CAPITULO 30

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  Luego de pasar una semana y media de diversión con Tom , Stevene y las chicas, tuvimos que volver porque Steven debía trabajar y su padre necesitaba de su ayuda mientras viajaba al otro lado del mundo.

Nos encontrábamos en el avión, Steven estaba viendo una película mientras por momentos cerraba sus ojos y los abría de golpe. Yo, por mi parte, estaba a su lado, leyendo un libro de la saga de DIVERGENTE.
Steven estiró una pierna y me pateó haciendo que me sobresaltara y el libro cayera al suelo, maldije por lo bajo y me agaché para levantar el libro.

-¿No tienes sueño?-preguntó bostezando. Negué con la cabeza y tomé de mi jugo de manzana.- ¿Ni un poco?-preguntó apagando el pequeño televisor frente a nosotros.

-Anoche dormí demasiado .-dije sonriendo y volví a tomar del jugo.- ¿Tú no?

-Convengamos que dormir en ese sillón nunca fue lo más cómodo.-se quejó mientras se acomodaba sobre el asiento.- Convídame un poco.-dijo estirando su mano.

-No, búscate el tuyo.-le dije sacando el vaso de su alcance.

-¡Que mala persona!-dijo de mala gana.- Quiero jugo.-se quejó. Le di el vaso y me sonrió antes de tomarlo.- Retiro lo dicho.-me dijo y tomó del vaso, dejándolo completamente vació. Me lo devolvió.

- Te tomaste todo mi juego y después la mala persona soy yo  .-dije mirando que el contenido del vaso, ya no estaba.- Ahora me buscas uno.

-No queda nada para aterrizar.-dijo acomodándose mientras me daba la espalda.

-Quiero un jugo.-dije insistente.

-Pídele a Carol.-me dijo.

-A bien, ahora le dices Carol.-dije más que molesta. Volteó y me miró.

-¿Celosa?

-¿Qué crees?

-Pensé que no te gustaba ni un poquito.-me dijo sonriente.- ¿Ves? Te dije que nadie se resiste a mi, soy una bomba sexual.-sonrió.

-Que este celosa no significa que me gustes tú.-dije arqueando una ceja.- Aparte, cuido lo que es mío y tú serás mi esposo y no dejare que me engañes.-me crucé de brazos.

-¿Y también soy tuyo?

-Basta córtala.-dije enojada.


Si bien nos llevábamos mejor, las peleas eran muy comunes día a día. Podíamos pasar momentos muy lindos juntos, mientras que cuando uno miraba a otra persona, el otro ya se fastidiaba y se iba todo por la borda. Steven, quien siempre quería tener la razón, me hacía casi vendarme los ojos cuando íbamos a la playa, y yo, que según él, siempre quería tener la razón, no podía decirle que dejara de mirar a las chicas, porque comenzaba con sus juegos de preguntas sobre mis celos hacia sus actos.

-Steven, vamos a aterrizar.-dijo la castaña cuando se colocó frente a él.- Le sugiero que se ponga el cinturón de seguridad.- esa era Carol, la castaña que de seguro traía loco a Steven. Eso me ponía demasiado celosa.

-Claro y que a mi me parta un rayo.-dije enojada. Steven rió.

-Oh, a usted también.-sonrió. Falsa, estúpida, castaña inutil.

-Si, si, comprendimos, puedes retirarte y dejar de tirarte a mi novio.-dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad. Steven volvió a reír y la castaña se retiró con cara de perro.

-Eso fue descortés.-me dijo.

-Lo descortés me lo paso por ya sabes donde.-le dije de mala gana. Rió.- Oh, ¿estas risueño ?

La Bella y La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora