Capítulo 6: ¿Creen que pueden hipnotizarme?

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Ir a la Universidad luego de ser convertida en este ser al cual aún no me acostumbro, me resulta una tortura. Y encontrarme con mi ex es aún peor. Lo que todavía no logro entender es por qué me sigue acosando.


—¿Qué quieres? —cuestiono de mala gana.

—Hablar contigo.

—Ahora no puedo. Tengo que ir a entregar unos trabajos. —Expreso enojada y continuo- Hablamos luego. —Digo esto último con la esperanza de no encontrarme con él más tarde.

—Te estaré esperando -declara.

Sigo mi camino y escucho a Jayson, uno de sus amigos, decirle —No te preocupes, al menos va hablar contigo, eso es un avance. Quizás te dé una oportunidad.

***

Ingreso a la oficina del profesor, quien estaba dentro sentado en su escritorio. Lo saludo y le muestro los dibujos rápidamente. Siento su pulso e intento ignorarlo, pero me invaden las ganas de clavarle mis colmillos. Esa sensación es lo que más odio de mí misma, porque sé no es correcto acabar con la vida de alguien, matar no fue algo que me inculcaron en mi hogar. No obstante, ya han fallecido dos por mi culpa y es algo que aún no he podido superar. Odio ser el típico monstruo de las películas.

—Señorita Díaz, sus dibujos son excelentes, es una lástima que no pueda venir a clases porque sería de gran ayuda para sus compañeros de clase. —Se queda en silencio, pensativo y luego prosigue —Pero podría conseguirle un puesto en la universidad para que usted sea mi asistente y ofrezca tutorías.

Era la oportunidad que había estado esperando, me había preparado durante estos años para esto. Me esforzaba mucho para salir bien en mis clases, era disciplinada y tenía buen promedio. Con ese puesto podría conseguir una beca, pero ¡No puedo! ¡Ser vampira es lo peor que me pudo haber pasado! Cuando por fin me ofrecen empleo, no me permito aceptarlo. ¿Cómo voy a ser capaz de trabajar con alguien sin idear un plan para beber de su sangre?

De acceder a trabajar como su ayudante... ¿Qué es lo que me espera? ¿Añadir otro muerto a la lista? ¿Atacar a otra persona como en El Morro? No puedo...

—En realidad me gustaría, es una buena oportunidad y necesito un trabajo, pero lo siento —respondo con tristeza.

—Es a la primera estudiante que le ofrezco una oportunidad como esta, piénselo y me deja saber. Voy a exhibir su trabajo en la feria de Arquitectura que será en la biblioteca el próximo jueves, espero que asista.

—Okay, lo intentaré. —Digo y acto seguido, me encuentro afuera de la oficina.

El ardor en mi gaznate se vuelve insoportable, poso una mano en mi cuello con la ilusión de que el dolor desvanezca. No obstante, unas personas se acercan y las pulsaciones en sus venas hacen que mis colmillos se preparen para lo peor. Me arrincono a la pared, cierro los ojos e inhalo fuertemente por la nariz, tratando de concentrarme en otra cosa que no sea beber de su sangre.

Tan pronto los estudiantes desaparecen de mi vista, salgo del Departamento de Agricultura como alma que lleva el diablo. Paso por la cafetería y veo que Verónica y Elizabeth, mis dos mejores amigas, están sentadas en una mesa.

—Hola Brigitte, que sorpresa verte —dice Elizabeth.

—¿Estás bien? Pensé que no pisarías más la universidad —expresa Verónica.

—Hola chicas. Tenía que entregar un trabajo de Arquitectura, ya no tengo que venir a la universidad entrego los demás trabajos por email. No me he sentido muy bien, estuve toda la semana con migraña. — Miento y me pregunto cuántas excusas más voy ser capaz de inventar con tal de ocultar la verdad.

Odio ser VampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora