Capitulo 25: "Son dones mi Señora"

5.2K 287 6
                                    

Sabía que tenía que tomar una decisión, al ver el cuerpo de Nick tirado y sin vida sabía lo que tenía que hacer, no permitiría que nadie más muriera por mi culpa, nunca más.

Mande a los chicos hacia el portal que los llevaría al instituto de mi padre, donde estaba segura de que estarían a salvo y bajo protección del inigualable Dracula.

Estaba a punto de morir, lo sabía justo en cuanto los vampiros y los perros demonios de Marcus comenzaron a abalanzarse hacia mí y no le tenía miedo a la muerte, ya no más, ahora sentía como si fuera una amiga que venía a darme las buenas noticias, diciéndome que ahora todo estaría bien, que ahora todo sería paz y tranquilidad.

Hable muy rápido.

—Alto —les gritó Marcus— no dejare que maten a mi esposa.

—Aléjate de mí, ¡Monstruo! —grité tomando el cuerpo de Nick y abrazándolo.

No podía creer que de un momento a otro Nick este muerto, y todo esto es por mi culpa, Nick el Nick que nunca hacía tarea, el Nick que me obligo entrar a los vestidores de los hombres, al Nick que me había preparado tanta comida, al Nick que me había triado una serenata afuera de mi balcón, al Nick que me había dicho su primer "Te amo".

—Fue un daño colateral —dijo el sin piedad— todo esto es tu culpa cariño y lo sabes, todo por querer traicionarme —dijo el riendo— nadie nunca me traiciona preciosa.

—Déjame enterrarlo —dije abrazando aún más a mí el cuerpo de Nick, el frío cuerpo de Nick.

—De acuerdo —dijo el acercándose hacia mí— ¿ves cuánto te amo?

Yo no quería mirarlo a los ojos, así que solo asentí mirando a los ojos de Nick, comencé a llorar de nuevo cuando Marcus ya se había ido, le cerré los ojos a Nick, de verdad lo siento Nick.

—Quiere que le ayude señorita Katherine? —me habló la única persona, bueno persona no, la única vampira que sentí que tenía corazón en este frío lugar.

—Solo para enterrarlo Tessa, gracias —dije viéndola a los ojos.

—Estas segura? —me preguntó alguien a mis espaldas.

—Sí gracias Emiliano, ahora que tengo esta fuerza puedo hacer cualquier cosa —le dije, nunca había hablado con él, usualmente estaba callado y nunca hablaba con nadie excepto con su hermana Cordelia, que era exactamente igual a él, silenciosa.

—Quieres ayuda en algo más? —me pregunto alguien que salía de las espaldas de Emiliano.

—Bueno si ustedes insisten —dije quitándome un par de lágrimas de los ojos— Cordelia...de casualidad no tienen una cruz? —pregunté.

—No, pero podemos hacer una con flores...¿eso sirve? —preguntó tímida.

—No sabía que aquí habría algún ser vivo —dije sorprendida de que Marcus tuviera flores.

—No hay —respondió esta vez Tessa confundida.

—Tal vez aquí no —dijo Tessa un poco a la defensiva— pero afuera hay, te traeré algunas —dijo ella.

—Perfecto gracias Cordelia —dije parándome junto con el cuerpo de Nick.

Cordelia salió de la casa, mientras Emiliano buscaba un poco de ropa para cambiar a Nick y quitarle la ropa bañada en su sangre, mientras Tessa iba y buscaba una pala.

Sabía que Nick se enojaría conmigo por enterrarlo en un lugar así, él siempre me había dicho que no quería ser enterrado, que quería que lo cremaran y aventara sus cenizas en el lago en donde por primera vez nos conocimos, no de manera romántica solo él y yo, donde los tres nos conocimos, Liah, Nick y yo, en ese maldito lago, ese hermoso lago.

La Hija de DraculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora