Our sunset (Axel x Roxas)

Día 3

Hice bien en irme. La situación era demasiado tensa. Además, Demyx no sabe callarse y si me hubiese quedado, habría soltado mi secreto. ¿Cómo podría volver a clase sabiendo que mi profesor sabe lo que siento por él? Pero tampoco es que sienta algo. Quiero decir, le conozco de dos días. Nadie se puede enamorar tan rápido.

Descarto completamente esa idea. ¡Por supuesto que no es amor! Simplemente me parece guapo, nada más. No vamos a acabar viendo atardeceres juntos mientras comemos helados y contamos historias, ni tampoco viajar a otros países descubriendo nuevos mundos, ni seré la razón por la que sienta que de verdad tiene un corazón...

-¡Deja de imaginar esas cosas! -Grito para callar mis pensamientos. Bostezo cansado y antes de tumbarme en el suelo, me encuentro con una cara familiar. -¡Oah! Dame un respiro, Xion.

-Eres un maldito vago, Roxas. -Dice entre risas. -¿No te alegras de verme?

-Hablamos todo el día por mensajes. -Respondo cortante y ella baja la mirada. -...Claro que me alegro. Eres mi mejor amiga.

-Más te vale no olvidarlo. -Xion se acomoda a mi lado, dejando que sus piernas floten sobre la ciudad. De mi mochila saco un par de helados y le ofrezco uno. Pensaba comerme los dos pero no tengo mucha hambre. -Gracias, hace mucho que no como uno de sal marina.

Ambos miramos el horizonte. El cielo cambia de un azul pálido a un naranja resaltado por el brillo del sol. El ambiente de la ciudad es animado, siempre hay algún evento en la plaza para los niños. Hoy parece que luchan con unos tubos cubiertos con gomas para no salir heridos. Estoy tan maravillado por las vistas que olvido la presencia de Xion.

-Roxas... No he podido esperar más. -La chica se levanta muy seria y me percato de su capucha. -Tenía que hacerlo, aunque no estuviera lista.

-¿De qué hablas? -En lugar de responder con palabras, dirige sus manos hacia su cabeza y me muestra su secreto.

-Me he teñido el pelo.

-¿Y para eso tanto drama? Si sigues siendo morena, solo que ahora es más claro. -Xion me mira ofendida por mi comentario. Yo a esta chica hay veces que no la entiendo.

-Me has apoyado tantas veces y ahora me dices eso. Mírame bien, Roxas. Si no ves la diferencia entre mi anterior pelo y este, no me conoces. -¿Pero por qué se pone así? Siempre exagerando todo. -Esta sí que soy yo. Ahora sí soy Xion.

-¿Qué? ¿Seguro que ese tinte o lo que te hayan echado no llevaba algo más? -Xion me fulmina con la mirada y empieza a andar por el borde. -Y siéntate de una vez que por un simple cambio de look no vas a ser capaz de volar.

-¿Sabes qué, Roxas? Tú vas a ser el siguiente. Un día te vienes conmigo a la peluquería y ya verás cómo entenderás mi cambio. -¡Ni loco! Mi cabello rubio es sagrado. -Hasta entonces no lo comprenderás con tu cerebro machista.

-¿Machista? Yo no he dicho ningún insulto hacia las mujeres. -Me defiendo sin asimilar la situación. ¿Toda esta discusión por su pelo?

-Silencio, traidor. -Xion se gira y me apunta con su dedo. A esta le faltan varios tornillos. -¿Sorprendido?

-¿Eh?

-Me he apuntado al club de teatro de la universidad. Por eso he actuado tan rara. -Mi cerebro intenta procesar tanta información. -Ni siquiera me he teñido el pelo. Esos tonos grisáceos los tengo desde siempre.

-Espera, ¿toda esta discusión la has provocado porque te ha salido de los ovarios?

-Sí. Quería enseñarte mis dotes de actriz. ¿Qué tal lo he hecho? -Una sonrisa se forma en su rostro. Parece muy contenta por su actuación.

-La última frase no ha tenido mucho sentido. ¿Por qué me has llamado traidor?

-Ah, eso... El idiota de Demyx me dijo que le daría más dramatismo a la situación. Pero tienes razón, está un poco fuera de contexto.

-No sé qué decir. Ha sido todo tan extraño. Parecías un personaje de un videojuego, exagerando movimientos y diciendo cosas raras. -Le respondo con lo más sincero que me viene a la cabeza.

-Eso me contestó mi profesor. Supongo que tengo que parecer más natural. Meterme en el personaje, sentirme como él y no intentar sorprender al público. Gracias por no enfadarte y por decirme lo que piensas.

-Tampoco ha sido para tanto. -Me sonrojo un poco y decido abrazarla. Me alegra mucho que esté feliz.

-Bueno, dejemos de hablar de mí. ¿Qué tal las clases? ¿Alguna novedad? -Parece muy interesada así que le cuento todo sobre mis asignaturas y los profesores.

-¿En serio es de la Organización? -Asiento y ella se queda pensativa. -Pues no me suena.

-Yo tampoco le había visto antes. Creo que es amigo del que tiene una cicatriz en la cara.

-¿De Xigbar? Entonces hay otro pervertido en el grupo. -Xion se lleva las manos a la cabeza. -¿Por qué hay tanto salido en el mundo? Ojalá fuese un chico...

-No, me refiero a otro tipo. No me acuerdo de su nombre pero tiene el pelo azulado. -Ella me mira con sorpresa.

-¿Saïx? Va a mi clase de teatro. Es súper serio y aburrido. -Parece lo opuesto a Axel. -O bueno, tal vez no hablamos de la misma persona.

-Ya lo dijo Xemnas una vez. Estamos todos conectados así que seguro que es él...

Está a punto de anochecer y hemos terminado la segunda ración de helados. Según Xion, somos unos gordos que no engordan. Bajamos de la torre para volver a nuestras casas.

-Oye Roxas... ¿Te puedo contar un secreto? -Mi amiga se para en medio de la calle y se queda mirando el suelo.

-Como quieras, pero ya sabes que se me escapan sin querer. -Por esa razón Marluxia me dejó de hablar un mes entero.

-¿Y si me cuentas tú otro? Así tendrás más cuidado. -Me guiña un ojo y me pongo muy tenso. ¿Debería contarle que me atraen los chicos? -Tengo muchas ganas de decírtelo y espero que nuestra relación mejore por esto. A la de tres los soltamos a la vez.

Dios mío. ¿Le gusto? Ha dicho que quiere que seamos más que amigos. Eso solo puede ser ¿novios? -Uno... -Tiene que entenderlo si se lo digo. Ella siempre me ha apoyado con todo y, aunque le rompa el corazón, no creo que me odie. O eso espero. -Dos... -Piénsalo Roxas, puede que sea otra cosa. Tal vez es otra actuación o le gusta otro chico. -Y tres. -Mejor que lo diga ella primero.

-Soy lesbiana.

-¿Qué?