Capitulo 40: "Nunca lo hagan enojar"

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Después de la charla o plática de batalla, por así decirlo...de ayer todo el mundo se fue a dormir hasta que escuche a alguien a punto de entrar por la puerta.

Yo me había quedado en la sala porque ya no quedaban cuartos, ni camas extras, así que pues aquí estaba, pero eso fue bueno porque serví de guardia.

Me paré inmediatamente y observe por la ventana, por un segundo pensé que podía ser Henry pero no, era Marcus.

Entro ¿borracho?

—Marcus ¿qué estuviste haciendo? —dije mientras lo tomaba del brazo y lo acostaba en el otro sillón que estaba enfrente del mío, estaba tan borracho que en cuanto lo acosté cayó dormido.

Yo no tenia ahora sueño, pero sabía que debía pararme mañana temprano entonces debía dormir para tener todas las energías posibles y me ayudarán mañana, porque estoy seguro de que la ayuda nos servirá un poco.

Me puse a pensar acerca de la ayuda que necesitaríamos y yo no he visto que Dracula este muy preocupado por Kath...ahora que lo pienso se me hace muy raro, luego recordé todo lo que habíamos dejado atrás. Un lío. Por mi padre y todos sus seguidores qur estuvieron de acuerdo en matarnos, Dracula esta muy ocupado ahora pero supongo que cuando sea necesario el estará allí.

(...)

—Despierta —escuche que alguien me susurraba en el oído. Abrí mis ojos.

—Alejate de mi —dije mientras me despertaba poco a poco, pero estaba lo suficientemente despierto como para saber que Hailey a mi lado susurrandome era mala señal.

Hailey se apartó ofendida aún no entiendo por qué si sabe que me repugna su existencia. Me fijé en la hora que era t por un minuto había olvidado que Marcus había llegado anoche borracho.

—Ve a despertar a los demás —le ordené a Hailey mientras yo me encargaba de Marcus.

Los vampiros podíamos ponernos borrachos sólo de una manera, y no es tomando alcohol literalmente, para nada, tomamos sangre pero no cualquier sangre, sangre de algún borracho con eso era suficiente.

Lo tome de la cabeza primero para que doliera menos, con el tiempo...Marcus había comenzado a agradarme, sentía que era como yo, "la oveja negra de la familia" teníamos cosas en común y estaba igual de lastimado que yo...sólo que el aún no encontraba su cura, o su soporte, pero yo sí, en el instante que conocí a Kath. Mi bella Kath.

—Arriba Bella Durmiente —le dije mientras comenzaba a abrir los ojos.

—No sé porque hice eso —dijo Marcus mientras se tapaba la cara— aún siento el dolor del chico de no más de 18 años mientras yo lo devoraba.

Sentí pena por Marcus, yo se porque lo había hecho, estaba decepcionado de si mismo, de lo que había hecho, se sentía avergonzado ante nosotros, pero lo que el no entiende es que ninguno de nosotros lo juzgamos por lo que hizo. Marcus sólo quería escapar unos segundos...No sentir absolutamente nada.

—No te preocuoes, todo está bien ahora —dije mientras iba por un poco de sangre fresca que Liam habia conseguido en un hospital no muy lejos de aquí.

Abrí el refrigerados y agarre un vaso, abrí uno de los cajones para tomar un popote porque si Marcus tomaba muy rápido y dudo que quiera le afectaría. Comencé a servir la sangre en el vaso hasta llenarlo a la mitad y un cuarto más por si acaso.

—No —dijo Marcus quejándose, no pude evitar reírme.

—Tienes que tomar —dije mientras le daba el vaso y el popote— te necesitamos con todas tus fuerzas.

La Hija de DraculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora