Esta es la historia de un amor que nunca sucedió, la historia de ti y de mi antes de que realmente despertara del sueño en el que me dormiste con tus ojos, antes de que continúe hablando acerca de aquel día quiero decirte que, te extraño.
¿A quien le gustan las mañanas?, ese momento en el que te despiertas y quieres regresar, ese instante donde los "cinco minutitos" parecen solamente "cinco segundos". Todos los días me despierto, antes de levantarme suelo pensar en lo hermosa que seria mi vida si todo lo que quisiera se pudiese. Pongo mi pie derecho primero, después el izquierdo, doy gracias a la vida por otro día y me dirijo al baño con las sandalias de baño. Arrastro los pies hasta mi baño, abro la llave y como muerto en vida comienzo a bañarme. El baño termina, me cambio y salgo de mi cuarto como una persona nueva.
Hoy es el primer día de escuela, nuevo grado, acabo de entrar a la preparatoria. Ese momento crucial en la vida de todos los adolescentes en la que se decide si triunfaras, o no. Puedes pasar tu vida como un rezagado social o puedes convierte en una persona "popular".
Me dirijo a mi carro, abro la puerta y después mantengo la cabeza lo mas tranquila posible, pensando en cosas buenas y siempre repitiendo la misma afirmación "Hoy es un buen día", realmente necesito tener en claro que será un buen día, porque mis buenos días no llegan diariamente. Al termino de mi secundaria era uno mas, y me prometí que este año seria alguien importante, alguien que todo el mundo conozca y cosas así que los adolescentes quieren. Nací en una edad equivocada porque yo no siento ese impulso de querer ir a fiestas, tomar alcohol y hacer tonterías, yo soy una persona tranquila, que aprecia estar un rato a solas y en contactó conmigo mismo. Me considero una persona extraña pero al mismo tiempo me siento bien por no hacer locuras. Tengo muchas preocupaciones, creo que mas de las que alguien de mi edad debería tener. Siento que algún día despertaré y me daré cuenta que estoy muy viejo y no hice lo que pude cuando aun era joven, y tenia la oportunidad de hacer tonterías.
El camino es muy largo o tal vez es muy corto, pero mi desesperación lo hace ver demasiado largo. Los primeros días acostumbro a llegar temprano porque me encanta la idea de elegir un buen lugar, no muy cerca de el maestro, pero lo suficiente para ser visto por los demás. Después de varios minutos llegamos a la entrada y fue como si un escalofrío subiese encima de mi, algo impórtate pasaría o seria un año más en el que nada importante le pasara al pobre Gus.
Conté hasta tres y abrí el carro, suelo contar hasta tres porque las decisiones mas difíciles de la vida siempre tienen que ver con ese numero. No soy la definición de belleza, de hecho yo me considero todo lo contrario a lo que puede ser estéticamente bello. Dicen que las personas deben considerarse bellas en su única forma, pero yo no soy para nada lindo. Toda la vida las personas se han encargado de decirme feo y gordo. Hasta mis propios padres me decían que estaba gordo y se supone que ellos deben ser quienes te apoyan y te dicen que eres hermoso. He adelgazado mucho porque he crecido, pero aun así me siento gordo y necesito reafirmar todo lo que quedo después de bajar de peso. Entré a la escuela y salude al portero con un amable "Buenos días", el portero es alto y gris, el tipo de portero que te hace temblar de miedo cada vez que te observa, tal vez no deba juzgarlo o tal vez si deba. Me observó y solo asintió con la cabeza como si no estuviera acostumbrado a decir un simple "Hola".
Entre en el gran vestíbulo, un lugar frío y tétrico como un lugar realmente antiguo. En el techo hay una replica pintada al óleo cierto mural que adorna cierta iglesia famosa. Combina a la perfección con todo el decorado, con todo lo tétrico y conservador del lugar. Justo al entrar hay un florero con tulipanes rojos recién cortados y una oficina que dice director, al seguir caminando puedo ver que hay otra oficina a la derecha que dice subdirector y una puerta muy grande con una frase que dice "Enseñanza, justicia, tolerancia y amor" en latín. Se latín porque mi abuela me obligó a aprender durante mis clases de catecismo.
Entré por la puerta, el edificio era una especie de ex convento abandonado que ahora era una escuela laica, mezclaba la belleza de la arquitectura barroca con la tecnología moderna. En el vestíbulo había un pequeño lugar que decía "Información", noté que justo a lado de él estaban muchas personas amontonadas observando algo. Me acerco para ver que hay ahí y por qué causa tanto alboroto. Puedo ver que es la lista de salones y alumnos en papeles de colores, como si el hecho de estar en colores fuese a hacerlo mas divertido. Creo que fue una buena decisión acercarme ahí para ver que hay. Espero a que las personas se alejen de los papeles y comienzo a buscar mi nombre. Como siempre no soy el primero y tampoco soy el ultimo. Soy uno mas de los que nos encontramos en el medio de todo, no somos los mas importantes y nos sentimos solos en el mundo. Como mi apellido es extraño la mayoría de los maestros hacen una pausa para preguntarme como se dice mi apellido, eso es algo incomodo tomando en cuenta que la mayoría de las personas prefiere pasar desapercibido y mantenerse muy debajo de la vista publica. A muchos no les gusta lo que es nuevo o extraño para su vida cotidiana. Observé el apellido de mis compañeros y me di cuenta de que eran apellidos muy lindos y comunes en este lugar, a muchos les gusta la idea de tener apellidos raros, pero no es tan lindo como suena.

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Ese dia
RomanceGus es un chico extraño. No en el sentido común de la palabra, sino en toda su extensión. Puede pasar el día entero observando el horizonte dentro de su cuarto. En completo silencio. Pensando en una sola cosa, los ojos de Daniel. Si los ojos de Dani...