Apresuradas decisiones.

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Me quedé muda, mi corazón gritaba las razones que tenía para que te quedaras, pero mis labios me dominaron con silencio.
Aún recuerdo aquella canción que con voz temblorosa entoné. No te dediqué una simple melodía, dejé mi dignidad por ahí con una simple sonrisa.

Acepté sin más, aquello que propusiste, acepté porque no quería luchar más en contra de una fuerte corriente que tú conocías. Te ibas lejos, te ibas a soñar en otro rumbo.

Las decisiones no se deben tomar de prisa, pero siento que lo tuyo no era más que un juego, un juego con mi vida.
Me diste una leve esperanza y ahora llegas con pocas palabras, unas cuántas lágrimas corren por mis mejillas.

Quise intentarlo de una manera que se supone sería difícil, pero con el propósito de cada día poder amanecer juntos. De estar a tu lado y soñar abrazados.
No quiero ser un obstáculo en tus sueños, por el contrario, quisiera ser un motor para emprenderlos.

Le pediré al Dios del universo que guíe tu camino. Y si algún día decides volver, recuerda que quise luchar contigo pero tus apresuradas decisiones te llevaron por otro destino.

#YKBO

Escritos Sin TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora