Eran las doce de la noche y aún ninguno de los dos podía dormirse así que le propuse ver alguna película para quedarnos dormidos. Diego puso una película llamada Ciudades de arena. La película trataba sobre una chica que según el protagonista era un milagro. Somos personas de arena que viven en ciudades de arena era lo que pensaba la chica de la película. Era muy bonita pero no conseguimos llegar al final, o almenos yo.
A la mañana siguiente me desperté en la cama y...Diego estaba abrazado a mi. Pude sentir como mis mejillas se teñian de rojo. Intenté liberarme pero era inutil, sus brazos eran muy fuertes y no podía soltarme.- Diego...- dije acariciando su mejilla.
El abrió sus ojos lentamente y me miró.
- Bueno días Miliana...- dijo con una tierna sonrisa.- ayer te quedaste dormida en el sofá y que tuve que traer.
Le miré y sonreí, después el se separó de mi y con una gran sonrisa me dijo:
- Ya lo recuerdo todo, el baile, lo de mi padre, a Lyra...todo
Me puse muy feliz al escuchar eso y le abracé con fuerza.
- Veo que me echabas de menos
- Como no iba a echar de menos a el chico que más quiero
El dibujo una hermosa sonrisa en su cara y me abrazó.
- Te quiero Miliana
- Y yo a ti
Ambos nos levantamos. Mientras Diego se iba a duchar, yo fui a preparar algo para desayunar. Mientras preparaba las tortitas, Diego me abrazó por detrás y no pude evitar sonrojarme.
- Cuidado, estoy cocinando y podrías quemarte
- Que va.- acto seguido, me beso el cuello.
Me puse tan nerviosa que al mover la tortita tiré la sartén a mis pies. Me quemé el pié y me aplaste todos los dedos.
- Aaah!.- grité.
Diego se separó de mi para observar la situación para después reírse. Me cogió en brazos y me llevo al sofá, luego comenzó a limpiar el desastre que había montado. Una vez limpio, me curó el pié.
- Es mejor que desayunemos algo mas normal.- dijo dándome una taza de leche con chocolate y cereales.
Desayunamos juntos y esperamos a que Melo y Christian llegasen. Después de un rato tocaron a la puerta y para nuestra sorpresa era Lucas.
- Hola my lady, que haces en casa de Diego?
- Estoy cuidando de el
- Querrás decir que yo cuido de ti, desastre.- dijo revolviendome el pelo cariñosamente.
De detrás de Lucas aparecieron Christian y Melo.
- Que haces aquí.- dijo algo tenso Christian a Lucas.
Melo cogió del brazo de Christian y tiro de el para que no le pegara porque al menos, esas parecían sus intenciones.
- Christian, relajate.
- Porque los dos odiáis tanto a Lucas?
- El quería matar a Diego!
- El me revivió, por eso no le odio.
- Vaya, no quería que mi princesa se enterara de esto así.
En ese instante los ojos de Lucas se volvieron rojos.
- Debemos hablar esto, ya.- protestó Melo.
Todos entramos. Melo, Diego y yo nos sentamos en el sofa. En un sillón se sentó Lucas y en el otro Christian.
- No puedo ocultar esto más. Vine aquí para explicaros a todos todo. Hace mucho tiempo, mucho antes de que empezarais en el instituto de la tierra, mi padre y yo vivíamos felices hasta que un día una diosa llamada Keres enamoró a mi padre. Keres y mi padre se querían mucho hasta que un día descubrí que Keres era la diosa de la muerte. Asustado por que luego pudiera hacer daño a mi padre, se lo dije a mi padre. Al poco tiempo mi padre quiso dejarla y ella se enfadó, amenazando a mi padre y a mi con matar a mi hermana Riley. Estaba asustado y debía hacer algo. Ella me obligaba a seguir sus normas. No quería que mi hermana sufriese así que decidí hacerle caso. Fui provocando muertes y más muertes hasta que un día, escuche que vosotros estabais en la tierra, decidí que si me unía a vosotros, podría ver a mi hermana y también encontrar el punto débil de los hijos de dioses.
- Porque...eso no estaba bien...- dijo Melo afectada.
- Lo sé. Un día Keres me pidió que matara a Diego. Keres conocía al padre de Diego y le sería más útil el que yo así que me mandó a liberar su ira contra Diego. Y así hice. Cumplí sus órdenes y le librere todas las veces que le encerraron hasta que te conocí..- dijo mirando a Melo a los ojos.
Melo le miro fijamente.
- Al principio pensaba que me gustaba Miliana y disfrutaba torturando a Diego pero luego me di cuenta de que no sólo dañaba a Diego si no también a Miliana y al dañar a Miliana, te dañaba a ti. Christian me pillo matando a un humano y por eso me odia tanto además, descubrió que yo era el culpable de todo. Yo...no quiero seguir haciendo esto...
Lucas empezó a llorar. Melo se hacerco a el y le abrazó.
ESTÁS LEYENDO
Hijos De Dioses
Romance- Porque luchas, es inútil.- gruñía ella. - Porque no puedo permitir que mates a quienes amo. Ellos son mi familia y los salvaré aunque eso signifique morir en el intento.