(AU) Reckless Behavior: Badass Angel. |Harry Styles|

Capítulo 1

El Amor es un espíritu familiar.  No hay Angel más malo que el amor.-William Shakespeare.

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—¡Alessa baja ya!—gritó su madre, desde la planta baja.

Alessa, sin terminar de abrir los ojos frunció el ceño y dio media vuelta sobre ella acomodándose mucho más en su cama. Vio la hora del reloj de su mesa de noche y con pesadez se levantó.

Hizo todo lo básico que una adolescente de quince años hace por las mañanas, se lanzó encima una sudadera, se puso unos vaqueros negros y ató su cabello en una coleta desordenada de ballet.

Bajó haciendo estrépitos por toda la casa para hacerle saber a su madre lo irritante que podía llegar a ser a las seis de la mañana el primer día de vacaciones de verano.

Allí estaba, el ser que ella más detestaba ver todas las mañanas (cosa que solía ser una tortura desde que ambos eran pequeños) recostado del umbral de la puerta de la cocina, con sus manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros rasgados. Llevaba un gorro de invierno color gris y suéter negro. Su rostro iluminado por la luz que se colaba gracias a la ligereza de las telas de la cortina, se había vuelto odioso y duro como una roca al verla.

—¿Sabes qué día es hoy mamá?—preguntó ella con suavidad, pero enojo en su voz.
—Sábado, ¿Por qué?—le contestó, dulcemente.
—Exacto. El primer día de mi verano y son las seis de la mañana.—dijo con amargura.

Harry reprimió una risa y en su lugar aparecieron los adorables hoyuelos en sus mejillas junto a su acostumbrada sonrisa torcida, que era conocida como El Truco Final Styles al instituto al que ambos asistían.

Alessa lo miró fulminante y se abrió paso detrás del mesón de granito que estaba en medio de la cocina, para saludar a su padre quien leía el periódico con noticias alteradas, mentiras sobre el arreglo de la ciudad, difamación y destrucción absoluta de carreras de los famosos y las falsas palabras de los gobernantes del país.

—Buenos días querida.—le dijo él, animado dándole un beso en la mejilla.
—Hola padre.—se limitó a contestar.
—Debemos irnos Lucas.—comentó su madre, Señor Styles.

Los cuatro partieron al aeropuerto como la familia feliz que eran, opinión que ni Alessa ni Harry compartían desde que tenían doce y trece años. Y es que por alguna extraña razón desde que tenían esas edades simplemente habían decidido odiarse a más no poder. Como si todo lo que habían vivido desde que eran relativamente unos bebés, lo hubiesen tirado por una borda. El odio entre los hermanos Styles no era normal, y todos sabían lo peligroso que era mantenerlos juntos por más de una hora dentro de la misma habitación.

En Londres empezaban a salir los rayos de sol que le darían vida y sentido al verano pero la incesante molestia de Alessa con tan solo pensar que pasaría sus tres preciados meses de verano con su hermano mayor, porque sus padres no podían perderse los boletos con destino a las Bahamas que guardaban desde hacía un año, le parecía una maldita tortura. Un castigo estar al cuidado de Harry todo el verano.

Luego de un largo viaje, los cuatro miembros de la familia Styles, se bajaron en el aeropuerto agitados pues se habían retrasado un poco.

"Señores pasajeros del vuelo 041 con destino a la isla de las Bahamas por favor abordar por la puerta de embarque C. Último llamado."

—Es nuestro vuelo.—comentó el Señor Styles, contento.

Le quitó el equipaje a Harry y le dio un beso en la frente a lo que éste frunció el ceño pues ya estaba bastante grande para esas demostraciones de amor en público.