La profesora de arte anunció que haríamos un baile el día del solsticio de otoño y que el tema seria a des tiempo. Teníamos que dejar volar nuestra creatividad creando vestidos y trajes para ese día. La chicas querían ir todas a mirar vestidos base para luego crear ellas sus diseños pero a mi no me hacia muchas ganas.
- Queréis quedar en mi casa hacerlos? Tengo muchas telas y mas materiales que podríamos utilizar- dijo Iris.
Todos estaban emocionados menos yo. Si hos digo la verdad no se me da bien bailar, soy muy patosa y tengo mala coordinación, acaso pensabais que era perfecta? Pues no. Todas son buenas dibujando y bailando pero yo soy penosa. Dibujo un poco pero me cuesta horas y horas de intentos y cuando acabo, los pies son amorfos.
- Espero que lo paseis bien en el baile- dije sacando mi cuaderno de dibujo.
- No vienes? Eso no te lo consiento mona.- me regaño Iris
- Iris pero es que...
- Ni pero ni pera tu vas a venir y vas a bailar, me has entendido?
- Si...
Iris es como una madre para mi. Siempre cuida de mi y me hace elegir la mejor opción aunque no siempre sea la que mas me agrada. Empecé a diseña un vestido blanco sencillo con una obertura circular en la espalda. Los tirantes simulaban las manecillas del reloj y en la parte mas baja había dibujado un reloj infinito de los de bolsillo. No me desagradaba así que decidí que aquel seria mi diseño. Los días restantes a la noche del baile quede con Iris y el resto para hacer los trajes. Iris había confeccionado ella misma un traje del conejo de Alicia en el país de las maravillas. Era como un pijama de conejito con un bolsillo que dentro guardaba un reloj de bolsillo antiguo. Las otras optaron por disfraces de reloj, vestidos estampados con relojes...El que me pareció mas originar era el de Amelía quien había creado un vestido cuya tela era un famoso cuadro La persistencia de la memoria de Salvador Dalí.El día del baile fui al instituto con Iris, la cual llevaba desde las siete de la mañana diciéndome y recordandome que debía aprender a bailar y que fuera al gimnasio en tiempo de patio para enseñarme. Justo cuando Iris me recordó que necesitaba pareja para el baile Manuel se acercó a nosotras.
- Hola Miliana, me preguntaba si...querrías ir al baile conmigo.
- Lo siento Manuel, pero prefiero ir con otra persona.
- Entiendo...
Iris me miró con rabia.
- Manu, quieres ir conmigo?
- Vale.- dijo el con una tímida sonrisa.
De repente algo hizo que los ojos de Manuel brillaran. Parecían mas claros que de costumbre. Manuel se quedo inmóvil mirando a Iris a igual que ella. Ambos no se movían y no paraban de mirarse fijamente. Pasé mi mano frente sus caras pero no reaccionaban. Algo asustada di unos pasos hacia atrás y me fui en busca de la persona que quería que me invitara al baile.
- Hola Miliana.
- H-Hola Diego, te vas a casa?
- Si, tengo que hacer muchas cosas en casa. Solo he venido a enseñarle el traje a la señorita Peiton.
- No vienes al baile?.- dije con tono triste
- No...yo...tengo que hacer muchas cosas en la casa nueva.
- Quieres que te ayude?
- No gracias, no te lo pierdas por mi culpa.
Diego se fue algo triste al igual que yo. No tenia ganas de ir al baile así que le enseñe el traje a la señorita Peiton y me fui al patio a relajarme. Ya no quería ir al baile. Puede que suene algo caprichoso pero si no era con Diego, no quería ir. Me salte las clases y el patio, estaba muy deprimida.
- Y bien señorita? Cual es tu escusa para faltar a las clases?
- No estoy de humor Iris. No quiero ir al baile, no tengo ganas.
- Pero si estabas muy emocionada
- Pero no quiero ir si no es con el...
Iris se sentó a mi lado y me dio una de sus charlas motivadoras. Después me dijo que me divirtiera por el y así tendría algo de que hablar con el cuando nos viésemos. Aquella misma tarde-noche me puse mi vestido, me arregle el pelo con un pasador de reloj y unas manoletinas negras. Fui junto a Iris la cual fue la única que no le importo ir conmigo. Entramos al gimnasio. Estaba decorado con relojes, cosas futuristas y antiguas, y muchas otras cosas de lo mas curiosas. Había un escenario donde se situaba una mesa de mezclas bajo el poder de un chico moreno de piel, con gafas, gorra del revés y ropas fosforescentes. Sonaban canciones que me gustaban mucho como la de Moves like Jagger de MaroonV.
Todo el mundo bailaba, bebía ponche, comía canapés y se reía con sus amigos. Entre toda la gente pude ver al grupo de tres chicas que me trataron mal por lo de Manuel. No recordaba sus nombres pero tampoco quería. Iris, Manuel y yo nos fuimos a hablar un rato hasta que pusieron una lenta. Iris y Manuel comenzaron a bailar. Estaban tan cerca. Era muy bonita aquella escena. Me senté en una de las sillas a mirar. Cuando la fiesta estaba apunto de acabar comencé a dar vueltas por la pista en busca de Diego, aunque sabia que no aparecería. De golpe note unas manos tocando mi cadera con mucha delicadeza. Una voz familiar me hizo sonrojarme.
- Me permites este baile?
- Si...Diego.
Me giré hacia el y le cogí de los hombros mientras el acomodaba sus manos en mi cadera.
- Te advierto que no se bailar.
- Tranquila, tu sólo sigueme.
Seguí sus pasos hasta que me acostumbre. Comencé a mirarle se arriba a abajo. Su traje totalmente negro un reloj parecido al mio me pareció muy elegante en el. Me fijé que llevaba una camisa llena de pintura bajo la chaqueta. Hablamos y reímos un bien rato hasta que vi algo moverse dentro de su chaqueta. Me asuste un poco.
- Esto...D-Diego...tu chaqueta se...mueve.
- No es mi chaqueta, es Lyra.
- Ly...ra?
Retiró una de sus manos y abrió su chaqueta dejando ver un potrillo de unicornio acurricado dentro de un bolsillo de la camisa.
- Esto es lo que te tenia tan ocupado?
- Sip, no la quería dejar sola.
Acaricie al unicornio. Era suave y de color blanco con una melena azul. También tenia alas y un cuerno pequeño. El resto del baile nos lo pasamos bailando y riendo. Volvimos juntos a casa. En la puerta de mi casa le mire a lo ojos y le besé. Sus finos labios tocando los mios me hicieron sentirme feliz y libre.
- Diego...tu...realmente me quieres o te sientes hechizado hacia mi?
- Te quiero y no hay nada que pueda cambiar eso.
No estaba segura. Y si el realmente estaba hechizado por la maldicion de mi madre? Le di un ultimo abrazo y me fui directa a mi habitación. No paraba de dar vueltas por mi cabeza el simple echo de que su amor no fuera real.
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Hijos De Dioses
Romance- Porque luchas, es inútil.- gruñía ella. - Porque no puedo permitir que mates a quienes amo. Ellos son mi familia y los salvaré aunque eso signifique morir en el intento.