Del roce nace el cariño

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Con un habitual gesto alegre dibujado en el rostro, y una graciosa y sensual risa exagerada, era cómo trataba de poner celoso Troye a Connor.

Amaba cuando los ojos del castaño recorrían todo su cuerpo, ansiosos de obtener tan sólo un poco de él, aún sabiéndolo imposible, ya que se encontraban en público.

Y tras aguantar cómo Connor lo comía con la mirada sin dar señas de su satisfacción, venía la parte más gratificante: cuando este se daba cuenta de que su Troye reía junto a Tyler.

En esos momentos, Troye solía tirarse contra el cuerpo del rubio, fingiendo un tropezón, para así enfurecer todavía más a Connor y, por qué no, aprovechar para sobar el cuerpo de Tyler.

Y obviamente, estas jugadas no las hacía únicamente para molestar a Connor, sino que iba alternando al castaño y al rubio, dándoles una de cal y otra de arena a cada uno, y así de paso calmaba sus hormonas.

Eso pasaba habitualmente, hasta que llegó Jacob...

Troye tenía ganas de poder juntarles a los tres, y así probar jugando a tres bandas, pero al no poder tenerlo todo controlado, prefirió mantenerlos apartados y no hacer que la situación únicamente beneficiosa para él se tambalease.

Hasta que, sin él tener nada que ver, un buen día que a Connor le tocaba sufrir, este último no observó a Troye tan largo y con tanta cautela como otros días, sino que cambió la dirección de su mirada hacia Tyler.

Y dejando a todos asombrados, el castaño se acercó y atrajo hacia su cuerpo al rubio, juntando así fuertemente sus suaves y finos labios con los del tintando, provocando en este un sentimiento distinto al de rechazo.

Tras el beso, que no dejó nada a la imaginación de Tyler, Connor se separó de este, y le miró durante unos segundos.

Fue inevitable para el castaño que, en esos escasos instantes, se le notase contento por lo recientemente hecho.

Y es que, tal vez... Connor no sólo veía a Troye, ni Tyler únicamente tenía ojos para el moreno.

(...)

Troye se había dado cuenta de lo ocurrido aquella tarde entre los dos.

Aún continuaba dándole vueltas, sentado en la silla, frente al que ahora era su profesor favorito.

Y obviamente, este se había dado cuenta de todo lo que le rondaba a su alumno por la cabeza.

-Troye, me gustaría que te quedases después de clase...- pidió Jacob, hablando en consecuencia de lo observado durante la clase.

El ojiazul no respondió, pero se quedó donde estaba, dispuesto a hablar lo que hubiese quedado pendiente con aquel hombre.

Jacob le explicó que no tenía malas intenciones con respecto a él, viniéndose a referir a lo que había ocurrido días atrás.

No obstante, le dejó claro su deseo de ayudarle en lo necesario, puesto que era inevitable para él ocultar su felicidad mientras hablaba con el menor.

A todo esto, Troye respondió afirmativamente, aceptando quedar con él una tarde, como conocidos, y tratar de entablar una amistad.

-¿Esta misma tarde podría ser?- preguntó el educador.

-Sí... es decir, vale.

(...)

Al principio de la víspera, el ojiazul se mostraba frío y distante, tratando de aludir todo tema relacionado con su persona, enfocando así todas las conversaciones hacia el mayor.

A pesar de ello, poco a poco, Jacob fue ganando la confianza de Troye, haciendo que lenta y enigmáticamente, el menor le comentase su problema respecto a la amistad tan extraña de sus dos "amigos", añadiendo a la explicación todo tipo de señales que confirmaban su amor por cada uno de ellos.

Cuando empezó a anochecer, Jacob agarró de las caderas a Troye sin explicación aparente, y besó al menor como si de una película se tratase, rompiendo así la promesa anteriormente construida.

-¡¿Qué haces?!- vociferó el ojiazul, visiblemente enfadado.

-Cálmate y escúchame...-ordenó Jacob, y prosiguió- no sé si te habrás dado cuenta, pero por la acera de enfrente van tanto uno como otro...

-¿Y eso qué importa? El caso es...

-Sí, que te he besado- interrumpió el moreno, tratando de captar la atención de su alumno- ya lo sé... Te quería proponer que, como ahora sabes qué tipo de sentimientos tienen el uno por el otro...

-Sigue...

-...podrías aprovecharlo para hacer que volvieran a ti ambos...

-...¿enrollándome contigo?-cortó Troye- ¿Me tomas por puta, o qué te pasa?

-Vamos, piénsalo... Si me interesase algo contigo, ahora mismo te podría doblegar con mi fuerza... Pero no lo hago, porque no me preocupas en ese aspecto...

-Mira, no lo sé- confesó Troye- ahora mismo vendería mi alma al diablo con tal de que esos dos se postrasen ante mí y me besasen los pies suplicándome que les perdone...

-Bien...-comentó Jacob, algo extrañado- ¿Entonces...?

-Supongo que acepto, pero tienes prohibido tocarme ni un sólo centímetro de mi cuerpo a menos que yo te lo pida, ¿oído?

-Sí, sí...

-Y no te creas que, por que me confabule contigo, voy contra ellos... Les sigo queriendo, y de tí depende que, si acabo decidiéndome por uno de los dos, tú continúes siendo amigo mío... ¿entendido?

-Más claro imposible.

-Bien, pues lo primero que me gustaría que hicieses es darme un beso antes de que se vayan.

-¿Con lengua?

-Que se note.

Y tras unos cuantos instantes observando el largo y apasionado beso que ambos se daban frente a ellos, fue como Tyler y Connor odiaron a Jacob... y se amaron entre ellos, haciendo el mismo acto enfrente de Troye, una vez este hubo acabado el contacto con el mayor.

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Holas.

Este capítulo es flojo, pero prometo que, después... yo creo que hasta mi ordenador se va a sobre-calentar :)

Por favor, votad y comentad, que me han nominado a los #GAwords y aunque sé que la novela no es gran cosa, guardo esperanza.

Os quier, gracias por leer :)

Xx,

-Nat

Mi Peor PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora