El comentario de Matt hizo que mi mal humor aumentara. De pequeña, era más "gordita" que el resto de las niñas de mi clase, por lo que aparentemente era merecedora de bullyng.
Eso ayudó a que mi autoestima quedara por los suelos, y a que, en mi adolescencia, tuviera múltiples inseguridades conmigo misma.
Así que sí, no como porque a pesar de que se que no tengo sobrepeso, siento que si como demasiado, volveré a tener más peso del que se supone debo tener.
Sin darme cuenta, las lágrimas empiezan a caer.
Normalmente, en casos como este, iría con mi madre, que me diría que soy la chica más bonita del mundo y las personas que piensan lo contrario son imbéciles. Y cuando yo le recordara que no tengo un novio que respalde esa teoría, ella diría que los hombres son demasiado estúpidos como para darse cuenta de lo genial que soy.
Sigo llorando, hasta que siento que abren la puerta de mi habitación. Es Matt.
- Matt, no estoy de humor para...
- Soy un imbécil, y entiendo que no quieras verme, pero al menos déjame que me disculpe.-asiento, y el cierra la puerta a su espalda.- No pensé en lo que decía mientras lo hacía. Se que tu piensas como afectará, a cada persona que te rodea, cada comentario que sale de tu boca. Pero yo no. Así que lo siento.
- No lo hagas. Estoy, al parecer, muy susceptible. Así que sobre actué. Podemos simplemente empezar de cero.
- No quieres hablar de lo que sucede, ¿Cierto?-pregunta sabiendo la respuesta. Yo niego y trato de sonreír logrando una mueca.- De acuerdo, pero mi yo no juzgador, siempre estará disponible para escucharte.
- Eres muy amable Matt.-el se acerca y me abraza. Luego simplemente se va.
Pongo mis audífonos, por lo que no me doy cuenta de que Kevin ha entrado en mi habitación hasta que lo veo. Por la sorpresa pego un grito.
- No quería asustarte. Es que no has respondido cuando llamé...
- No, lo siento. No te escuché.
- ¿Estás mejor? Luke me contó que Kyle estaba mal porque tu estabas mal, así que...
- Si... no estoy del todo bien, pero es cuestión de tiempo. No es nada grave ni digno de preocupación.
- De acuerdo, pero deberías hablar con alguien.
- Otro más...- él ríe y sigue hablando.
- No me refiero a un profesional. Pero deberías sacar todo eso que está ahogándote por dentro. Y sé que no me conoces tanto, pero tal vez es mejor así.
- ¿Por qué sería mejor así?
- No lo sé. Quería darte algún motivo razonable pero ninguno vino a mi mente.- yo río, logrando que él también lo haga.- ¿Me darías tu número?
- Voy a dártelo solo porque ni siquiera trataste de buscar un motivo por el cual lo querías. Me gusta que seas directo, me pone un poco incómoda, pero me gusta.-el sonríe, dándome su celular para que anote mi número.
Sonrío a mi celular , viendo el mensaje que Kevin me ha mandado.
- Sienna, si dejases tu celular un momento, tal vez podríamos tener una conversación cara cara ¿O es que debo hablarte por teléfono para que sepas de mi existencia? -ambos estamos desayunando, y yo no he dejado el celular en ningún momento.
- Lo siento de verdad . Prometo no volver a ver mi celular.
- ¿Qué sucede contigo? Hasta la semana pasada podías pasar días enteros con tu celular apagado sin siquiera notarlo y ahora no pasas diez minutos sin él - yo me encojo de hombros mirando a la taza que tengo enfrente - Mierda te haz sonrojado. Es un chico, ¿Verdad?
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Please, Be My Angel
RandomAmbos parecen llevar una vida perfecta ¿La diferencia? Ella es la única que de verdad cree tener una vida perfecta. ¿Ella? Unos padres maravillosos, un hermano cariñoso, no podría pedir más. ¿Él? Unos padres que fingen ser maravillosos, un hermano...