Cambio de Vida

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¿Recuerdas que una vez te dije que el pasado, a veces, te forja a cambiar de vida?
Miro atrás, observo aquello que he recorrido y que dejé de recorrer a su lado, al lado de aquel hombre.
Lo hice, no solo por miedo sino por amor, un amor que no te puedo explicar si no lo has vivido, sino lo has sentido.
Huí, si, pero no podía aguantar más los golpes que la vida me daba a través de él. Huí, al verla a ella vulnerable frente a lo que yo estaba viviendo.
Me dolía el pecho de tanto gritar en silencio. Me dolía el alma de tanto sentir el peso.
No podía resistir el simple hecho de verlo y temblar de miedo.
No podía soportar mis abrumados sollozos.
Quería correr y gritar lo que me estaba pasando. Cuando volteaba y la miraba a ella, ella me daba fuerzas.
Sentia una fiereza en mi voluntad por seguir batallando, no venía de mí sino de alguien mas.
¿Dios? Para mi ese Ser omnipotente, al que muchos alaban, no existía, o eso creía yo.
Cada vez que me levantaba y sentía la leve magulladura en mí, me recordaba que debía correr para ser libre, correr por ella, esa criatura inocente, esa la que me dice mamá.
Y fue ahí, cuando después del recorrido kilometraje de mis años, después de dejar allá mi pasado, caí de rodillas, reconociendo que no soy nada ante ese Ser Autor de la fiereza que me impulsa a seguir adelante, ahí en un sacro silencio acepté que sin Dios no soy mas que un cuerpo andante. Ahí me descargué del dolor, ahí supe que Él me ama, que por Él estoy aquí.
Hoy disfruto de un cambio de vida, Su presencia cambió mi existencia.
Miro atrás, observo aquello que he recorrido, eso que me ha enseñado que para levantarme tuve que haber caído. Eso que me demuestra que sin Mi Creador nada de lo que hoy me hace sonreír, existiera.

Escritos Sin TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora