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Doce en punto, es el momento de llevar acabo mi plan. Patricia me ha entregado las llaves que encontró dentro de la oficina de la directora. Una abre la puerta y la segunda abre el lugar donde creo se encuentra lo que estoy buscando. En este instante Hart se encuentra recorriendo los pasillos hasta su siguiente clase, lejos de aquí, lo suficiente para que pueda huir si hay peligro. Daniel aún no aparece, lo extraño, esos ojitos que pone cuando me toma de la mano y se queda callado esperando a que rompa el silencio. Pero nuestro silencio es muy largo, nadie se atreve a romper ese enervante momento que sucede durante nuestra falta de sonido. Lo extraño. Creo que de ser ciertas mis sospechas podré observar lo sucedido en el video. Espero solamente sean suposiciones mías. No soportaría saber que nunca nos dijimos adiós.



-Aquí están, úsalo con sabiduría Gustav. No me metas en problemas.- Decía Patricia bastante nerviosa

-No te preocupes Patricia, todo saldrá bien- le respondí, mientras en mis adentros ni siquiera yo conocía la verdad. No sé, creo que nadie sabe a ciencia cierta lo que sucederá en el futuro, por eso me es imposible no sentirme tan nervioso como Patricia, no por entrar a la oficina sino por encontrar en los vídeos aquello que estoy buscando y no quiero encontrar.

-Esta bien. Es momento Gus- dijo Patricia. Le entregué un radio para comunicarnos al otro extremo de la escuela y así ella podría avisarme si hay algún problema.

-Espero lo encontremos- contesté finalmente y ella corrió a su posición mientras yo esperaba a que sonara la campana para poder entrar a la oficina sin ser visto.



Sonó. Con la llave en la cerradura giré con nervios, logré entrar sin ser visto o al menos eso creo. Su oficina es como la de cualquier maestro, ventanal grande al fondo, escritorio y sillas ejecutivas de madera, todo al estilo Oxford, libros por todas partes y dos archiveros medianos, una alfombra realmente elegante y un pequeño closet con llave. Ahí esta lo que buscamos. Me dirigí directamente al closet para buscar la llave, para abrirlo debía usar la segunda llave que se encontraba dentro del manojo que me había entregado Patricia para abrir la oficina. Lo intenté, no se abrió. Esta llave debe abrir algo más. Me acerque a la mesa de Hart, me coloqué como quien se sienta para ver entrar a los alumnos regañados. Habían cinco gavetas, dos a cada lado formando dos pares simétricos y una gaveta en medio, larga, el lugar perfecto para esconder una llave. Intenté abrir. De nuevo no abrió. Se vuelve desesperante. Las gavetas de lado derecho no abren. Obvio, Hart es zurdo y si usamos esta lógica no guardaría nada en un lugar contrario a su naturaleza. La gaveta de lado izquierdo superior no abre. Sin embargo, la inferior, sí abrió.

Ahí estaba, dos manojos más de llaves, todas idénticas. Con diez llaves por manojo, podría pasarme aquí todo el día y las combinaciones se vuelven cada vez mayores. Sí tan solo hubiese puesto atención en ese tema de matemáticas les podría decir cuantas combinaciones diferentes puedo hacer, pero como me dormí, lo siento. El punto esta en que no puedo abrir nada aún teniendo la llave de todo, ¿por qué?, porque no sé por dónde empezar. Lo único que me queda es escapar de aquí rezando porque Hart no necesite de las llaves, así podré sacarles un duplicado.


Hola!, ahora que tengo tiempo me dedicaré de lleno a corregir la historia y a publicar nuevos capítulos, no se desesperen, ya llegarán nuevas aventuras para nuestra pareja favorita... :D.


Espero les guste la historia, cualquier comentario, abajo estan los comentarios, muchas gracias,


-E

Ese diaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora