Día 4.3

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Media hora he estado mirando la cuenta de Axel sin atreverme a enviarle una petición de amistad. ¿Qué me pasa? Parezco desesperado por conocer más cosas sobre él y ver sus fotos. Fotos en las que está desnudo...

Mi corazón late con mayor fuerza al acercar mi pulgar al botón de "Enviar petición de amistad". Intento armarme de valor y respiro hondo antes de presionar la pantalla.

-¡Roxas, la comida está lista! -El grito de mi madre suena por toda la casa y pego un bote del susto. Estaba tan embobado que mi móvil termina en el suelo del salto. Al segundo, me ruge la tripa y suspiro. Me agacho para recoger el móvil, ahora con la pantalla apagada, entre todo el desorden de la habitación. Lo enciendo y compruebo que funciona correctamente a pesar del golpe...

"Petición pendiente"

Como si el susto de mi madre no hubiera sido suficiente para mi salud, mi respiración se corta al ver que mis manos patosas han enviado la petición de amistad a Axel. La temperatura de mi cuerpo baja de golpe y, si estuviera en frente de un espejo, podría ver mi rostro totalmente pálido.

El pánico se apodera de mi cuerpo y comienzo a moverme a toda velocidad de un lado para otro. ¿Cómo soluciono ahora esto? En cuanto Axel vea la petición, va a saber inmediatamente que estoy interesado en él y que he buscado como un enfermo su nombre hasta encontrar su cuenta. ¡Pero ha sido culpa de Larxene!

Intento tranquilizarme y escucho como por cuarta, o tal vez quinta vez, me llama mi madre. Paso por el baño para aclararme la cara además de lavarme las manos y me miro en el espejo.

-Todo está bien. Con suerte, todavía no lo ha visto. -Me seco la cara y sigo el olor de la comida recién preparada.

...

Después de una siesta para descansar mi mente de todo lo que ha pasado, me preparo para visitar la Organización a las ocho de la tarde como había acordado con Axel. ¿O debería llamarle Lea? ¿Por qué tiene que usar dos nombres? Es como si yo mañana decidiera llamarme Sora o yo que sé. Ni que tuviera múltiples personalidades o algo así.

Me río solo de pensarlo mientras me subo al bus. Una señora vestida completamente de negro y con un exceso de pintalabios rojo se me queda mirando con desaprobación. Desvío mi vista al suelo avergonzado y me siento en el primer hueco que encuentro. Menudo cara de villana tiene, seguro que es la líder de una mafia o alguna secta turbia.

Al bajar en la parada más cercana a la mansión de Xemnas, me cruzo de frente con Demyx.

-¡Roxyyy, tengo grandes noticias que darte! -Le doy un abrazo y comenzamos a caminar en dirección al edificio.

-¿Qué es lo que me tienes que contar?

-Vas a flipar, te va a explotar la cabeza. Hace tiempo me grabé haciendo covers de canciones Disney con la guitarra y compartí los videos todo lo que pude por las redes. -Como para no acordarme... Me envió durante toda una semana el mismo video cada mañana con la canción de Toy Story. -Pues resulta que me han llamado para dar un concierto en un banquete de una boda. -Me quedo atónito por las noticias.

-¿En serio? Eso es increíble, enhorabuena. -Demyx sonríe ampliamente mientras se rasca la nuca. Después mira al suelo y se sonroja un poco.

-Quería proponerte una cosa...

La puerta de la Organización se abre de golpe y me choco contra ella. El amigo de Axel con pelo azul me observa con indiferencia y continúa su camino sin disculparse.

-¿Estás bien, Roxy? -Demyx se acerca y busca detenidamente alguna herida en mi cuerpo.

-Sí, solo ha sido un golpe en la cabeza pero estoy bien. Al menos podía haberse disculpado.

-Ya, menudo maleducado. La siguiente vez que le vea le rompo la guitarra en la cara.

-No seas bobo. Esa guitarra es muy preciada para ti. Vamos a entrar a estudiar cuanto antes que este día se me está haciendo muy largo. -Sujeto la puerta para que pase y entramos en la mansión gris.

Una vez en la sala de estudio, nos encontramos con muchas menos personas de lo habitual. Marluxia riega las plantas de la ventana mientras tararea una canción, Larxene se hace fotos y pierde el tiempo con el móvil sin hacer caso a los libros que tiene abiertos delante suya y, por último, está Axel esperándome.

-Si llego a saber que ibas a tardar tanto, te traía a rastras directamente de la universidad. -Observo el reloj y me doy cuenta que por tonterías he acabado llegando media hora tarde.

-Lo siento mucho, profesor Lea. -Me apresuro a sentarme a su lado. Sus ojos siguen mirándome, aunque parece que se fijan en algo concreto.

-¿Te has dado un cabezazo contra algo? Tienes un pequeño bulto en la frente. -Llevo mi mano a mi cabeza y noto un dolor al presionar la zona. -Espera que voy a por algo de hielo. -Axel se levanta de su asiento y sale de la habitación.

Echo un vistazo a la mesa y me percato de que ha dejado su móvil. Al momento de verlo, me viene a la cabeza la petición de amistad. Lo enciendo con cuidado, asegurándome de que el resto del mundo está ocupado con sus cosas. Un fondo de pantalla de Axel y el chico maleducado de pelo azul de pequeños aparece ante mis ojos. Inspeccionando la foto me doy cuenta de que ambos parecen estar sujetándose las manos como una pareja aunque no se ve bien. El estómago se me revuelve un poco y no puedo evitar sentir celos.

-Dios mío, estás obsesionado con él. -El grito agudo de Larxene me asusta y se me cae el móvil al suelo. ¿Pero qué me pasa hoy?

-¡No es eso, cállate! -Le respondo a la rubia entrometida. Por suerte, Marluxia y Demyx están con auriculares y no se enteran de la situación. -Decidí mirar por curiosidad la cuenta que me dijiste y le envié sin querer una petición de amistad. Con suerte, todavía no lo ha visto y puedo rechazarla sin que llegue a saber nada.

Larxene suelta una carcajada y miro con pánico de nuevo mi alrededor.

-De verdad, eres lamentable. -La ignoro e intento desbloquear la contraseña de su móvil. -Por si te interesa, antes de que vinieras le he visto teclear el código. Te lo digo por doscientos platines.

-!Doscientos! ¿Estás loca? -Larxene responde con un gesto como si se sintiera atacada.

-Esta belleza no se mantiene sola.

-Por favor, hoy te permití acompañarme en clase. Además, técnicamente todo es tu culpa. -La acuso y me giro de nuevo para comprobar que Axel no aparece.

-Primero que todo, el favor me lo hizo tu profesor. Segundo, voy a ignorar que me estás culpando y voy a ayudarte. Pero a cambio me debes una sesión de fotos para algún trabajo que me manden. -Asiento nervioso. -El código es una especie de cruz, deja que la pongo por ti. -Le paso el móvil a Larxene, lo desbloquea y me lo devuelve.

¡Perfecto, no ha mirado la notificación! Ahora solo falta rechazarla.

-¡Espera! -Larxene me asusta otra vez y, como no, el móvil se me resbala de las manos.

-¡¡Deja de asustarme!! -Grito enfadado y me apresuro a recuperar el maldito aparato.

-¿Y si en lugar de rechazarle, aceptas la petición y así puedes ver su perfil y las fotos que tiene? -Para ser rubia, a la maldita se le ocurren todas las ideas buenas.

-Vale, voy a hacerlo. -Presiono la pantalla para aceptar la petición, cierro todo y lo apago. -Total, no lo va a notar.

-¿Quién no va a notar qué y por qué estabas con mi móvil? -Axel aparece detrás mía y Larxene se gira aunque puedo oír cómo intenta contener la risa. -Por cierto, traigo hielo para tu cabeza.

Our sunset (Axel x Roxas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora