Suena mi teléfono, contestare
-¿En donde estas?- es Daniel en la otra línea, hablándome algo tris
-Camino a casa- contesto indiferente
-Te dije que me esperaras, quería acompañarte
-Gracias, pero creo que no se podrá
-¿Por qué? – nuestra conversación es bastante circular y esto se debe a que nos sentimos nerviosos, nos gustamos, nos queremos, nos observamos y ninguno de los dos es capaz de dirigirse al otro directamente
- …No lo se- Mantuve el silencio por un instante
-¿Cómo que no lo sabes?
-Sí, no lo se- Si lo sabia, estaba aterrado de que se enteraran de mi gusto por Daniel y sobre todo lo que esto conllevaría
-¿Estas enojado?, ¿dónde estas?
-En la calle, sigo caminando- volví a quedarme en silencio- no estoy molesto, estoy triste
-¿Quieres hablar?- Pude sentir su mano tocarme la mejilla aún cuando estaba al otro lado del teléfono
-No lo se
En realidad todo este tiempo estuve hablando desde una silla a la mitad de un parque, observaba los arboles y cada cierto tiempo un grupo de personas corrían, interrumpiendo así mi concentración casi religiosa. Lo quiero, me gusta, es todo lo que siempre he querido; pero es tan irreal que incluso se siente fantasioso, acostumbro a huir de los problemas, de las situaciones que puedan comprometerme o al simple hecho de tener una responsabilidad, esa es la razón por la que no tengo un perro.
-Sabia que estarías aquí- Dijo Daniel detrás de mi
-Me imagino Patricia te dijo a donde vengo a pensar- Hubo silencio- la matare cuando la encuentre, es una chismosa
-Ella no me lo dijo
-¿Entonces?, ¿Cómo lo supiste?
-Lo se porque te amo… -hubo silencio, estuvimos tan callados que era posible cortar la tensión con una tijera
-¡Listo!, lo dije, ¡Te amo! ¡Te amo!, ¿por qué no dices nada?, ¿acaso no sientes lo mismo?- Voltee a verlo, seguía sucio por el entrenamiento, estaba cargando su equipo y una mochila. Se veía tan guapo
-Con que de ahí viene ese olor- Dije sonriéndole
-Después de que te viste no logre concentrarme más, pedí permiso para salir y te busque por todas partes- se hinco hacia la banca, pego su mentón en el respaldo de la banca, tenia su rostro frente al mío- Caminas muy lento
-Estaba pensando, cuando pienso camino lento
-¿Me acaricias el cabello? –Le sonreí, el se sonrojo
-Esta bien
El tiempo paso y el seguía hincado en el pasto, con el rostro acurrucado en la banca y las manecillas se detuvieron, porque el y yo estábamos observándonos fijamente a los ojos. No volvimos a decirnos una sola palabra, el se confortaba con sentir mi mano en su cabello y yo me sentía completo con ver aquellos ojos. Era como si sus pupilas dijesen los mejores poemas, era simplemente asombroso.
-Llevas bastante tiempo ahí, ¿no te duele?
-Solo no despegues tus ojos de los míos y todo estará bien- nos seguimos observando- aunque si quieres podríamos hacer algo más
-Vamos a caminar- conteste sin dejar de verlo directamente
-Esta bien- Se levanto con dificultad, llevaba tiempo ahí hincado -¿Nos agarramos de las manos?, soy nuevo en esto
-Solo si tu quieres, aunque creo que es un poco apresurado
-Esta bien- se acerco a mi, podía sentir su presencia muy cerca de la mía. Estábamos tensos, pero tensos de amor. No nos dijimos una sola palabra, solo estuvo cerca de mi, sin tocarme, sin rozarme, nada, simplemente cerca -¿caminamos?
-Claro, ¿para donde?
-¿no ibas a tu casa?- pregunto con una sonrisa
-Cierto, ¿tu no ibas a bañarte?- respondí sonriendo
- Mi carro esta en la entrada al parque, podríamos caminar hacia allá y te podría llevar a casa
-Me parece perfecto- continuamos sintiendo nuestra presencia, no caminamos, nos quedamos ahí, parados, hipnotizados con la sensación de tener el corazón del otro palpitando a unos centímetros del nuestro.
Sentía como el tiempo no pasaba, las horas se detuvieron para darle paso a la inexistente nada. Estábamos los dos, solos en el mundo- Vamos- le dije y comenzamos a caminar sin decir una palabra, muy cerca el uno del otro; hasta llegar al coche de Daniel.
Era una camioneta, abrió la cajuela, metió sus cosas, me abrió la puerta y yo la cerré -¿Por qué la cerraste?- pregunto sorprendido
-Por que me abriste la puerta- sin preguntarme volvió a abrirme la puerta y la volví a cerrar, sin despegar mis ojos de los suyos
-Déjame abrirte la puerta, es por cortesía- volvió a abrirme la puerta y la cerré nuevamente- eres retador- pego la mano al carro y con la otra volvió a abrir la puerta sin despegar sus ojos de los míos- ¿quieres entrar mi amor?- dijo cariñosamente- entre y cerro la puerta tras de mi
Entro al automóvil y nos quedamos viendo el uno al otro por unos segundos, hasta que comencé a reírme y el también. Agarro mi mano que se encontraba sobre mi pierna y la sostuvo fuertemente –Te amo- Dicho esto arranco y nos fuimos directamente a su casa, no nos dijimos nada, estábamos tensos. Al llegar a mi casa, descendí de su automóvil, busque mis llaves, abrí la puerta y el se fue. No nos despedimos.
Nota: Hola!, creo que ya he encontrado la inspiración de nuevo. Comenzare a subir mis capitulos nuevamente, espero contar con sus lecturas y comentarios :D. Gracias por todos quienes me han estado leyendo durante todo este tiempo, es un honor saber que alguien allá afuera me lee.

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Ese dia
RomanceGus es un chico extraño. No en el sentido común de la palabra, sino en toda su extensión. Puede pasar el día entero observando el horizonte dentro de su cuarto. En completo silencio. Pensando en una sola cosa, los ojos de Daniel. Si los ojos de Dani...