Capítulo 18: "Dile que lo amo"

5K 339 13
                                    

—Joseph —dije separándome de él, después de un largo beso, era hermoso— no, no puedo —y en verdad no podía, no podía hacerle eso a Nick.

—Por qué? —preguntó enfadado.

—Nick...

—Lo amas? —me preguntó bastante serio.

—Yo...eso no te incumbe —dije viendo a otra parte, a cualquier parte que no fueran sus ojos.

—Eso es un No —dijo agarrando mi cabeza con sus manos.

—Joseph...

—No, nada de Joseph, Katherine, tu no lo amas, y mientras no lo ames yo tengo una oportunidad de hacerte feliz —dijo sonriéndome y acariciándome la mejilla.

Por un instante sonreí, porque yo si quería algo con Joseph...¿quién no?, pero no puedo.

—No puedo, es Nick —dije volviéndolo a quitar de mi.

Joseph se paro molesto y me dio la espalda.

—Joseph? —pregunté parándome rápido detrás de él.

—Adiós —dijo caminando rápido.

—Por qué? Porque estoy con él y no contigo —grité enojada.

—Porque te estás condenando a una vida que no tiene sentido Katherine —dijo volteándome a ver— porque eres infeliz y sin embargo no te importa y no puedo mirarte sabiendo que tu misma te estás provocando esto, te dije que yo te protegería, pero no podré protegerte cuando tu misma te estás lastimando —dijo enojado, nunca lo había visto así, incluso me dio miedo, y lo peor es que sabía que tenía razón.

Siguió caminando y no lo detuve porque aún sabiendo que él tenía razón por alguna otra razón tenía que mantener la promesa con Nick, si acepté ser su novia fue por algo.

Me quedé sola, viendo de nuevo al vacío, ahora más tentada que antes, quería saltar, quería saber si era cierto que veías una luz al final, que todo era paz, que existía un cielo, que existía amor.

Me levanté y me fui caminando hacia mi casa, no quería nada, sólo quería descanzar, o bueno eso creo, la verdad es que tengo mucha energía, quiero hacer algo, quiero besar de nuevo a Joseph, quiero sentir sus labios pegados a los míos, quiero sentirlo cerca de mí.

Estaba cerca de mi casa cuando sentí que alguien se encontraba detrás de mí.

—Se me olvidó decirte algo —dijo Joseph detrás de mí, por un momento sonreí porque él había vuelto— desde que me dejaste ir caminando y te quedaste sentada...me perdiste — y entonces desapareció, al igual que mi sonrisa.

Antes de que pudiera decir algo, me quedé de nuevo sola, pero era diferente, me sentía sola de la manera en que soy la única en el mundo, podía jurar que a Joseph se le había salido una lágrima, ¿por qué mi vida tenía que ser tan dificil? caí rendida al suelo, mi nuevo mejor amigo, comencé a llorar, no quería esta vida, ahora en vez de ganar algo...estoy perdiendo todo, a Joseph, mi humanidad, mi familia.

Corrí hasta llegar a un bar, me adentre en el, estaba casi vacío, había unas cuentas mujeres con hombres motociclistas y otro chico parecía de mi edad, pero eso no importaba ahora, estoy harta de los hombres.

—Quiero lo más fuerte que tengas —le dije al cantinero.

—Tienes eda...

—Ahora —lo hipnotice, no sabía que podía hacerlo, genial...creo.

El cantinero comenzó a hacerme no sé que cosa, yo sólo observaba mi teléfono, nada, ni un mensaje, ni de Liah, ni de Nick, es como si a todos los hubiera perdido y lo peor es que nunca pensé que perder a Joseph alguien que apenas conozco me afectara tanto, llevo más tiempo siendo amiga de Liah y me duele, pero me duele más lo de Joseph, me duele tanto, es como si estuvieran encajando varios cuchillos y sin embargo no pudiera morir, es tortura.

La Hija de DraculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora