Capítulo 20.

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Fue el golpeteo en la puerta lo que despertó a Sung Kyu aquella madrugada, apenas una hora antes de que el resto de los alumnos lo hiciera para comenzar con sus actividades académicas.

Sung Kyu podía considerar aquel sonido como si alguien estuviese golpeando un árbol con los puños, aunque tendrían que ser puños muy grandes. Como los de un gigante.
Sung Kyu entreabrió los ojos, observando la espalda de Woo Hyun dirigirse a la puerta de su dormitorio.

Kim recordó lo que hacia en aquel lugar. Lo que ambos habían hecho y lo que pudieron haber hecho. Y además... pero no pudo precisar aquel pensamiento. ¿Que había sido? ¿Un recuerdo real o algo sacado de su imaginación? Pero Sung Kyu se vio frunciendo el ceño, ignorante, una vez más, de las cosas que ocurrían a su alrededor.

—¿Woo Hyun?

El rubio se detuvo, con la mano en el picaporte, volviendo el rostro ligeramente.

—Lo siento por despertarte—. Aunque era obvio que no había sido él, sino la persona que llamaba al otro lado—. Sigue durmiendo.

—¿Quién es? —replicó el joven amnésico, pero Woo Hyun negó con la cabeza, mientras abría la puerta. Al momento Ho Won entró, con las mejillas pálidas y el ceño fruncido.

—Woo Hyun...—. Y sus ojos se fijaron en Sung Kyu, envuelto en las cobijas de Nam y con el cabello alborotado—. Mierda, aquí estás. El Gremio quiere matarnos porque desapareciste.

Al momento Sung Kyu se puso de pie. No sabía que tan en serio hablaba Ho Won, pero era mejor no averiguarlo. Por lo que había visto esos del Gremio estaban bastante locos.

—Lo siento. Volveré a mi habitación ahora mismo.

—Eh... No —Ho Won le bloqueó la salida—. Deja que Woo Hyun te acompañe. Nadie querrá que andes vagando solo.

—Bien.

Pero Nam lo sujetó esta vez del brazo, atrayendo el cuerpo de Sung Kyu hacia él.

—¿Qué ha pasado, Hoya?

Ho Won se mordió el labio inferior, dudando.

—¿Está bien que lo diga frente a él?

Woo Hyun miró a Sung Kyu, quién lo miró a su vez.

—Juré que no le mentiría más. Adelante.

Ho Won asintió, aunque no habló de inmediato. Como si estuviese considerando lo que iba a decir, tal vez incluso palabra por palabra.

—El asesino atacó.

—Fue... ¿de los nuestros?

—Sí —Ho Won tomó aire con fuerza—. Fue Yoon Joo.

Woo Hyun cerró los ojos un segundo, mientras Sung Kyu los miraba sin comprender del todo. ¿Quién era Yoon Joo? ¿El asesino había atacado? ¿A esa tal Yoon Joo? ¿Por qué? Y ella, ¿estaba... muerta?

—Dejé a Myung Soo cuidándola, pero necesitamos que te hagas cargo. Y además el Gremio...

—Vale, Hoya —le interrumpió el prefecto rubio—. Dile a Ki Bum que envié una carta a la directora. Yo llevaré a Sung Kyu a su dormitorio y me reuniré con ustedes de inmediato.

Y sin replicar nada sobre estas ordenes, Ho Won se marchó, caminando deprisa por aquel estrecho pasillo. Sung Kyu se volvió hacia el joven de cabello dorado.

—¿La mató?

—Sí.

—Lo siento.

—No es tu culpa —y Woo Hyun le dedicó una sonrisa triste. Sung Kyu lo entendió entonces, Nam tenía un registro de todos los alumnos. Era evidente que los conocía a todos—. Vayamos a tu dormitorio.

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