Tyler & Connor

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Tal y como llego, me siento en el banco de siempre, y enciendo el móvil para mirar los whatsapp.
El patio está muy oscuro, todavía es pronto y no ha amanecido del todo. Mi piel puede notar el frío ambiente, y la niebla sepulta todo el instituto bajo una inmensa nube, que no contribuye sino a aportar desconfianza de cualquier cosa que pueda moverse.
Veo cómo una sombra se aproxima hacia mí. Me parece ver que es Troye, no estoy del todo seguro.
Saco las gafas de la funda mientras la persona se acerca a mí.
En cuanto oigo su voz, no cabe duda de mi evidente confusión: es Connor.
No entiendo qué demonios hace aquí, cuando a estas horas suele irse con gente de su curso.
Al tiempo que vamos entablado conversación, el sol va ascendiendo, y se va llevando poco a poco la niebla con él, y poco a poco el aire se torna más cálido.
-Tengo que hablar contigo.
-¿Qué quieres?- contesto fríamente.
-Quiero... que te olvides de Troye.
-¿Por qué, si se puede saber?
-Porque estamos juntos.
Esas palabras se clavan en mi pecho como mil puñales, haciéndome sangrar ríos y ríos de dolor internamente. No soy capaz de articular gesto alguno. Es mentira, lo niego, es imposible.
-Mientes- acuso al tiempo que me levanto del banco.
-Digo la verdad.
-Demuestralo.
-No tengo por qué.
-Ni yo tengo que creerte.
Me defiendo pensando que es una tontería, y que lo hace para ponerme celoso.
-Mira, no me importa que no me creas. Sólo te lo digo porque seguramente él se cabree si ve que me insulta la y eso.
-¿Cuando fue eso?- Las palabras salen solas de mi boca, ni siquiera soy consciente de articularlas.
-Ayer.
-Entonces es mentira. No tuvisteis tiempo.
-¿Me estas llamando montajista?
-Te estoy llamado falso. Así que deja a Troye en paz.
-¿Por qué he de hacerlo?
-Porque yo te lo mando.
-No me da la gana.
-HAZLO- elevo el tono de voz.
- NO ME DA LA GANA.
Un par de personas se han congregado a nuestro alrededor, expectantes. Ninguno de los dos nos damos cuenta, hasta que vemos a Troye caminando hasta aquí.
-Se lo voy a preguntar.
-¿Qué?
-A ver qué le parece a Troye.
Me giró e intento abrirme paso entre las personas. No hay demasiadas, pero sí suficientes como para cortarme el paso.
-Tu no te vas- dice, al tiempo que tira de mí hacia atrás.
-¡QUIEN TE CREES QUE ERES, EH! ¡HAGO LO QUE ME DA LA REAL GANA!- grito como un energúmeno. Ya no veo a nada ni a nadie.- No eres quién para difundir ese tipo de cosas- añado, intentando relajarme.
-Ah, ¿no? Pues toma.
Veo cómo, en milésimas de segundos, Connor echa su puño hacia atrás, y lo estampa contra mi nariz, provocando que me balancee un poco, y que mis gafas se caigan al suelo.
No lo soporto más. Me da lo mismo que, lo que antes eran dos o tres personas, se haya convertido en una multitud.
No respondo a ningún estímulo, a ninguno excepto a los de Connor.

(NARRA CONNOR)
Vale, esto se me ha ido de las manos. Yo nunca he ido con la idea de pegarle, y hoy sólo quería que discutiese con Troye. Admito que es muy acosador por mi parte, pero esta situación me supera.
Y cuando algo no lo puedo controlar, en este caso alguien, busco culpables.
Y hoy le ha tocado a Tyler.

Voy a disculparme, pero antes me fijo en sus ojos.
En ellos no se ve el reflejo más que de un profundo sentimiento de odio. Fría in humanidad recorre sus verdes iris, provocando en mí un profundo miedo. En ese momento me doy cuenta de que, haga lo que haga, diga lo que diga, no hay marcha atrás.
Me preparó internamente, esperando el contraataque de Tyler.
Pasan dos o tres segundos hasta que logra reaccionar.
Da un gran salto y echa las manos a mi cuello, apretandolo, intentando ahogarme. Pienso rápido.
Pataleo, y hundo una de mis piernas en su tripa, lo cual provoca que me suelte.
Me cuesta respirar.
Ambos jadeamos por un rato. No oigo nada. No veo a nadie. Menos a Tyler.
Corre hacia mí nuevamente y veo cómo levanta la pierna y pega una patada en mi entrepierna.
Me llevo las manos al lugar del golpe, y me encojo en el suelo.
Tyler ha ganado.
Justo cuando levanto la cabeza, veo a Troye.
Está hablando con Tyler.
Recoge las gafas del suelo, y se las da.
Está muy enfadado.
Se dirige a mí.
-¿Estás bien?
-Supongo...
-Levanta- extiende su mano para ayudarme a incorporar.
Una vez estoy de pie de nuevo, empieza a hablar.
-Es increíble la osadía que tienes. Eres un inmaduro.
-No quería...
-Ya, ya se que tal vez tu intención era otra... pero eso no hace que me sienta mejor con ninguno de los dos. Os peleais delante de mí todos los dias, pero esto es demasiado.
Toca el timbre, indicando que van a dar comienzo las clases.
Ambos (Tyler y yo) vemos como Troye echa a correr, alejándose de nosotros.
Al poco tiempo, llega con dos bolsas de hielo.
Tyler y yo estamos sentados al lado, en el mismo banco. No hablamos. No lloramos. Intentanos no sentir. Ambos queremos hacerlo, pero sería una degradación, una muestra más de debilidad.
Troye se acerca a Tyler primero, y pone una de las bolsas de hielo sobre su mejilla. Coje su mano, y la presiona contra la bolsa. Tyler se queda en esta posición. Gira un poco el cuerpo, y me mira. En sus ojos se refleja decepción.
Quita una de mis manos, en la cual deja la otra de las bolsas. Agarra mi antebrazo, y posiciona la cura encima del lugar del golpe.
Una vez hecho esto, espera un rato. Poco a poco, vamos relajandonos.

Ya es muy tarde, llevamos un cuarto de clase perdida. Con absoluta calma, Troye se levanta, y se va.
Tyler y yo le seguimos, aunque él ni se gire.
Cada uno de nosotros va a un lugar.
Tyler tiene francés, Troye se dirige al aula de refuerzo de matemáticas, y yo desvío mi trayectoria hacia la clase de inglés.

Mi Peor PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora