Capitulo 9: Diego!

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Las siguientes horas de clase intenté evitar a Diego todo lo posible, no quería seguir así. La maldición de mi madre le impedía ser libre en el amor, no, yo se lo impedía. Me pase todo el día mirando por las ventana, incluso ignoré a los profesores y no cogí apuntes. Estaba destrozada. Cuando llegué a casa estaba muy pálida y mi madre se dio cuenta de que no estaba bien, algo me pasaba.

- Hola amorcito, que tal las clases?- preguntó ella.

- Bien...- respondí intentado no derramar ninguna lágrima debido a que estaba recordando lo de Diego.

- A no no no, a las madres no se les miente.- dejó lo que estaba haciendo y vino a darme un abrazo.- sabes que puedes contar conmigo para todo.

No pude aguantar las lágrimas y empecé a llorar cual bebé. Mi madre me volvió a abrazar y me acarició la mejilla. Después, cogió mi mano y nos dirigimos al gran sofá de nubes situado frente el televisor de la sala de estar. Apago la televisión y cogiendome de la mano me volvió a preguntar:

- Que te pasa amorcito?

- Yo...he hechizado a un chico de mi instituto que es semidiós. El me gusta pero yo a el no. El afirma que si pero se que es por mi culpa...- comencé a llorar otra vez.- Soy inútil, jamás seré capaz de enamorar de alguien sin herirle a el o a mi misma. Me pasara como a papa y a ti.

- No digas eso Miliana. Además, lo que pasó entre tu padre y yo no fue así como tu dices. Tu padre y yo nos enamoramos y nos casamos cuando el estaba hechizado pero cuando se rompió el hechizo el seguía enamorado de mi. Si no porque crees que tuvimos do hijos en vez de uno?

- Pero la abuela...

- Que te dije de escuchar a tu abuela? Que a ella ni caso cuando se trata de tu padre. Sabes la razón por la que los humanos nos odian tanto? Porque muchos de los que se casaron con dioses nunca superaron la separación y lo extendieron por la tierra de mala manera. Tu padre y la madre de tu amigo Diego fueron los únicos que entendieron el porque de que les abandonaramos. Por eso me cae tan bien ese chico, porque es como su madre, honesto y puro. Capaz de herirse a si mismo por la felicidad de otros.

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