Cap28

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Dios! mi corazón quería salírseme, de lo que latía tan desaforadamente.

-Q-qué?-susurre casi tartamudeando aún con el corazón en la boca.

-si puedes- dijo, y yo seguía realmente en shock.

-Oh claro-dije en murmullo poco audible.

-siéntate- dijo señalando el otro lado de su cama,sobándome el antebrazo, camine tímida hasta el otro costado de la cama,estamos en un silencio raro, raro por que a pesar que lo odiaba, me daba calor estar junto a él, pero claro calor de confianza y protección.

Creo que estoy loca, quien en sus cabales diría que le da calor alguien que odia y que no lleva más de una semana conociéndose por qué ni amigos somos.

-Que te pasó?-dijo señalando mi antebrazo.

-ah nada-dije pensando que lo preguntaba por lo que excesivamente lo sobaba con mi mano.

-si tienes algo volvió a decir-dijo y allí me di cuenta que hablaba de la pequeña operación que había recibido en mi muñeca.

-oh esta- dije y él asintió.- pues tuve una operación.

-de que?-seguía preguntando

-y después que yo soy la curiosa- dije tratando de evadir el tema

-no cambies de tema- dijo queriendo sonreír y eso me hizo querer hacerlo a mi porque se veía hermoso tratando de que no lo notara.

Oh soy un Perra, él no es hermoso es un idiota. Que te quede claro Mary.

-No te lo diré hasta que me digas que te ocurrió en brazo- dije

En realidad no me gusta hablar mucho de mi pasado, la mayoría de gente juzga a las personas o tratan de evitarlas si han tenido algún tipo de enfermedad, y sé que no debo guiarme por lo que piense la gente, pero igual eso es parte del pasado.

-Así que te gusta el trueque- dijo con una sonrisa burlona y lo ojos cerrados.
Yo sonreí como respuesta.

-Chica trueque, me das agua- dijo aún sonriendo-allá hay un botellón negro-dijo señalando encima de un mesón de su mini cocina.

Abrí la alacena y saque un vaso y le serví el agua.

Iba acercándome a darle el agua él se acomodó para poder tomar tranquilamente pero yo torpemente tropecé y derrame el agua en cuerpo desnudo de el.

-Lo siento soy una torpe idiota- dije con vergüenza por mi estupidez.

-No seas tonta no te digas así, no fue tu culpa- dijo con tanta dulzura que lo quede mirando fijamente, mientras su mirada bajaba a mis labios y se acercaba lentamente, y yo sentía mi corazón en la garganta.

Prometo golpearteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora