Capítulo 4: Declaración de amor y...guerra?

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Pasé la noche durmiendo con Diego. Mientras dormía se veía tan adorable. Nuestra llegada juntos al bus llamó la atención de Christian.
-Hola Diego, que haces con Mili?- dijo algo molesto.
-La madre de Mili me a ofrecido vivir con ellas hasta que pueda encontrar un sitio donde vivir solo-
-Yo también quiero dormir con Mili!- dijo Christian. Al instante se tapó la boca y hizo como si nada.
Me senté junto a Iris.
-Te acabas de dar cuenta que Christian quiere dormir contigo?- dijo Iris al ver mi comportamiento tranquilo. Asentí. Decidí ignorar el tema y continuar como si nada.
Llegamos al instituto y hicimos clase normal. Mientras pasaban lista descubrí que las tres chicas que me molestaban, habían faltado a clase. Sus nombres eran Meredy, Ana y Clara. Diego parecía muy nervioso tras una charla que había tenido con su amigo. No paraba de mirarme y cuando cruzábamos las miradas se giraba avergonzado y rojo. Su comportamiento extraño me parecía muy tierno. Christian no paraba de gastarle bromas molestas a su amigo mientras que Manuel a la distacia, hacia lo de siempre, mirarme. Me inquietaba mucho que la mirada de los tres chicos me estuviera persiguiendo durante todo el día.
A la hora del recreo me senté en el suelo del patio al lado de un árbol situado frente un campo de fútbol. Estaba sumergida en mis pensamientos cuando Diego se acercó tímidamente a mi. Su boca se movía nerviosa e insegura.
-Pasa algo Diego?- le pregunté
-Si esto...yo...ósea tu...- dijo dudoso
No sabía muy bien que estaba ocurriendo. Noté que Christian miraba a lo lejos. Parecía estar riéndose. En las escaleras de incendios, situadas cerca del árbol donde me encontraba yo, se encontraba Manuel. Parecía molesto.
-Miliana...me...gustas...- dijo Diego tímidamente.
Se estaba declarando! Era tan enternecedor... Le iba a responder que si cuando me paré a pensar, realmente me gusta Diego y no Manuel o Christian?
-Quieres salir conmigo- dijo más confiado Diego
Manuel escuchó esas palabras y salió escopeteado hacia esa escena. Tiró de mi brazo hacia el y me beso allí mismo, frente a Diego. No quería romper el corazón de Diego. El era importante para mi. Manuel se sonrojó levemente y le dijo a Diego:
-Ella me pertenece, yo se su secreto-
-Diejala...- dijo lleno de rabia Diego mientras por sus mejillas caían unas cristalinas lágrimas.
Diego se abalanzó sobre Manuel. Empezaron una pelea allí en medio. Yo confundida por lo que acababa de pasar empecé a llorar.
-La has echo llorar, bastardo- dijeron los dos al unísono.
-Parad! Para que hos peleáis. La que tiene que elegir soy yo. No sirve de nada- grité.
Los dos chicos pararon al momento. Salí corriendo mientras lloraba. Me metí dentro del hueco de separación que había entre las taquillas y la pared. Comencé a llorar sin parar. Estaba tan confundida...porque Manuel me besó... además Diego debe sentirse fatal después de ver eso.
Sentí como una mano acariciaba mi cabeza.
-No llores más Miliana...-
Era Christian. Su voz mezclada con lo bien que se sentia que me acariciase hizo que me sintiera bien con el. Me levante y le abracé. Seguí llorando unos instantes hasta que me sentí tranquila. Miré su rostro levemente enrojecido. Le agradecí el que fuera tan bueno conmigo desde el primer momento en que me vio. Le di un pequeño beso en su mejilla.
El timbre sonó dando fin al recreo. Si bien normalmente Diego y Manuel se hablaban poco, ahora ni se miraban. Diego parecía no estar molesto conmigo o almenos no cuando yo le hablaba. Por el otro lado Manuel dejó de sólo observarme y se acercaba de vez en cuando para hablar conmigo.
Volví a casa junto a Diego, se me olvidaba que ahora vivía conmigo. En el momento en que metí el pie en casa mi madre salto sobre mi y me preguntó
-Quien era ese que te había besado! El único que puede hacer eso será Diego!-
Dijo histérica mi madre.
-Como que el único que me puede besar es Diego? Querrás decir el chico que yo quiero?-
-Si eso...-
-Señora Afrodita, me gustaría estar sólo y tranquilo en una habitación, donde podría ir?- dijo con mucha educación Diego.
-Ve a la mía, esta frente la de Mili-
Diego se dirigió allí. Sus ojos estaban completamente rojos, acaso iba llorar?

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