Capitulo 5: Prueba parte II

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Desde el momento en el que el decimo Vongola encendió su llama lo supieron, el pasaría la prueba, ambos lo aceptaron, eran algo reticentes al comienzo pero ahora no podían negárselo a si mismos, ambos encendieron sus llamas del sol y todo se volvió negro.

Aldo y Emilio sintieron que renacían , un pensamiento muy cursi a sus pareceres pero no tenían otra explicación para la sensación, mirándose y sin mediar palabra acordaron no decir ni un comentario de eso. Lo siguiente que supieron fue que se encontraban en un cuarto de cirugías, habían dos enfermeras con un doctor para darse cuenta que era un partero, vieron un pequeño bulto ensangrentado que movía los brazos de madera desesperada antes de calmarse cuando lo depositaron en los brazos de una castaña muy bonita de apariencia cansada que lloraba de alegría mientras lo llenaba de besos; ambos hermanos sintieron envidia, su madre ya no estaba con ellos y no podían recordar ni una muestra de afecto de su padre y no querían ni pensarlo, aunque la envidia fue disipada rápidamente cuando lo vieron crecer, el pequeño Decimo era el vivo retrato de su madre, tenia unos enormes ojos achocolatados que hacia que cualquiera que lo viese le dedicara una sonrisa, al parecer siempre tubo ese aspecto femenino.

No vieron al padre hasta que el pequeño empezó a caminar, aun así tanto el pequeño como ellos le tuvieron reticencia a ese hombre que llegaba esporádicamente y ni la debida atención le prestaba; un sentimiento hizo clic dentro de ambos y se sintieron mas identificados con Tsuna, ya no lo podían decir decimo se sentía incorrecto; vieron la vida del pequeño rápidamente, si bien era de facciones delicadas mostraba un talento natural en sus movimientos, era ágil y rápido, poseía una fuerza y una inteligencia única, tenia un análisis situacional nato en lo que encontraba la solución mas factible, además de que se enteraron de un pequeño secreto muy poco común en un infante; todo lo descubierto se fue al lastre cuando años después volvió el padre del pequeño con un hombre mayor de buena apariencia la cual destilaba poder, por lo que sabían era el Noveno Vongola que fue presentado como el abuelo de Tsuna, algo tímido con los extraños lo acepto, por que su sensación curiosa así se lo indico, estaba feliz porque celebrarían su cumpleaños numero cinco con mas personas; minutos mas tarde salió al patio a jugar con sus llamas, hasta que llego un perro y lo asusto encendiendo mas fuerte sus llamas, alertando a los hombre que salieron a revisar si se encontraba bien. pensando que el poder aun era mucho para el pequeño, el Noveno sello sus llamas sin saber el gran, grandísimo, abismal error que cometió, condeno a Tsuna.

No sabían que hacer primero si matar al anciano por su estupidez o al padre por aceptar, ambos hervían en sed de venganza, menuda idiotez la que cometieron; suspirando pesadamente y apretándose el puente de la nariz se tranquilizaron. Emilio puso la mano en el hombro de Aldo negando con la cabeza, pero sus ojos al igual que los de su mellizo prometían dolor, siguieron observando las reacciones del pequeño Tsuna.

Todo ese potencial, la agilidad, rapidez, fuerza e inteligencia se fue al olvido luego de ese día, se volvió torpe y no podía moverse ni racionar debidamente al momento; vieron su primer día de clases en la escuela primaria, la rabia y la cólera se mezclaron nuevamente al punto de sentir bilis en la lengua, presenciaron como iba pasando sus años de escuela, sintieron en carne propia cada insulto dado, cada golpe, humillación y menosprecio no solamente de los niños sino también de los profesores y adultos en general y el horrible apodo que le pusieron. ¨Dame-Tsuna¨; la madre de Tsuna, Nana, era un reverendo ángel digno de la santificación, aprendieron a quererla como si fuera propia; el pequeño no dudaba en mentir para que ella no se preocupase de sus heridas, decir que se cayo o golpeo a si mismo por error eran claramente una mentira pero con eso la distraía, en ocasiones iba mas lejos pidiéndole que le enseñe a tejer o cocinar lo que sea que la mantenga distraída para que no piense en él hasta que ella vio como algo normal la ausencia de amigos y el retraimiento del menor.

Llamas temporada 1: ConocemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora