Día 1.2

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Después de asimilar que todas las miradas iban dirigidas a nuestro nuevo profesor, me siento rápidamente al lado de Zexion.

-¡Qué suerte tienes! Siempre te dejan pasar aunque llegues tarde. -Desliza una mano por su pelo dejando a la vista durante unos segundos su otro ojo. -Yo te habría mandado a la calle.

-¡He llegado pronto! -Mi compañero ni se inmuta. Siendo sinceros, yo tampoco me creo que me haya despertado tan temprano. -Da igual si piensas que miento. Larxene tiene pruebas. -Ahora sí que se gira interesado y puedo ver como en su cabeza está mezclando ideas perversas.

-Así que tú y Larxene... -Levanta su ceja varias veces esperando mi respuesta.

-Estábamos afuera en el césped recordando cómo estafó a algunos de la Organización. Nada más. -El chico suspira y vuelve a tomar notas en sus apuntes. Hago lo mismo, centrándome en las explicaciones del profesor. Normal que le miraran con el pelo tan llamativo que tiene.

-¿Por qué todavía no hay parejas en la Organización? No tiene sentido. Mira que lo intento pero no ocurre nada entre nadie. Tal vez es porque hay muy pocas chicas... -Como siempre ignoro los debates internos de Zexion y me quedo embobado escuchando la voz del profesor. Mirándolo bien, esa melena rojiza le sienta muy bien. -O tal vez sea por otra cosa.

Antes de recobrar mis sentidos, "Cupido emo" se percata de todo y levanta la mano para llamar la atención del pelirrojo.

-Siento interrumpir la clase pero mi compañero Roxas tiene una duda. -Menos mal que el profesor acababa de mandar un ejercicio. Centro mi mirada en los apuntes y busco desesperadamente cualquier pregunta que le pueda hacer. ¿Es que está loco? ¿Tanto importa que yo encuentre pareja? Primero debería buscársela para él mismo.

-¿Cuál es la duda? -Me pongo muy nervioso y empiezo a sudar. Echo un pequeño vistazo a mi compañero que no puede aguantarse una risita.

-Sí... Esto... Es una tontería pero... ¿Con estos datos es mejor usar esta fórmula o esta? -Al momento me doy cuenta de la idiotez que he preguntado. El pelirrojo me mira sorprendido al ver que ambas fórmulas son la misma pero escritas de otra forma. La sonrisa de Zexion ahora se convierte en una carcajada.

-¿Eso es todo? -Agacho mi cabeza avergonzado y asiento. -A ver... Déjame algo para escribir.

-Sí, toma. -En lugar de coger el lápiz, apoya su mano sobre la mía y arrastra la punta hasta una hoja en blanco.

Comienza a explicarme cómo a partir de una fórmula se consigue llegar a la otra con unos simples cambios que ya sé hacer. Ahora Zexion ya no se ríe pero tiene una sonrisa por su victoria. Levanto un momento la vista y me parece ver cómo el chico unos años mayor sonríe un poco al encontrarse con mi mirada curiosa.

-Y dividiendo en los dos lados consigues la segunda fórmula. ¿Lo captas?

-Sí, gracias. -El pelirrojo libera mi mano y con paso decidido vuelve a su mesa.

-¡Lo sabía! Era muy extraño que no te gustara ninguna chica. Quiero decir, entiendo que Larxene da miedo pero ¿Xion? Básicamente es como tu alma gemela y no os habéis dado ni un beso. -Acabo el ejercicio y lanzo una mirada de odio al entrometido de mierda. -Vamos, no te pongas así. Deberías darme las gracias.

-¿Qué? No te voy a agradecer que me hayas dejado como un completo idiota delante del profesor.

-Siento decirte esto Roxas, pero la universidad no es un paseo de pétalos como piensa Marluxia. Esto es una competición y los más inteligentes tenemos que luchar por la mejor nota. -Su expresión se vuelve más fría y calculadora, examinando a los estudiantes que considera sus oponentes.

-Así que piensas que soy inteligente...

-Tienes potencial pero eres tan inmaduro, inocente y cabezota que lo desperdicias. -¿Y a esto lo considero yo mi amigo?

Opto por ignorarle y analizo las cuentas que ha realizado el profesor en la pizarra. Tengo el ejercicio perfecto y Zexion también aunque ni siquiera lo comprueba. Algo pesado cae sobre la mesa y hace que esta tiemble.

-¿Y ese libro tan grande? -Un millón de hojas comprimidas entre dos tapas se alzan frente a Zexion.

-El Lexicón. ¿Nunca te lo he enseñado? -Niego con la cabeza y espero una explicación. -Es mi arma más potente. Aquí guardo toda la información que necesito tanto de las materias como de la vida privada de los demás. Y bueno, luego están mis "ilusiones".

-¿Ilusiones? ¿Desde cuándo sabes magia? -Pregunto como un completo ignorante.

-Es el nombre que utilizo para referirme a las historias de amor que escribo. Cada vez que dos miembros de la Organización parecen más que simples amigos, escribo sobre ellos. -En una de las hojas veo un título que me llama la atención: "Xion y Roxas: las dos caras del cielo".

-...Tienes un problema muy grave en el cerebro. -No puedo pasar del primer párrafo. ¿Xion y yo como pareja? Pero si somos como hermanos.

-Sí y se llama elevado coeficiente intelectual. -Responde con una sonrisa pícara. -Es imposible que esto no te parezca bonito. Me dirás que "La ninfa de las rosas" es feo.

-Bueno, Marluxia y Larxene congenian bastante bien pero eso no quita que estés enfermo.

-Me da igual tu opinión. A todas las grandes mentes les han llamado "enfermos" y yo no soy una excepción. -Zexion vuelve a abrir el libro por una zona en blanco. -Te voy a hacer un regalo. Vas a ser el protagonista de la primera historia homosexual que voy a escribir.

-Ni se te ocurra. Te quemo esa mierda de libro como vuelvas a escribir mi nombre en él otra vez. -No me doy cuenta de lo amenazante que he sonado hasta que Zexion lo cierra y lo guarda en su mochila.

-Está bien. No la haré hasta que os vea juntos con mi propio ojo. -Suspiro aceptando la mejor oferta que puede hacer.

-Además, él no pertenece a la Organización así que no contaría. -Respondo con una sonrisa triunfante que a los pocos segundos se me borra.

-Ahí te equivocas.

Our sunset (Axel x Roxas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora