Han pasado unos cuantos días; diecisiete meses y 168 horas para ser exactos.
Han pasado tantas lunas, tantos soles y aún sigo escribiendo.
Día a día dejo en el correo mi saludo con la esperanza de una respuesta.
- Hola, de nuevo soy yo, ¿cómo va tu viaje? -
El cartero pasa cada mañana como de Costumbre y como de costumbre recoge mis cartas.
- Te cuento que el invierno por fin terminó y, aunque parece algo estúpido, yo sigo observándote en los arcoiris de agosto.
Alguien me dijo que ayer te vio un poco más delgado, y aseguré que era por la dieta, obviamente mentí, es por el maldito fármaco.
Que irónico suena, ¿verdad? Aveces maldigo un fármaco que te mantiene vivo, mientras yo espero una respuesta a quinientas diecisiete cartas que he escrito desde la partida de aquel tren. - un tren a la deriva que se llevó consigo mi vida
- El cartero siempre viste de blanco y me sonríe cuando le digo que tengo algo nuevo para ti. - "Adiós Agustina, le entregaré esta también" grita el cartero amable.
- Hoy me animé a tejer pero soy torpe y de nuevo me pinché, aún no termino aquel abrigo que dije que te haría. Anoche toqué el piano pero te aseguro que sonaba mejor cuando estabas tú.
Despierta, - escribo esto en cada carta - despierta, sé fuerte. Yo no lo soy y menos si no estás conmigo.
Despierta, que cada mañana es más fría que la anterior, y aunque fuese verano, mis soles parecen de hielo.
Despierta y ven por mí, si no recuerdas la dirección, mi amigo el cartero te puede ayudar.
Despierta y deja esas frías paredes que cierran tus sueños y mi voluntad.
Despierta, que aunque quisiera no te puedo ir a visitar.
Pdta: No olvides traer algo de pan y un poco de canela, han pasado quinientos diecisiete días desde que te pedí lo trajeses de la tienda.Con amor, Agustina.
#YKBO
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Escritos Sin Tinta
RandomPensamientos sin Causa, palabras sin textura y frases de silencios...