Capítulo 3: El plan

658 34 9
                                    

Llegué a mi casa y me dirigí directa a mi habitación. Me tiré en mi cama para pensar que podía hacer para ayudar a Diego. Si bien Christian tenía un plan, yo también quería ayudar de alguna manera. Decidí mirar las leyes del Olimpo. Las Leyes del Olimpo son las leyes que tiene que seguir un dios para vivir en el Olimpo. Busque y busque hasta encontrar la ley que más me importaba

-Ley del Olimpo número 15:
Cualquier habitante del Olimpo que maltrate o abuse de algunos de sus hijos ya sea dios, semidiós, ángel o cualquier otro tipo de ser Olímpico será penado con la pena de 592 (retiro de poderes y autoridades en el Olimpo) además de ser enviado al infierno junto a el hermano de nuestra grandioso rey Zeus-

Fotografíe la página del libro con mi teléfono y guarde la imagen. Esperé hasta de Christian llegó a mi casa.
-Mili cariñito, tienes visita- dijo mi madre, Afrodita, desde el piso inferior. Christian tocó a mi puerta y paso a mi habitación.
-Hola cariñito- dijo Christian en tono burlón mientras se reía.
-Ni se te ocurra volver a llamarme así- me quejé -Deja las tonterías, estamos aquí por lo de Diego no para que te rías de mis motes- dije seriamente.
Christian se puso serio y comenzamos a hablar sobre que podríamos hacer al respecto. Le enseñé la ley número 15. A Christian le pareció buena idea contarselo al dios Zeus para que ayudará a Diego y castigará a Adonis como se tenía merecido.
-Sólo hay un problema, Diego no tiene madre en la tierra. Lo que significa que alguien deberá cuidar de el-
-Quizás pueda vivir contigo no?- dije yo
-A menos que sepa respirar bajo el agua, me parece complicado-
-Quizás mi madre conozca un sitio donde pueda vivir Diego mientras busca una casa donde vivir, quizás se pueda independizar-
-Bueno pues ahora todo esta en tus manos Mili, cuéntaselo a Zeus y mañana sabremos donde vivirá Diego-
Christian se despidió de mi y se marchó. Yo bajé a hablar con mi madre. Le explique todo sobre Diego. Mi madre me acompañó a hablar con Zeus al que le explique cada detalle que yo conocía sobre lo que le hacia Adonis a Diego. Además de explicarle todo le mostré la carta donde Adonis amenazaba a Diego.

A la mañana siguiente todos nos dirigimos normalmente al instituto.
A primera hora teníamos educación física. El profesor nos hizo dar vueltas y vueltas corriendo alrededor del patio. Mientras hacia la última vuelta se me acercaron el grupo de tres chicas populares que me amenazaban con hacerme la vida imposible. Me empujaron y se fueron corriendo. Me tiraron al suelo y me hicieron daño en la rodilla. Mientras reían dijeron
-A sido sin querer, lo sentimos Tontiliana- la sangre me hervía, si hubiera podido se lo abría devuelto. Me intenté levantar pero me dolía bastante la rodilla. Melo me iba a ayudar a levantarme cuando se acercó Manuel. Me ayudó a levantarme. Su brazo era tan fuerte que cuando me levantó choque contra su pecho. El era tan cálido y blando. Si hubiera sido por mi me habría quedado ahí de por vida. Manuel se fue sin decir ni una sola palabra. Pude ver como su rostro estaba enrojecido que la vergüenza. Se fue muy rápido. Yo seguía mirándole a la distancia. Me parecía tan guapo, pero si me acercaba a el me arruinarían la vida. Por otro lado quería que me volviese a abrazar. Melo se acercó a mi y comenzó a hablarme. No le hice caso hasta que empezó a agitarme y decirme
-Mili! Tu rodilla esta sangrando!-
Al instante deje de mirar a Manuel. Con la ayuda de Melo me dirigí a la enfermería para curar mi herida. Pasaron las horas. Las últimas horas Diego avía faltado porque hablaba con el director, seguramente por lo de su padre.
Al fin el día finalizó. Me senté en mi sitio en el autobús al final del pasillo, justo en medio. Diego entró rápidamente en el autobús. Buscaba nervioso a alguien con la mirada. En cuanto cruzamos las miradas salió corriendo hacia mi. Salto encima de mi mientras me abrazaba
-Gracias Mili, sabía que tu eras de fiar- dijo dejando caer unas lágrimas por sus mejillas. Me pareció tan tierno que no pude resistir mis impulsos. Le di un gran abrazo y le propuse sentarse conmigo.
-Y ahora donde vivirás?- le pregunté bostezando
-Aún lo estoy pensando, quizás me vaya con alguien cercano-
-Que bien, me alegro que todo se haya solucionado- dije mientras me dormía en su hombro.
Cuando desperté estaba en mi casa. Me dirigí abajo para saludar a mi madre. Para mi sorpresa Diego se encontraba allí.
-Hola terroncito, tengo una gran noticia- dijo mi madre mientras yo me rascaba los ojos del sueño
-Diego se queda a vivir aquí!-
Mis ojos se abrieron como platos. Que Diego iba a vivir aqui? En mi casa? Conmigo?
-Como de momento no tenemos otra habitación libre deberás dormir en la misma habitación que Mili-
Algo más? Haber, Diego no me caía mal pero... dormir en la misma habitación que un chico que te parece muy tierno...como que se me hace extraño.

Hijos De DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora