Capítulo 18. "El Coleccionista"

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Central City

STAR labs

— ¡La tienen! — gritó Barry irrumpiendo en el córtex. — Tengo que volver a por ella, me necesita. El antídoto.

— ¡Barry! — gritó esta vez Cisco llamando a Barry a la calma.

— ¿Que ha sucedido? — preguntó Caitlin acercándose hacia él y tocándole con suavidad el hombro derecho.

— Ya teníamos el antídoto, — dijo mostrando unos tubos que contenían un líquido azul en sus manos — y nos rodearon. Helena me pidió que me fuera, querría asegurarse de que no perdíamos el antídoto. Tengo que volver a por ella.

— No consigo localizar su intercomunicador. — anunció Cisco que se había apresurado a intentar rastrearla.

— No puede ser... — dijo Barry casi en un susurro acercándose hacia él.

— Intentaré recuperar la conexión con las cámaras de seguridad de el edificio, la perdimos justo cuando el ascensor alcanzó la 16ª planta. — explicó Cisco.

— Nos estaban esperando... ¡Tengo que ir a buscarla!

— ¡No puedes ir solo! Si tenían algo para parar a Helena, ¿qué te dice que no tendrán algo para atrapar a Flash? Es muy peligroso. — intervino Caitlin.

— ¡Pero no puedo abandonarla a su suerte! — dijo Barry alterado con la situación.

— Revisaremos las grabaciones y trataremos de encontrar a quien está detrás de todo esto. — dijo Cisco para tranquilizarlo.

— Y no lo harás solo... — dijo Caitlin cogiendo los tubos que contenían el antídoto y dirigiéndose a su laboratorio.


Opal City
Industrias Palmer

Una molesta luz despertó a Helena. Se encontraba en una habitación completamente a oscuras, a excepción de un enorme foco que la apuntaba directamente a la cara. Con los ojos entrecerrados trató de distinguir algo a su alrededor sin éxito. Cuando probó a moverse se percató de que se encontraba atada de pies y manos a una silla. Trató de liberarse sin suerte. No sabía de que tipo de material se trataba, pero ciertamente era resistente a su fuerza.

— Helena Kosmatos vuelve a casa. — dijo una voz profunda al otro lado de el foco.

— Me sentía nostálgica, — contestó Helena sarcástica.— pero no recordaba que fuera tan incómodo estar en casa. — se revolvía en la silla tratando de soltarse.

Su interlocutor rió con sorna

— Me aseguraré que en tu próximo destino estés más cómoda.

— ¿Piensas matarme? — preguntó la chica.

— ¡Oh no, querida! — exclamó la misteriosa voz — Las obras de arte hay que conservarlas en buen estado, y en tu caso eso quiere decir viva.

Helena escuchó unos nuevos pasos en la habitación y un murmullo casi inaudible.

— Parece que tu compañía ha llegado, directamente desde Yellowstone. — anunció la voz.

Escuchó el chirrido de una silla siendo arrastrada a su espalda. Al girar la cabeza hacia su derecha distinguió la silueta de un hombre inconsciente.

— ¡Snart! — gritó Helena.

— Volveré más tarde, tengo una subasta que atender. — dijo la voz tras unos pasos en la oscuridad.

Stuck in a fury - #WATAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora