El Imbécil De Mi Niñero.

Pasa la noche conmigo.

Fui muy enfadada donde Andy se encontraba, con cautela abrí la puerta encontré a Andy echado en la cama desnudo con las sábanas tapando su órgano reproductor. Al ser cegado por la luz que pasaba por la puerta se tapó la cara con la almohada.

-¡Lárgate de aquí tu también!—gritó, pero hice caso omiso, prendí la luz de la habitación—¡No me oíste vete de aquí!

~Ahora dime Merino, ¿Qué se siente querer que lo dejen en paz y que la otra persona no deje de arruinarle la existencia?—Me oyó y se paró de la cama sin taparse con las sábanas, yo por instinto me tapé los ojos con las manos.

-Vamos Hayden, yo sé que quieres mirar, no te resistas—lo oía hablar pero no destapé mis ojos.

~Ya quisieras idiota—me descubrí los ojos pero sin mirar abajo, mi vista fue directa a sus ojos.

-Míranos estamos aquí otra vez, te besaré, me besarás, me insultarás, te molestarás, te irás y repetiremos todos los días la misma rutina hasta que por fin pueda estar entre tus piernas. 

~Eso es lo que tú dices—dije poniendo mi dedo índice en su abdomen descubierto.

-No es lo que yo digo mi amor, es lo que tu siempre demuestras—dijo y tomó mi cintura y me besó yo le seguí el beso ya necesitaba sus labios así sea el peor idiota de todo el mundo me encanta la combinación de nuestros labios, nos separamos y pegamos nuestras frentes él rió y yo me mordí el labio aguantándome.—¿Lo ves? Eres muy fácil.

~¿Estás acostumbrado a decir cualquier estupidez después de una linda escena?

-¿Dices qué es una linda escena?—agregó.

~Eres un idiota—dije y me apresuré a abrir la puerta pero Andy se me acercó por atrás y me abrazó de la cintura.

-Me encantas así de terca y testaruda—dijo y sentí su miembro frotarse en mi trasero.

~Tengo que irme a dormir...—dije mientras soltaba un bostezo.

-Pasa la noche conmigo—dijo y enterró su rostro en mi cabello e inhaló captando rápidamente el buen olor en el, volteé en cuestión de segundos y lo miré a los ojos.

~Sabes que eso no puede ser—se acercó a mi de nuevo pero esta vez me alejé.

-Eres tan inocente, no soportaría la idea de hacerte daño—¿este es el Andy que estaba escuchando?

~Tengo clases Andy es tarde yo...

-No haremos nada solo, duerme conmigo—me volteé y me fui a mi habitación, Andy trató de detenerme pero no pudo. Llegué a mi pieza y lo escuché azotar la puerta con fuerza, Me coloqué el pijama y me acosté pensaba en Alex, Andy, a uno lo amaba y el otro solo era una aventura respectivamente.

***

Me revolví incómoda en mi cama, sentía algo pesado a mi costado, la luz que atravesaba mi ventana era molesta al igual que la incomodidad que sentía. Abrí mis ojos con pesadez no quería levantarme y menos a la universidad. Quedé impactada al ver a un cuerpo al costado de mi cama, era Andy con una botella de licor en la mano, tal parece que olvidé de colocarle el pestillo a la puerta. Me levanté y él se levantó, se frotó los ojos, sonrío de lado acercándose a mi mientras yo retrocedía sin pensarlo resbalo, como lo torpe que soy, Andy corriendo se acercó a mi, al sentir el olor a licor arrugué la nariz.

~¿De donde sacaste esa botella?—pregunté cruzándome de brazos.

-La robé del estante de tu padre.—dijo con frescura.