex» ALEX.

~Andy déjame, tengo un novio, recuérdalo.—balbuceé.

-Déjame decirte que hace segundos no te acordaste de tu estúpido noviecito.—dijo con un ligero cambio de humor.

~Me sorprende que le digas estúpido, aunque de parte tuyo ya nada de sorprende.—tomó mi mano con dulzura entrelazando nuestros dedos, me miró de reojo, yo solo sonreí de lado.—¿Que haces?

-Tomo la mano de mi bebé , una chica de 19 años que parece de trece, una chica que dice ser madura, pero parece mi hija.—yo fruncí el ceño y solté su mano entrando al restaurante.

~Idiota.—murmuré con enojo.

-El idiota es tu novio.—dijo en mi oído hizo que se me erizara el cuerpo, me sacó la vuelta y pasó delante de mi para tomar la silla y apartarla.

~Gracias, por fin eres amable.

-Se nota que no me conoces bien.—dijo sentándose en su silla.

~Tu eres el que no me conoces, bien solo horas me conoces y ya me gritas inmadura y estúpida.

-Créeme te conozco más de lo que te imaginas.

-Créeme te conozco más de lo que te imaginas

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Sorry por la demora es que el colegio :c

El Imbécil De Mi Niñero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora