Capitulo 27: "Nutella"

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Mi madre tenía razón, no porque alguien me dijera que no hubiera solución tendría que creerle, yo encontraría una solución para Katherine, porque sé que ella no se daría por vencida, ella haría lo mismo por mí, ella estaría buscando su propia solución.

No puedo creer que fui tan débil, me rendí tan fácilmente y sólo porque un imbécil me dijo que no se podía, ¿qué pasó con el Joseph de antes?

Pero lo que sí sé fue por qué llore, llore, no porque no haya podido hacer algo, llore, no porque me estaba rindiendo, llore, no porque estaba frustrado, llore porque había perdido lo único que he amado en esta vida, lo único que me ha completado, lo único que hace sentirme...humano.

Me levante del suelo y me dirigí hacia la puerta del Instituto, por ahora no podíamos hacer nada, seguiríamos con el plan de antes, solo tendríamos que agregar unas cuantas partes, por ejemplo: el de ¿Qué haremos cuando tengamos a Katherine?, creo que tendremos que encerrarla o Liah tendrá que hacer cualquier hechizo.

Me senté en la sala de acuerdos, por primera vez estaba sola y eso se me hacía sentir raro suponiendo que iban a planear lo que harían para atacar a Marcus, no tenía sentido alguno, deberían estar aquí, bueno ¿a quién le importa?, concentra te Joseph tienes que buscar a los chicos.

Estaba parándome cuando Liah llego corriendo y cerró la puerta al parecer ella no se había dado cuenta de que estaba sola, estaba extraña...diferente, parecía que ¿quería esconderse?

—Liah —le pregunté mientras me acercaba a ella.

—Ah! —grito ella dándome un golpe en la cabeza con una lámpara que había agarrado de uno de los muebles— joder Joseph no me hagas eso, ¿Qué haces aquí?

—Y tu —dije aturdido por el golpe, Liah era fuerte.

—Están atacando, tu deberías estar con los demás, ¡no aquí! —me gritó Liah exasperada.

—Tranquila, ya voy —le grité mientras salía por las puertas— ¿Quién nos ataca?

—Unos vampiros —dijo ella mientras cerraba las puertas.

Corrí en busca de la pelea, pero no encontraba a nadie, ¿Qué es lo que estaba pasando?, seguí corriendo cuando me topé con Cameron, tenía una copa de sangre en la mano (sangre de animal), ¿pero qué hace bebiendo? ¡Hay un ataque!

—Cuidado! —me gritó molesto porque casi le tiro su copa.

—Cuidado? —pregunté atónito y enojado— ¿Qué haces aquí? ¡sé supone que deberías estar peleando.

—Peleando?, ¿de qué hablas? —me preguntó confundido.

—Cameron qué esperas? —le gritó alguien— Oh Joseph tú también, vamos a comer —dijo Liah sonriéndome, pero eso era imposible, Liah estaba en la sala de acuerdos.

—Y tú qué haces aquí? —pregunte aún más enojado y confundido, si esto era una broma, juro que los torturaría a todos.

—No me hables así —me gritó Liah— siempre he estado aquí, ¿Por qué?

—Es imposible... —estaba confundido, si Liah siempre había estado aquí, ¿quién estaba allá?— mierda.

Corrí lo más rápido que pude hacia la sala de acuerdos pero era, mas bien, temo que será demasiado tarde, porque sea quien sea que había estado allí probablemente ya tenga lo que estaba buscando. Cameron y Liah me siguieron en el momento que empecé a correr, no me preguntaron nada, se dispusieron a ver y a escuchar.

Abrí las puertas de la sala de acuerdos silencioso, al parecer por primera vez en mi vida tuve suerte, la doble de Liah seguía aquí, voltee para ver la cara de Liah, estaba igual de sorprendida que Cameron, camine lento y sigiloso hacia la doble. Estaba buscando unos papeles por todo el lugar, todo era un desastre, que yo no pensaba recoger.

La Hija de DraculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora