4/30. Almas en Pena

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Gente quiero aclarar que cuando habla Liza es en el pasado y que todo lo pasado diferenciaré en cursiva así no se hacen lío entre lo que sucede ahora y lo que ya pasó.

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Almas en pena


- ¿No crees en mi, verdad? - digo con mirada gacha revolviendo el contenido de mi plato.

Él  suspira y reflexiona al respecto. Mueve sus labios como si fuera a decir algo pero se retracta en más de una ocasión hasta que finalmente decide hablar.

- Sólo fue una pesadilla - sugiere en tono conciliador.

Apoya su mano sobre la mía. Es extraña la sensación que me produce, como si no se tratara de la primera vez que me tocara.

- ¿Puedo dormir contigo esta noche? - sugiero dubitativa y el aparta su mano.

Levanto la mirada y puedo ver a través de su mirada, la batalla interior que se desata en su mente.

- Eso no es posible - agrega desviando la mirada.

Si he de ser sincera, no esperaba aquella respuesta.

- ¡Eres mi esposo! - exclamo enarcando una ceja- ¿Por que no?.

- ¡Porque no! , y es mi última palabra - dice levantándose notablemente irritado - Lucile te acompañará más tarde al pueblo -dice por detrás de su hombro antes de retirarse.

Tengo la extraña sensación de que no le simpatizo. No comprendo el por qué. Apenas y me conoce, y aún  así, siento que con solo mirarme, me juzga.

Lucile es algo así como mi dama de compañía. No es recatada ni sigilosa como las demás. Habla a más no poder, lo cual me simpatiza mucho. Ella sostiene mi sombrilla color crema - que hace juego con mi atuendo - a medida que caminamos. El día esta grisáceo y húmedo como de costumbre. Avanzamos sin detenernos en nada en particular. No puedo dejar de notar a cada paso, como los extraños levantan la vista a mi andar.

- No están acostumbrados a ver señoritas tan finas por aquí - dice Lucile y yo asiento - ¿Como es la gran ciudad?- inquiere con ese aire soñador que la característica.

- Pues bien - reflexiono- Dublín es hermoso todo el año. Pequeños puentecitos comunican a las personas entre canal y canal. Flores lilas suelen decorar los pequeños balcones de las casas. Es ... es mágico.

- ¿Mágico? - pregunta con el ceño fruncido.

- ¿Dije algo malo?- pregunto con sorpresa.

Ella sacude la cabeza y niega enfáticamente.

- No se lo tomé a mal mi Lady pero ... -escruta a los alrededores para asegurarse de que nadie nos escuche - La magia es considerada sinónimo de hechicería. Entiendo el contexto en el que se expresó, pero aquí, son excesivamente supersticiosos. La gente cree que porque aquí nunca sale el sol, estamos malditos.

Un cosquilleo viaja desde detrás de mi cuello por mi columna vertebral, hacia el resto de mis extremidades.

- ¿Y tu que crees?- digo casi en un susurro.

- ¿Yo? Soy escocesa mi Lady. He crecido entre historias de mitos y leyendas. Pero eso no significa que vaya a creer en cuanta superstición exista.

Asiento.

- ¿Y que hay de ... Los fantasmas? - pregunto queriendo sonar casual.

- Creo que son dignos de lástima - responde para mi asombro. Ella sacude su cabeza en negación. Luce acongojada.

- ¿Lástima? - inquiero incrédula - Pero si ellos no ...

- ¿No existen? ... ¡Claro que existen!-afirma.

- Creí que eran parte del folclore local de toda comunidad- agrego y ella niega.

Encontramos una banqueta frente a una laguna y tomamos asiento, desde allí, se puede divisar perfectamente la cima del Monte Crowford .

- Eso cree la mayoría, pero no es así. Los fantasmas, no son más que tristes ánimas en pena, aguardando a su purificación.

- ¿Purificación? - inquiero asombrada.

- Así es. Todos los seres humanos antes de partir al cielo, deben de pasar un tiempo en la tierra para purificarse.

- ¿Y que pasa si ...?- dudo - ¿Si no sepurifica?. ¿Puede darse el caso? - inquiero.

- ¡Oh! ¡Claro que puede pasar! Sobre todo si tienen asuntos pendientes. Lo cual no es nada bueno - dice negando con lacabeza - un alma que no parte a tiempo, queda retenida para siempre.

***

Mientras tanto, en la mansión Crowford, el misterioso millonario toma un largo y relajado baño en la bañera de mármol.

Los hechos de aquella fatídica tragedia lo atormentan a cada hora y tener a Lizet cerca, no aminora su dolor. Lo agota. Lo consume. Es como si tuviera que seguir pagando por sus errores.

Crowford se levanta desparramando el agua que recorre su cuerpo desnudo, tanto dentro como fuera de la bañera. Se seca con cuidado y gime al sentir el ardiente dolor de su hombro. Él  aparta la toalla y descubre la enorme cicatriz que es fiel reflejo de lo que la traición puede provocar.

- Liza - suspira para si mismo. Su alma deshecha y agónica le ruega que la dejé ir. Pero el niega rotundamente. Ella era suya y siempre lo sería. Incluso, en la muerte.

****

Liza...


- ¡Tú no eres la indicada para el joven Damon!- amenaza Moira. Decidí no prestarle atención. Ya estaba harta de ella.

Sorbo de mí taza de té hiervas. Moira ya había acabado la suya. Al parecer mi oferta de paz, no estaba haciendo el efecto que esperaba. De todas maneras, con la anciana siempre sé que esperar.

- ¿Sabes? Puedes decir lo que quieras y yo, oiré todo lo que tengas para decir. Me fastidiaré como siempre lo consigues hacer, y así y todo, tu seguirás siendo la vieja amargada que eres, y yo seguiré siendo la mujer que algún día ocupará su lugar en esta mansión - espeto.

- ¡Eres una alimaña! - gruñe la vieja loca -¡No comprendo como el joven puede estar tan ciego!.

Le regreso una sonrisa provocadora.

- Eso no debería de ser un problema para ti - digo sorbiendo lo último de mi té de hiervas.

Los ojos de la anciana se tornan como huevos. Sonrío. Ya era hora.

- ¿Qué, que me has hecho? ¿Qué...? - su rostro esta pálido. Se toma del cuello con ambas manos y cae al suelo. Comienza a arrastrarse con las pocas fuerzas que le restan. Y finalmente se detiene. Me inclino hacia la anciana y la observo de lado - Eres un monstruo - musita estirando su mano para alcanzar mi bota.

- Soy peor que eso - susurro. Me pongo de pie sacudiendo mi bota para que se suelte. Tomo ambas tazas que llevo a lavar, y luego regreso de vuelta a mí mundo.

Para cuando Damon llegue, la encontrará sin vida y yo, no tendré nada que ver con su muerte. Después de todo, no era más que una vieja decrépita, a la que ya le había llegado la hora.

....

¿Cuatro capítulos en un día no será mucho?. Diría que es la tormenta que precede a la calma. ¡Esperemos que la inspiración dure!

No se hagan lío con los personajes. Lo de Liza sucedió En el pasado y el parecido de los nombres lo comprenderán más adelante.

En portada Gaspar Ulliel como Damon Crowford.

CAPITULO ACTUALIZADO 30/04/2016

El Misterio del Monte Crowford [ Finalizada ] #FlyAwards16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora