Sus últimas palabras suenan en mi cabeza una y otra vez, como un eco. No me había pasado por mi mente que los hombres lobo pudieran existir, pero debí suponerlo, si los vampiros existen ¿Por qué ellos no?
Estas últimas semanas solo me he concentrado en mis propios problemas, me centralicé en la desgracia por la que estoy atravesando, sin darme a la tarea de indagar sobre otras especies.
—¿Estás bien? —cuestiona Josh al notar que estoy perdida en mis pensamientos. Afirmo moviendo mi cabeza y me quedo callada contemplando la oscuridad de la plaza. A esta hora pasaba uno que otro carro, pero todo estaba en un profundo silencio. —Di algo Brigitte...
—¿Qué quieres que te diga? —inquiero desorientada. Josh se sienta a mi lado, suspiro mirando al suelo y prosigo —Me siento extraña, todo esto es nuevo para mí... He estado rodeada de cosas sobrenaturales toda mi vida y no lo sabía. ¿Acaso soy tan despistada como para no haberme dado cuenta? —discuto.
—No... —Él toma mi mano, masajea mis nudillos cálidamente y retoma la charla. —Se supone que nadie se entere de nuestra existencia. Las únicas personas que lo saben es porque obviamente han tenido contacto con seres como nosotros. Así que no es que seas despistada es que ¡Quién carajo se va a imaginar que existen vampiros y hombres lobo en Puerto Rico!
Me quedé varios minutos más con él y se encargó de explicarme sobre su herencia familiar. Lo cual no me hizo gracia alguna, de haber tenido hijos con Josh alguno sería hombre lobo. Así que no hubiera me salvado de esa pesadilla tampoco.
Conduje distraída hasta mi apartamento y al entrar veo a Verónica, quien está acostada en el sillón mirando el televisor.
—¿Dónde estabas? —curiosea.
—Dando una vuelta, me aburrí. —Miento, pero algo en el cuello de Verónica capta mi atención, al mirarla de nuevo veo que es una tirita.
—Okay. —dice mirando el televisor.
—¿Qué te pasó en el cuello? —interrogo.
—Nada —responde tranquilamente.
—¿Segura? —cuestiono nuevamente, ella toca su cuello y al encontrar la curita, luce igual de sorprendida que yo hace unos segundos atrás.
Al despegarla, salen a la luz dos pequeños orificios idénticos a los que tenían mis víctimas. Sus cuerpos carentes de vida llegan a mi mente una vez más, agujerando lo poco que queda de mi alma, pues jamás imaginé que llegaría a matar a alguien. Causando que mis más grandes temores estén a flor de piel nuevamente, al evidentemente notar que mi mejor amiga y probablemente mi familia estén en peligro. —¿Qué tengo? —pregunta al no poder ver las perforaciones. Sin embargo, no logro articular alguna palabra, pues no sé me ocurre que decirle.
¿Cómo le explico que su novio es un vampiro sin que ella se dé cuenta de que yo también lo soy? No me siento preparada para contarle que hace casi un mes me convertí en un ser al que odio con todas las fuerzas de mi alma, el cual debió morir esa noche como estaba destinado. Pero debo de armarme de valor para descubrir quién me hizo esto y las razones que lo motivaron a desgraciar mi vida de la peor manera. Sé que no descansaré en paz hasta saber toda la verdad.
Verónica corre hacia el cuarto, supongo que a mirarse en el espejo pues no logré decirle lo que tenía.
—¡Qué carajo! —grita.
Me dirijo al cuarto y la encuentro frente a él, mirándose los dos hoyuelos perplejamente.
—Eso te lo hizo ese noviecito tuyo... —Digo, pero ella me interrumpe.
—Tú le tienes manía, eso no fue él —discute, cruzando sus brazos.
—¿Cómo lo sabes? Si hasta hace unos minutos ni sabías que algo en el cuello—increpo enojada.
—Lo voy a llamar y le voy preguntar —dice tomando su celular, el cual estaba conectado al cargador, pero antes de que intentara oprimir el botón verde se lo arrebato de las manos.
—¡Por Dios! ¿Crees que él te va a decir la verdad? —espeto alzando la voz, sin entender como puede ser tan ingenua.
—¡Claro! ¿Por qué me mentiría? —reclama.
—¿Tanto confías en él? —cuestiono—. Llevan saliendo ¿Qué? ¡Dos semanas! ¡A penas lo conoces Verónica! —vocifero alterada, más que eso, aterrada.
—Brit, debió ser un avechucho, no creo que sea para tanto —dice sentándose en el borde de la cama.
—¿Qué no es para tanto? —disputo. —
Matías te está usando —suelto sin más.—¿Usándome? —responde con la mirada perdida.
—¡Verónica, ¿Acaso no te das cuenta? —Cuestiono y la observo rápidamente, pero no dice nada— ¡Eres su banco de sangre! —digo desesperada.
—What! —exclama aún sin entender.
—Matías es un vampiro —susurro.
—Brigitte ¿Tú estás jodiéndome verdad? —inquiere sorprendida, pero luce completamente relajada como si lo que le estuviera diciendo fuera una broma.
—No —respondo firmemente intentando hacerla entrar en razón.
—Deja de estar viendo Twilight y Vampire Diaries —dice carcajeando, pero al ver que me no me río de su comentario, me observa fijamente analizándome. Frunce el ceño y comienzo a percibir como su corazón comienza a acelerarse.
—No estoy bromeando contigo, Verónica, siempre supe que este día llegaría, pero no imaginé que fuera tan pronto —comento.
—¿De qué hablas?
—Hablo de Matías —suspiro. —Sabía que él no iba a ser capaz de contenerse a probar de tu sangre.
—Los vampiros no existen. ¿De dónde sacas eso? —interpela.
—Piensa, ¿no has visto nada raro desde que se conocieron? Su manera de ser y actuar contigo... —Digo dejándola sola en mi habitación, pero luego recuerdo que es probable que ella esté influenciada por él y no se acuerde de nada.
Lo que no logro comprender, es como fue capaz de dejarla ir poniéndose en evidencia de esa manera. Un vampiro inexperto haría eso... ¿Será que es un novato igual que yo? ¿Habrá algo más, detrás de todo esto?
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¡Saludos queridísimos lectores!!!!!!!!!!
Gracias por su apoyo, ¡por fin!
¡La historia superó los mil leídos!!!
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Espero subir lo más pronto posible.
Abrazos,
Desiree ;)
PD: **Los capítulos del 1 al 6 han sido editados nuevamente, ya que soy bien perfeccionista.
**Estoy abierta a las críticas constructivas.
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Odio ser Vampira
VampireSinopsis: Con tan solo abrir los ojos, Brigitte comprendió que le habían robado la posibilidad de alcanzar sus metas y cumplir sus sueños, como si estos fueran basura. La vida ya no tenía el mismo sentido, no al menos desde su punto de vista. Nada...