El sol dio justo sobre mis ojos y lo primero que hice , fue cubrirme con las sabanas. Steven se quejó y aflojó su agarré contra mi cuerpo.
-Quieta Eleanor -gruñó-. Intento dormir.
-Entonces cierra esa cortina y vuelve a la cama.
-Ciérrala tú-murmuró roncamente.
-Tú.
-A mi no me molesta, ciérrala tú.
-Entonces voy a darte la espalda-dije revolviéndome entre sus brazos. Gruñó.
Un vacío se apoderó de el lado de Steven y cuando el sol ya no daba más sobre la cama, el vacío fue reemplazado por el cuerpo que tanto placer me brindaba por las noches.
-Listo-murmuró y me abrazó por detrás-. Ahora si, buenos días amor.
Reí antes de responderle.
-Buenos días Steven.
-¿Cómo has dormido?
-Acostada.
-Oh, has despertado de payasa-rió.
-Ayer eras tú el payaso.
-¿Yo?
-Si, tú.
-No, yo no.
-Si, tú.
-¿Quién es 'tú'?
-Mi esposo-respondí entre risas.
-¿Y a ese quien lo conoce?
-Ya, basta-reí-. Luego me dices payaso a mí.
-Hey, estaba jugando.
-Tú siempre juegas-dije casi como un quejido. Rió.
-Anoche no te quejabas de mis juegos-murmuró y besó mi cuello.
-Te sobrepasas.
-No vamos a pelear Eleanor-rió y volvió a besarme.
Media hora después, nos encontrábamos escaleras abajo tomando el desayuno, juntos. Steven observaba la televisión con atención y yo, lo observaba fruncir el ceño tras una noticia. Reí.
-¿Y lo divertido?-preguntó sin mirarme.
-Tus gestos.
Desvió su mirada del televisor y me observó a mí. Juntó sus ojos mirando su nariz y rió.
-Estás loco.
-Claro, solo yo-se quejó y juntó su silla a la mía-. ¿Qué haremos hoy?
-No lo sé-alcé los hombros-. ¿Qué quieres estrenar hoy?
Rió antes de contestar:
-Podemos estrenar la piscina.
-Estamos en primavera y no hace mucho calor para piscina-respondí. Se encojió de hombros.
-Estrenemos la cocina.
-Ya está estrenada.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-¡Ya!-gritó haciéndome sobresaltar. Rió-. Me has contagiado esa locura.
-¿Quieres que cocinemos?
-No, quiero que juguemos a las cartas sobre la estufa.
-Oh, si, te has tragado un payaso.
-¿Nada mejor que decir?
-No-reímos.
-Tengo una idea genial-me informó. Hice señas de que hablara-. Podemos cocinar, juntos, y luego cenar a la luz de la luna, en la terraza.
-Me gusta-le sonreí.
-Entonces hagámoslo.
Llegada las siete de la tarde, Steven se colocó un delantal y me pasó uno a mí. Me recogí el cabello en una coleta y comenzamos a cocinar.
Steven pretendía hacer una pizza casera. Pero al parecer, hacer la masa, no era su fuerte.
Harina por aquí, harina por allá. Cocina, comedor y las escaleras. Steven tomaba de puñados y me dejaba blanca tras el polvo. Yo, por mi parte, esperaba que se distrajera y lo dejaba lleno de harina, blanco como la leche. Reía y comenzaba a perseguirme por todos lados con la bolsa.
-Controlaré la pizza mientras tú te duchas y te vistes-me dijo. Le sonreí-. Luego tú puedes poner la mesa mientras yo me ducho y me visto.
-Claro que si-respondí y besé sus labios.
-Beso enharinado-gritó. Reí ante su estúpido comentario y corrí escaleras arriba.
Me metí a la ducha y tardé más de quince minutos. No recomiendo a nadie que aplique harina sobre su cabello. Salí de la ducha y me encontré al blanco de mi marido parado frente a mí.
-Eres raro-reí.
-Se dice blanco, Eleanor-me corrigió con gracia.
-Ya, ve a la ducha-dije riendo. Se acercó a mi para besarme y me aparté-. Ni se te ocurra.
-Un beso no se le niega a nadie.
-A nadie limpio.
-Bueno, bueno-se quejó y entró al baño.
-Apúrate porque la pizza va a enfriarse.
-Bueno-gritó desde adentró.
Me coloqué un vestido con sencillez y me maquillé ligeramente. Bajé las escaleras y preparé la mesa como habíamos quedado con Steven. Alrededor de veinte minutos pasaron cuando Steven bajó con una camisa a rayas y un pantalón negro.
Nos sentamos en la mesa y disfrutamos de la pizza.
-No está tan mal-dijo cuando tomaba de su jugo.
-A mí me gusta-le sonreí-. Deberíamos cocinar más seguido.
-Oh, no-dijo y sonrió-. Me gusta cocinar contigo pero... ¿has visto cómo ha quedado la casa entera?
-Ha sido solo la planta baja-reí.
-Lo haremos a menudo, pero no tan a menudo-rió.
-Eres un retrasado mental.
-Agresiva.
-¡Oye! ¿Qué te ocurre?
-Tú me has...-se quedó en silencio y luego estalló en risas-. ¿Es que has visto la estupidez que tenemos encima?
-Es tú culpa Steven-dije riendo.
-Eres tú la que me vuelve loco.
-Hey, no es mi cul...-me quedé en silencio-. Tú a mi, Steven-sonreí y le hizo gracia.............................................................
BUENO BUENO BUENO ESTO ES TODO POR HOY , SE QUE SEGURO ME MATARAN POR SUBIR CAPÍTULOS TAN CORTOS PERO YA MAÑANA TENDRÁN CAPÍTULOS MAS LARGOS , ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO NO SE OLVIDEN DE VOTAR SI LES HA GUSTADO , NOS VEMOS MAÑANA
LOS AMO
-ERIKA
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La Bella y La Bestia
RomanceCréditos por la portada a @EditorialFangirls Que feo es cuando la persona que mas ama es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tu seas la pobre indefensa presa d...