CAPITULO 44

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  -Créeme, no te arrepentirás.-sonrió y me dio un papel.- Esta es la dirección.

-Oh, gracias.-sonreí.- Allí estaré.

-¡Genial! Me gustaría que fueras, hay algunos chicos que quiero presentarte.

-De todas maneras, tengo novio.-dije y sonreí. Arqueó una ceja.

-¿Tú?-preguntó. Hice una mueca de desagrado y ella volvió a sonreír.- No lo tomes mal, pensé que no tenías. Esta bien, puedo presentarte a mis amigas.-sonrió.- ¡Tamara!-gritó y corrió al otro lado del pasillo.

-Emily , ¿Qué quieres?-preguntó la chica de bellos rulos.

-Ven aquí, Eleanor.-me hizo una seña y me conduje rumbo a ellas.- Ella es Eleanor Adams O'Connor , ella es Tamara.-sonrió.

-Hola, un gusto.-dije y sonreí.

-Me gustan mucho tus ojos.-dijo sonriente.- ¿Eres la chica nueva?-preguntó. Asentí.- He oído muchas cosas sobre ti.-abrió los ojos.- Dicen que eres hermosa y encantadora.

-Oh, ¿en serio?-pregunté sorprendida.

-Tamara, ella irá a la fiesta.-le informó Emma.

-¡Que bien!-hizo una mueca.- Espero que te diviertas tanto como los demás.-sonrió.- ¿Sabes donde es?

-Si, Emma me dio la dirección.-dije. Ella asintió.- Chicas, este fin de semana, no, el próximo, quiero festejar mis 18 pero no conozco a todos aqui, ¿creen que puedan ayudarme?

-Si, genial. Amo organizar fiestas.-dijo Emma casi saltando de la emoción.

-Va a ser estupendo.-sonrió Emma.- Hoy podemos almorzar juntas y organizamos a quien invitar, es que,Eleanor ya sabes, hay algunos que es preferible no se acerquen.-asqueó en una mueca y Tamara rió.

-Ese tal Nick, no es muy buena persona.-dijo Tamara. Emma asintió.

-Conmigo es bueno y muy simpático , me ayudo el primer día .-lo defendí.- Las que ya andan cansándome son Candace y Sophia , hablan mal de mi pero sinceramente no me importa.-dije con desagrado. Emma abrió la boca.

-¿Esas ya se han metido contigo?-preguntó.- Disculpa que te diga, ten cuidado con las chicas como ellas.-dijo. Tamara murmuró algo y golpeó a Emma con el codo.- Esta bien, no digo más.

-¿Tienes auto, Eleanor?-preguntó Emma cambiando de tema.

-No, pero Steven pasa por mí a la salida y puedo decirle que nos lleve.

-¿Quién es Steven?-preguntó Hanna con intriga.

-Mi novio.-respondí. Sonrieron.

-Apuesto lo que sea a que es muy sexy.-dijo Emma.- Ese nombre lo dice todo.-mordió su labio inferior.

-Disculpa pero ya esta ocupado.-dije y reímos.- No creo que me diga que no.

-O podemos pedirle a papá que mande un coche para las tres, así no molestas a Steven.

-Bueno, mejor.-sonreí.- Así luego el sábado no se enoja por dejarlo solo.

Luego de hablar con ellas decidí terminar unos papeles para mandarlos a fotocopiar , luego de unas horas , me tocaba la hora del almuerzo así que salí al patio de comidas , decidí por comprar unas bandeja de ensalada con pollo y un juego , mientras me dispongo a comer en una de las mesas del patio se me acerca Nick 

-¿En serio te juntas con ellas?-preguntó arqueando una ceja.

-No son malas personas.-le dije y sonreí.

Negó con la cabeza. Dame tu mano.-tendió la suya.

-¿Para que?-pregunté y metí ambas manos a los bolsillos de mi abrigo.- ¿Qué quieres?

-Ver tu anillo.-respondió. Tragué saliva y recordé que esa mañana no me lo había quitado.- ¿Estas comprometida?

-No.-respondí fugazmente.

-Anda, cuéntame.-dijo.

-No estoy comprometida.- no estaba mintiendo, simplemente estaba casada.

-¿Casada? O ¿Es el anillo de pureza?-rió.

-No, no es nada de eso.-dije y reí nerviosamente.

-¡Oye! He visto el anillo de oro con diamante.-me reprochó.- ¿Puedes enseñármelo? Debe de haberte costado una fortuna.-se impresionó.

-No voy a mostrarte nada.-le dije.

-¿Por favor?

-Te juro que si dices algo de esto a alguien, no sales vivo.-dije y saqué las manos de mi bolsillo.- Estoy casada.-le informé y extendí mi mano para que viera el anillo.

-¡Júralo!-casi gritó.

-Cállate, Nick.-exigí.- No puedes decírselo a nadie.

-Esta bien.-dijo impresionado.- Ni siquiera sabía que tenías novio o algo así.

-Steven va a matarme.-dije sin darle importancia a sus palabras.

-¿Steven?-preguntó.- ¿Tu esposo?

-No le gusta la idea que las personas sepan que a mi corta edad me halla casado , por eso es que lo oculto , seguro se enojara y no me dejara volver a mi trabajo.-dije preocupada.

-¿Por qué? No debe enterarse que yo sé.-dijo. Asentí.- Hey, ¿le tienes miedo?

-No, claro que no.-negué con la cabeza mientras hablaba.- Pero me ha costado casi toda la luna de miel convencerlo de mandarme aquí y ahora se enteraran todos y Steven va a dejar de mandarme a trabajar.

-No digas bobadas.-rió.- No puede ser tan malo ese tipo.

-No es malo, solo extremista.-dije.-  Por favor, promete no decir nada.

-No lo haré, quédate tranquila.

-Gracias.

El resto del día, lo pasé pensando en lo estúpida que había sido al llevar el anillo de casada al trabajo.  Había estado toda la tarde intentando contactar a Steven para decirle que no me volvería con él. Pero su móvil daba ocupado o estaba apagado.
Corrí al auto negro que tanto reconocía y le golpeé la ventanilla de su lado. Se asustó y luego volteó a verme. 

-¿Vas a subir o que?

-Steven, debes atender mis llamadas.-reclamé casi pareciendo enojada.

-Disculpa, he estado usando el móvil todo el dia  y luego tuve que apagarlo para una junta.

-Ok.-le sonreí. Entré la cabeza al auto y le planté un beso sobre los labios.- Pasare la tarde con Emma y Tamara.-le dije. Arqueó una ceja. Saqué la cabeza de allí y le sonreí.- No te enojes.

-¿Eleanor , vas a dejarme solo, todos los días?-preguntó fastidiado.

-Tomare la merienda con ellas y luego iré a casa, lo prometo.-hice morros.

-¿Quiénes son?-preguntó.

-Mis amigas.

-¿Amigas?-alzó las cejas.- Muévete de allí que quiero bajar.

-Ni se te ocurra.-dije viendo como Emma y Tamara nos observaban.- Puede verte cualquiera y saben que eres un empresario y toda la cosa.

-¿Qué hay de malo?

-Estamos casados.-le recordé.- Nadie puede enterarse aquí.- y por cierto, alguien lo sabía ya.

-Quiero ver con que clase de chicas te juntas.-empujó la puerta y con ella, mi cuerpo.- Dame permiso si no quieres que te lastime.-exigió.

-Quédate allí.-dije mientras le sonreía a las dos chicas. Emma hizo una seña preguntando si todo iba bien y asentí.

-Hazte a un lado.-dijo enojado.- Quiero ver quienes son.

-¿Para que?-me moví.- No haré nada malo, solo estaremos juntas.

Emma y Tamara  seguían observando la escena cuando Steven, de pantalón negro y camisa blanca, salió del auto y tomó mi mano mientras yo me negaba a tocarlo.

-Vete a casa.-dije.- Por favor, no me arruines la vida.

-No te arruino nada.-dijo y buscó con la mirada.- ¿Son aquellas que miran sin disimulación alguna?-preguntó. Asentí.- Llámalas.

-No, Steven, no.-dije apretando los dientes.

-Dije que las llames.

Suspiré resignada y les hice una seña a ambas que esperaban el coche que el padre de Emma había prometido mandar. Ellas se miraron entre sí y luego caminaron apresuradamente hacía nosotros.

-Vas a pagármelas.-susurré con fastidio. Steven sonrió y me tomó la mano a la fuerza. No me resistí.- Chicas, él es Steven, James ellas son Emma y Tamara.

Las dos lo examinaron con la mirada y luego sonrieron. Si se pudiera violar con la mirada, ambas estarían encerradas por acoso sexual. Tamara agitó la mano y miró a Steven directo a los ojos.

-Eleanor, nos ha hablado de ti.-sonrió explayadamente y sentí a Steven ponerse nervioso.

-¿Bien o mal?-preguntó. Las dos rieron.

-Muy bien.-dijo Emma y sonrió.

El ambiente estaba tan denso que se podía cortar con tijera. Steven y yo intercambiamos una mirada y luego él, se apoyó contra el auto.

-Oye, Eleanor.-dijo Emma.- Creo que mi padre ha olvidado mandar el coche.

-Si, siempre se olvida de Emma y nosotras pagamos los platos rotos.-dijo Tamara. Steven rió.

-¿A dónde piensan ir?-preguntó Steven.

-No lo sé.-respondió Emma.

-Eleanor.-llamó mi atención.- ¿Quieres que las lleve?-preguntó.

-¿Quieren?-le pregunté a ellas y asintieron al instante.- Si, vamos.-dije desinteresada.

Emma y Tamara sonrieron y se subieron a la parte trasera del auto. Solté la mano de Steven para subirme del otro lado, tironeó de mí y me volteó haciendo que lo besara. Bufé y me sonrió.

-No te enojes conmigo.

-¿Viste cómo te observaban?-murmuré. Rió.

-Ellas solo observan, tú gozas de lo demás.-dijo y besó mis labios nuevamente.

Le sonreí antes de correr para subirme del otro lado. Steven  encendió el motor y en menos de tres segundos comenzó a andar.

-¿A dónde las llevo?-preguntó. Observé a las dos chicas de atrás y se limitaron a alzar los hombros.

-No lo se.-respondí.- ¿Starbucks?

-Bueno, O'Connor.-dije fastidiada. Emma hizo una mueca de asombro y su cabeza apareció entre medio de los dos asientos delanteros.

-¿Eres O'Connor?-preguntó con entusiasmo.

-Si.

-¡Wow!-gritó Tamara.- Eres el hijo de Doug O'Connor, el futuro dueño de la compañía con más dinero sobre Estados Unidos.

-Bueno, ya.-dije y suspiré. Steven rió.

-¡Es que, Eleanor!-volvió a gritar Tamara.- Ha salido en todos los canales de televisión.

-Si, lo sé.-dije. Steven volvió a reír y posó su mano sobre mi pierna.

-No te enfades, cariño.-dijo y sonrió. Emma y Tamara hicieron ruidos tontos. Reí mientras mis mejillas se tornaban rosadas.- Puedo llevarlas a Starbucks.

-Sería genial.-dijo Tamra. Emma rió.

-Yo siempre como allí, de verdad me gusta.-admitió y reímos.

Unos minutos después, Steven estaba aparcando en el estacionamiento de Starbuscks. Emma y Tamara dieron las gracias y se bajaron al instante. Steven volteó a verme y sonrió.

-¿A que hora paso por ti?-preguntó.

-Te llamo.-dije al momento que abría mi bolso.- Toma.-le entregué el anillo de bodas.- No quiero perderlo.

-¿Te lo has llevado al trabajo?-preguntó mientras lo tomaba.- Me habías dicho que no lo ibas a llevar para que nadie se enterara.

-Disculpa, me lo he dejado puesto.-bufé.- Ya, hasta luego.-besé sus labios.- Compórtate.

-No soy como tú.-dijo al momento que reía.

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La Bella y La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora