Desmond...
El joven Desmond observa entre los arbustos a la dulce Liza. Ella esta en trance como cada noche. Viste un rojo y amplio vestido de fiesta. Su color favorito.
Desmond siempre supo que nunca se debía de despertar a una persona sonambula. Pero Liza no entraba dentro de los canones sobre trastornos del sueño, ella era otra cosa.
La joven se posa con los ojos desprovistos de vida frente a una fuente de agua tubular. Éste le devuelve su reflejo pero ella ni siquiera lo nota.
Liza toma el pequeño colgante del que pende el pequeño y circular espejo que hace de dije y a medida que lo sostiene en el aire, lo va descendiendo y sumergiendo poco a poco en el agua, mientras recita una oración en una olvidada lengua.
El dije había sido un regalo de Moria, la abuela paterna de Liza - que le habia hecho cuando era niña -, como recordatorio de haber sobrevivido a una grave enfermedad. Era algo común un regalo de ese tipo puesto que su familia se había dedicado durante décadas al negocio de los espejos y vitreux.
Desmond observa sin más. No hay nada que pueda hacer más que cuidar de ella como siempre lo ha hecho.
En un abrir y cerrar de ojos él aparece en su habitación. Hay fuego y humo por todas partes. Mira alrededor pero Liza no está allí. Corre hacia la puerta pero ésta está cerrada. Desmond está aturdido.
Él se arrodilla sosteniendo su cabeza por los lados con ambas manos. Las lágrimas se derraman a la vez que se evaporan en aquella ardiente habitación.
Una leve presión viaja desde su hombro al resto de su cuerpo. Levanta la mirada, pero no hay nadie allí. Por encima de su hombro, el descomunal espejo - regalo de bodas de su suegro - llama su atención. Para su sorpresa, el reflejo que le regresa el espejo, es el de una habitación en orden y calma, y no la del crudo acontecimiento que allí, ante sus ojos está sucumbiendo.
Desmond estira su mano y palpa la superficie lisa y fría. Acto seguido, la superficie se torna liquida succionandolo hacía el otro lado.
Aquel portal, después de cerrarse, nunca más volvió a ser igual. Desde entonces, decenas de fisuras son parte de su actual reflejo.
....
Desmond despierta con el cabello pegado a la frente y el cuello, a causa del sudor. No solía tener pesadillas con frecuencia, pero de vez en cuando, las tenía y siempre era la misma. Aquella que le recordaba la noche en que Liza trató de acabar con su vida y no lo logró.
***
Damon...
Liza me ha pedido que me deshaga de su esposo. Prometí el día que la hice mía - en los calabozos -, que siempre cuidaria de ella y haría lo que fuera.
Liza es mía y yo lo soy de ella. No importa cuántas copias exactas pudieran existir de ella, porque aún asi, ella siempre sería mi primer y única opción. Tampoco me importa que comparta su cama con otro, porque sé que cuando está con él, está conmigo, pero lo que no puedo soportar es tenerla lejos. Sé a ciencia cierta que el tal Desmond también es un oráculo - como lo somos nosotros-, y que no vivirá muy tranquilo si me quedo con su esposa. A diferencia de cualquier simple mortal - que estaría en desventaja -, él si puede darnos caza.
Liza y yo escuchamos un crujido y basta un sólo gesto de ella para anunciarme que no estamos solos en el silencio de la noche.
Me aparto en momento de mi amada y con ayuda de la oscuridad de la noche me desvanezco entre la densidad del bosque.
Poco tiempo después, cuando ya estoy de regreso, arrastro detrás de mi, a la ofrenda que traigo para ella. El cuerpo inconciente de su esposo Desmond, que había estado acechandonos, está ahora a los pies de Liza. El hombre sacude su cabeza despertando de su letargo, y antes de que pudiera caer en la cuenta de lo que estaba ocurriendo, Liza golpeó la cabeza de éste con la punta de su zapato, dejándolo nuevamente a nuestra merced.
Moira solía decirme que nada bueno saldría de mi relación con Liza y demás esta decir, que en carne propia lo comprobó. Pero lo que Moira no comprendía es que Liza era tan buena para mi, como yo para ella, porque nuestras naturalezas eran iguales. Éramos iguales. La misma falta de escrúpulo. El mismo don. Mientras estuviésemos juntos, siempre estaríamos completos. ¿No es eso lo que todos buscamos?
O.o Madre mía! ... Chan-chan -chan!!! ... No quiero ir a lo predecible ni cosa por el estilo. Así que, lo que sean que estén pensando, espero no sea lo que tengo pensado.
Aún así ... ¿Que están pensando? Cuenten que quiero saber!.
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El Misterio del Monte Crowford [ Finalizada ] #FlyAwards16
ParanormalSiglo XIX, Irlanda. En la Mansión Crowford fantasmas pasean por sus corredores, secretos y magia rondan a sus alrededores y Lizet es sólo una pieza en todo ese halo de misterio. **** Todos los derechos reservados. Prohibida su reproduccion y copia...