Capítulo 13.

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Fue Woo Hyun el que sugirió caminar. Y Sung Kyu no se negó. El tema que él quería tratar con él no era algo que quisiera que el resto de los prefectos escuchara. Si lo veía desde una perspectiva fría podía resultar hasta vergonzoso. ¿Una relación entre dos chicos? ¿Sung Kyu era ese tipo de persona? Lo cierto era que no lo sabía. Y, sin embargo, lo que Woo Hyun le hacia sentir cada vez que estaba cerca de él le hacia pensar que, en efecto, era ese tipo de persona.

—Me sorprendió que vinieras a buscarme —comentó el joven de cabello dorado, caminando a su lado por el bosque.

A Sung Kyu no le había sorprendido que le llevase justamente al sitio. De alguna forma el bosque también le era familiar, como si en el pasado hubiese estado mucho tiempo en él.

—El abuelo y Sung Jong respondieron algunas dudas, pero hay otras qué —se detuvieron al llegar a un pequeño río —sólo tú puedes hacer.

—Siendo así, haré lo que pueda —Woo Hyun miró hacia atrás—. ¿No te molesta que escuchen?

—¿Quienes?

—Tus... amigos. Nos han seguido desde que salimos de la Academia.

Saber eso irritó a Sung Kyu en demasía, sobre todo porque ahora ya sabía que "amigos" eran esos.

Dio un paso adelante, con las manos en la cadera.

—Salgan ahora mismo.

No hizo falta ni siquiera que lo gritara. Al momento tres figuras salieron de entre los arboles. Min Ho, Ji Soo y... Sung Yeol. Pero no debía sorprenderle, si el chico alto era amigo de la infancia de Sung Jong era evidente que también pertenecía al Gremio.

—Ustedes... —empezó Sung Kyu, pero los arboles volvieron a moverse y salieron otros dos chicos.

Kim los reconoció al momento, la primera era la tal Mi Joo, quien le había acusado de traicionarlos; y el segundo era el chico rubio del aula de castigos. Ki Bum le parecía recordar.

—Váyanse.

—Nuestro deber es protegerlo, Joven Maestro —replicó Ji Soo al momento, mirándolo con algo parecido a la adoración.

—Pues no lo hagan. Regresen a la Academia.

—No podemos dejarte a solas con... ese —enfatizó Sung Yeol, cruzándose de brazos.

—"Ese" no va a hacerme daño, así que váyanse de aquí ahora—. Ninguno de los tres parecía deseoso de hacerlo—. Es una orden.

—Vamos, chicos. Esperemos junto a la valla —dijo Min Ho y los tres se marcharon, sin dejar de lanzarle miradas desconfiadas a Woo Hyun.

—Váyanse también —añadió Sung Kyu, dirigiéndose está vez a los otros chicos.

—Tú no nos ordenas, Kim Sung Kyu —replicó la joven, mirándolo con cara de pocos amigos.

Sung Kyu abrió la boca para replicar, pero Woo Hyun fue más rápido que él.

—Pero yo sí, Mi Joo. Esperen con los demás.

Ella parecía querer replicar, pero, soltando un bufido, se dio la vuelta y se marchó. Seguida al momento por Ki Bum, a quién no parecía importarle el asunto.

—Lo siento por eso, Sung Kyu —aclaró Woo Hyun, encogiéndose de hombros—. Mi Joo no soporta al Gremio. Es comprensible, sus padres fueron asesinados por... cazadores.

Escucharle a Woo Hyun hablar de ello le hizo sentir un poco afligido.
Cazadores... ¿Qué clase de monstruos eran realmente?

—Entonces es cierto —Sung Kyu se volvió hacia su acompañante—. Tú... ¿eres un hombre lobo?

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