- Según Platón, en un inicio , los seres humanos - hermafroditas - estaban provistos de dos cabezas, cuatro brazos y cuatro piernas, hasta que un buen día, el Dios Zeus los desterró a la tierra y con un rayo, cortó a estos seres por la mitad. De allí, a que al día de hoy, todos los seres humanos, estan en busca de su alma gemela - recitó la anciana para el joven Damon, quién ya comenzaba a rondar los doce años de edad.- No me gusta esa historia - bufó el niño.
La anciana sonrió.
- De acuerdo, y que tal sí te contara que todos nacemos con un hermano gemelo-inquirió la anciana con un aire misterioso.
- Yo no tengo un hermano gemelo - dijo el niño.
- No aquí. Él no vive en este mundo.
- Moira, sabes que preferiría estar matando canarios, antes que escuchar otra historia más de hadas ¿No? - dijo el niño enarcando una ceja.
- Lo que te digo, es real. Siempre me preguntas que hago cuando viajo a través del espejo. Pues bien, mi gemela vive al otro lado. Ella también es un oráculo al igual que nosotros ¿y sabes que? Su pequeña nieta también heredó el don .
- ¿Me estas diciendo que hay gente igual a nosotros que vive allí? - dijo el niño señalado el espejo mientras permanecía sentado sobre la alfombra persa, y se disponía a leer su próxima pieza del tablero de ajedrez .
- Si y no. Cuando una persona nace en este mundo, al mismo tiempo nace su gemelo, al otro lado del espejo. Pero, si los gemelos nacen en un sólo plano, en el otro, nunca existirán- explicó la anciana.
- ¿Y mi gemelo es como yo?. ¿ Él también es un oráculo? - preguntó Damon.
- Los oráculos tienen la capacidad de encontrarse. Son como imanes los unos con los otros. Puede que lo sea, como puede que no.
-¿Cuando viajaré al otro lado? - insistió Damon.
- Un oráculo sólo puede viajar con ayuda de un llave - explicó la anciana, dejando a la vista el colgante con un dije circular que asimilaba a un pequeño espejo de rostro.
- ¿Y cuando tendré mi llave?
- Cuando llegue el tiempo oportuno - dijo la anciana haciendo su último movimiento sobre el tablero- Jaque mate.
...
Damon corrió a toda prisa de la mano de su padre. El hombre lo había encontrado molestando a sus queridos caballos que eran más importante que su propio hijo. El pesado manotazo había volado hasta el delicado rostro del niño, dejándolo con un ojo morado. La habitación más cercana a su salvación había sido la de Moira. Lamentablemente ella no estaba allí. Ella no podría protegerlo de las palizas de su padre.
Damon vislumbró una luz brillante que refractaba la luz tenue del exterior. Allí, en el alajero, colgaba la llave de su salvación. La tomó sin pensárselo dos veces y esquivando a su padre de camino a la torre. El hombre había resbalado sobre la alfombra del corredor, tratando de atrapar a Damon. El pequeño sabía, que para su padre, los lugares donde esconderse habían sido todos descartados.
Damon sostuvo el colgante a modo de péndulo y al igual que, cuando solía espiar a Moira, tomó el pequeño dije entre su dedo índice y pulgar, para luego hacerlo girar sobre su eje. En medida que este giraba, la superficie lisa del espejo comenzó a vibrar hasta volverse liquida. Damon introdujo la punta de sus dedos y el resto de su cuerpo, fue absorbido al instante.
Cuando el señor Crowford abrió la puerta de la torre de un fuerte golpe. Se dio cuenta, que salvó él y un viejo espejo, no había ningún otro lugar dónde Damon hubiera podido esconderse.
***
Díganme que ahora ciertas dudas se van aclarando y que la similitud de los nombres comienza a tener sentido.
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El Misterio del Monte Crowford [ Finalizada ] #FlyAwards16
ParanormalSiglo XIX, Irlanda. En la Mansión Crowford fantasmas pasean por sus corredores, secretos y magia rondan a sus alrededores y Lizet es sólo una pieza en todo ese halo de misterio. **** Todos los derechos reservados. Prohibida su reproduccion y copia...